Vamos a centrarnos ahora en lo que podrían lucir el resto de participantes en el ritual de la coronación. Ya sabemos que se rebajará el perfil, que es probable que no haya tantos invitados y que la nobleza no haga pleno de asistencia, pero la tradición es la tradición y los británicos hacen gala de ella. A pesar de que hayan pasado 70 años desde la última coronación, pocas cosas han cambiado en la Corte y el Parlamento británico. Lo hemos podido ver a lo largo de estos años, en cada ceremonia de Apertura del Parlamento. Los nobles que desempeñan alguna función en la Corte, los Lores, los funcionarios, los altos cargos de Estado, etc., todos siguen luciendo cierta indumentaria ceremonial que les distingue por rangos, títulos o cargos. Así que es probable que veamos algún que otro manto.


The London Gazette con la normativa para los Pares del Reino

Durante las preparaciones para la coronación de Isabel II, la Corte de St. James redactó una serie de normas para que la nobleza asistente a la ceremonia adecuase sus antiguos mantos o ropajes de coronación a los nuevos tiempos. The London Gazette, en su número del 2 de diciembre de 1952, las dio a conocer. Para los hombres se limitaban a especificar que debajo de los mantos podían vestir sus uniformes militares, los tradicionales trajes de Corte o de noche.



En la imagen podemos ver las distintas opciones que tendrían los asistentes. Se trata de los mantos de las Reales Órdenes de Caballería: Jarretera, Cardo, San Patricio (en desuso desde 1922) y Baño; o bien de los mantos de coronación o los mantos parlamentarios. Actualmente, los que más se utilizan son estos últimos, aparte de los mantos de las Órdenes de Caballería.

La normativa establecida para los pares del Reino indica que los mantos deben respetar una serie de pautas. Deben ser de terciopelo carmesí ribeteado de armiño (desde hace años se limita a imitaciones). Si se trata de un manto parlamentario, el armiño irá en la mitad derecha. Si se trata de un manto de coronación, el armiño será una capa completa. Ambos mantos deberán llevar filas o barras de colas de armiño según el rango que representen. Al igual que los mantos, las coronitas de los Pares también se distinguen según el rango o título que ostenta.

Se confeccionan en terciopelo azul oscuro y forrado con tafetán de seda blanca. El escudo de la orden está bordado en pecho izquierdo y lleva el lema "Honi soit qui mal y pense", traducido en literalmente del francés antiguo como "Que la vergüenza caiga sobre aquel que piense mal de ello". El manto va sujeto desde el hombro derecho al interior con lo que otrora fue una capucha o abrigo de terciopelo rojo oscuro. Se ata desde el cuello con un cordón con borlas de hilos de oro y azul cobalto.


Manto de la Orden del Cardo



La Muy Antigua y Muy Noble Orden del Cardo es la más alta condecoración de Escocia. El manto es de terciopelo verde oscuro y está forrado en satén blanco. Tiene la placa de la orden bordada en la parte izquierda. Consiste en una estrella cuyo medallón central contiene un cardo bordeado de verde con el lema "Nemo me Impune Lacessit" traducido como "Nadie me hace daño impunemente". Se desconoce la fecha de fundación de la Orden del Cardo, pero fue restablecida por Jacobo II (Jacobo VII en Escocia) en 1687, quien declaró que había sido instituida por "Achaius, Rey de Escocia".


Manto de la Orden del Baño



Es de seda carmesí forrada en satén blanco. La placa de la orden está bordada en el pecho izquierdo. El manto se cierra en el cuello con dos largos cordones con borlas de color carmesí y oro. La Orden del Baño se remonta a la época medieval. Según consta en 1399, ofrecía un baño ritual que simbolizaba la purificación espiritual. La orden cayó en desuso tras el reinado de Carlos II y resurgió en 1725 como orden militar. Se amplió en 1815 con tres clases de caballeros: Caballeros Gran Cruz, Caballeros Comendadores y Compañeros. En 1847 se introdujo una división civil de Caballeros Comendadores y Compañeros para civiles distinguidos.

Seguimos con los mantos parlamentarios. Son capas completas de lana color carmesí con cuello de armiño cerrado con lazos de satén de seda negro. En la parte derecha del manto hay una serie de franjas de armiño (o similares) ribeteadas con encaje dorado en forma de hojas de roble. En número de franjas siempre vendrá determinado por el título que ostente el par. Los pares visten estos mantos en su presentación ante la Cámara de los Lores y en las ceremonias de Apertura del Parlamento. El diseño es el mismo para mujeres y hombres.

