Por lo que oí esta mañana en la radio, estas cumbres se suelen resolver con una sola cena, sea anfitrión el jefe del estado, como en nuestro caso, o el de gobierno como sucede en Bélgica. Y el resto del tiempo hay encuentros más privados entre los invitados o se comerán un sandwich en el hotel, no sé.
Aquí en problema es que alguien se empeñó en la cena de mañana cuando sólo tenía que estar programada la de hoy, que por un lado bien porque nos da más y mejor publicidad, pero por otro lado crea problemas de protocolo importantes
Que la mujer del primer ministro belga fuese anfitriona en su país no cambia el hecho de que la esposa de nuestro presidente no es nadie, protocolariamente hablando, y mucho menos cuando su marido no está presente. Es una ciudadana de a pie y cualquier cargo electo en España la supera en rango, por no hablar de ministras, presidenta del Parlamento, etc. Lo que hagan otros países, lo que diga su constitución o cómo esté configurado el rol de sus "segundas damas" es su problema. En España, no hay segundas damas de ningún
modo y la esposa del presidente es una chica que es invitada al algunos actos por cortesía y no a todos; en la cena de estado con Catar, no estaba invitada.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.