Ah... La Cava... Aquí tenéis su romance que dicen del siglo XIV pero con probabilidad más antiguo:
De una torre de palacio
se salió por un postigo
la Cava son sus doncellas
con gran fiesta y regocijo.
Metióse en un jardín
cerca de un espeso ombrío
de jaznimes y arrayanes
de pámpanos y racimos.
Junto a una fuente que vierte
por seis caños de oro fino
cristal y perlas sonoras
entre espadañas y lirio,
reposaron las doncellas
buscando solaz y alivio
al fuego de mocedad
y a los ardores de estío.
Daban agua sus brazos,
y tentada de su frío,
fue la Cava la primera
que desnudó sus vestidos.
En la sombreada alberca
su cuerpo brilla tan lindo
que al que todas las demás
como sol ha oscurecido.
Pensó la Cava estar sola,
pero la ventura quiso
que entre unas espesas yedras
la mirara el rey Rodrigo.
Puso la ocasión el fuego
en el corazón altivo,
y Amor, batiendo sus alas,
abrasóle de improviso.
De la pérdida de España
fue aquí funesto principio
una mujer sin ventura
y un hombre de amor rendido.
Florinda perdió su flor,
el rey padeció el castigo;
ella dice que hubo fuerza,
él que gusto consentido.
Si dicen quien de los dos
la mayor culpa ha tenido,
digan los hombres la Cava,
y las mujeres Rodrigo.
¡Qué narices! la culpa fue de Rodrigo
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.