Barón: dos franjas de armiño
Vizconde: dos franjas y media
Conde: tres franjas
Marqués: tres franjas y media
Duque: cuatro franjas

Manto parlamentario de la Baronesa Thatcher, con dos franjas de armiño


Manto parlamentario del Vizconde Blakenham, con dos franjas y media


Manto parlamentario del VI Conde Spencer, con tres franjas de armiño


El Duque de Kent, el Príncipe de Gales (Duque de Cornualles y de Rothesay) y el Duque de Beaufort con los mantos parlamentarios propios de su rango, con cuatro franjas de armiño

Estas pequeñas coronas son mucho más sencillas que las reales, pues nunca tienen arcos y no pueden estar adornadas con piedras preciosas o semipreciosas. En Reino Unido, los pares lucen sus coronitas en una única ocasión: la ceremonia de coronación. Al igual que sucede con los mantos, su diseño indica el rango de su portador. Esto es propio de otras tradiciones heráldicas como la española, la alemana o la francesa. Los duques fueron los primeros autorizados a llevar coronas, mientras los marqueses tuvieron que esperar hasta el siglo XV, los condes hasta el XVI y los vizcondes y barones hasta el XVII. Un par con derecho a llevar una corona suele exhibirla en su escudo de armas, lo que puede proporcionar una pista más que útil sobre el título que ostenta.


Corona de Vizconde o Vizcondesa

La norma impuesta en 1953 establecía que las coronitas debían ser de plata dorada y estar forradas de terciopelo color carmesí ribeteado de armiño. A su vez, una borla dorada debía culminar la parte superior del forro o capucha. Cada corona debía distinguirse del siguiente modo.

Barón: aro liso de plata dorada con seis bolas de plata
Vizconde: 16 bolas de plata de igual tamaño
Conde: 8 hojas de fresa doradas y 8 bolas de plata sobre pedúnculos
Marqués: 4 hojas de fresa doradas y 4 bolas de plata
Duque: 8 hojas de fresa doradas

Cuando Jorge VI fue coronado, las Princesas Isabel y Margarita lucieron sendas coronas de plata sobredorada con 4 cruces y 4 flores de lis. Es decir, las coronas propias de los hijos del soberano.

También podemos ver un ejemplo de una coronita lucida por un nieto del soberano. Se trata de la corona que lució Jorge, el Duque de Cambridge en la coronación de Eduardo VII en 1902. El Duque de Cambridge era nieto de Jorge III e hijo del Príncipe Adolfo. Por ello debía lucir la corona propia de un hijo del hijo del soberano.


Corona del Duque de Cambridge

Sucedió lo mismo con el Duque de Kent y su hermana, la Princesa Alejandra de Kent. Lucieron las coronas del hijo del hijo del soberano. En cambio, su madre, la Princesa Marina, lució la coronita establecida para los hijos (en este caso nuera) del soberano.

En coronaciones anteriores, los pares del Reino se distinguían en tres grupos. Podíamos encontrar a nobles con asiento en la Cámara de los Lores, nobles que formaban parte del cortejo de la coronación y nobles que quedaban fuera del cortejo. Los nobles que participaban del cortejo oficial (fuesen miembros o no de la Cámara de los Lores), los que tenían más protagonismo, debían lucir mantos de coronación o de Estado. El resto podía optar por los mantos parlamentarios o los de las órdenes de caballería que ya hemos visto.


Manto de Coronación de un Barón, con dos filas

El manto de coronación está confeccionado en terciopelo carmesí y está forrado en satén de seda blanca. Es largo hasta los pies y queda abierto por delante, quedando atado al cuello con cintas, también de seda blanca. Cada manto tiene una capa completa, normalmente de armiño canadiense. Según el rango de su portador, la capa portará una serie de filas de colas de armiño o similares. Según el número de filas horizontales que crean dichas colas, podemos distinguir entre:

Barón: 2 filas
Vizconde: 2 filas y media
Conde: 3 filas
Marqués: 3 filas y media
Duque: 4 filas

Manto de Coronación de Vizconde, con dos filas y media


Manto de Coronación de un Conde, con tres filas

Los Duques Reales lucen mantos con capas más amplias y con seis hileras de colas de armiño, además de hileras adicionales en el cuello y en los bordes delanteros de la prenda.