Partiendo de que le deseo a la Princesa de Gales una muy pronta recuperación, pues es muy joven y sus hijos, su marido y el Reino Unido la necesitan sana pronto, pero… Comunicativamente es de una torpeza absoluta la postura de Kensington y de los Príncipes de Gales. Es cierto que debe haber un espacio para la privacidad, pero existe una máxima en comunicación institucional que es no dar pie a la especulación (tampoco la privada. No sólo especula la prensa. Lo hace cada uno en su entorno) ni, tampoco, generar preocupación, incertidumbre, desconocimiento e inestabilidad en los receptores (y los receptores de la Familia Real son los ciudadanos).
En ese sentido, la Santa Sede sigue a la cabeza de cómo debe hacerse todo esto, pues tanto en la enfermedad de San Juan Pablo II como en la de Su Santidad el Papa han clarificado y evitado rumores dentro de lo humanamente posible. Igual que a Casa Real le exigimos una comunicación más
moderna, a Kensington hay que exigirles asumir que, con el ejemplo de Isabel II o de la Reina Doña Sofía, el cargo es toda la vida y a tiempo completo.