Gracias a
Vandal o
Sabba, no sé cuál de los dos fue, por ordenar un poco esto.
Primero lo primero, hacerle entender a un
no sudamericano el concepto de “estancia”, hablando mal y pronto es lo mismo que se entiende por hacienda en otros países de continente (y en España), hablamos de una gran propiedad rural alejada de grandes urbes destinada a producir bienes a través de la agricultura.
Hasta bien avanzados los 1800, al menos en nuestro país, decir que hacían eso es mentir, nuestro ganado dejaba mucho que desear, la carne era tan dura que había que cocinarla por horas para poder masticarla sin romperse un diente, ni los perros la querían, el ganado valía más por el cuero o el cebo que se podía obtener de él mismo y de las ovejas, la lana tampoco era la mejor (pero esto ya en el sur, entendido hasta el río Negro como tal, de ahí para abajo era tierra de nadie o Terra Ignota), era impensable pensar en cultivos a gra escala, si bien la zona del país que nos compete en este foro (la Pampa húmeda argentina) es una de las zoas más fértiles del mundo debido a su fina capa de humus era imposible pensar en tales fines, situémonos en época: los "malones" entendidos como cientos de indio haciéndole la guerrilla al blanco invasor, robando y rompiendo todo lo posible, a la par del drama interno "unitarios" vs "federales", guerra civil, etc etc etc, estaban todos ocupados matándose, no había tiempo (ni ganas) para eso.
Mapa que si bien ilustra la situación post "liberarnos" de la Metrópoli les demuestra un poco hasta dónde llegaba la así llamada civilización.
Un país así no era un país, les salteo mucha historia y llegamos al Brigadier Juan Manuel de Rosas (U Ortíz de Rozas), el país estaba dividido en dos, por un lado la mesopotamia y algunas provincias más que adherían a la Confederación y por el otro... Buenos Aires, en este contexto dónde se decide que había tierras y que expandir, aún más, el país, de paso terminar con la constante amenaza interna del aborigen entrando a Bs. As. y las demás villas a acabar con todo.
Por eso se logra la llamada "1º expedición al Desierto", convengamos que no era un desierto, había gente (mal llamados "indios") ahí pero que no servía a los fines del nuevo país, tierras que no producían y tristemente se perpetuó un genocidio como tal, el primero del país (el cual se dividiría en 2 partes). Si bien he leído mucho al respecto quiero tratar el tema en el contexto de época, dejando de lado lo que cualquiera HOY puede pensar, Chile crecía como país y teníamos a los ingleses en Malvinas ya asentados, la visión era de que había que asegurar la mayor cantidad de tierras posibles y poblarlas, crear una Nación. Me permito agregar que no comparto la nueva visión de que los pueblos americanos originales eran unos nenes de pecho, se mataban entre ellos y aplastaban unos a otros, simplemente vino uno más grande (los españoles) que los venció en el mismo juego, pensar que los Incas, Aztecas o Mayas "humanizaban" en vez de conquistar es leer con un ojo cerrado. Como dije anteriormente, no comparto pero tampoco considero esa versión la más acertada.
La tarea de Rosas funcionó.
El mapa no me deja mentir, el país creció en tamaño al menos un 30%, la línea original muestra que debajo de Luján y Lobos pensar en poblar algo en el contexto previo era imposible, las
ciudades (si se las puede llamar tales) fuera de ese espacio eran pueblos más bien pesqueros costeros en zonas de difícil acceso al aborígen y existían por eso, las comunicaciones eran pocas y malas, lo que se hizo fue limpiar la zona extendiendo la frontera hasta el Río Negro, Rosas así mismo confiscó muchas tierras a opositores, la familia de Anchorena fue de las más beneficiadas, primos cosanguíneos del ya nombrado, de este proceso, llegaron a ser dueños de media prov. de Bs. As. Y aquí me detendré con todo lo que es el proceso de "conquista", hay una segunda que la comandó quién fuera un general y ex presidente Juan Argentino Roca que para los reivindicadores de los derechos de los (así llamados) "Pueblos Originarios" es poco menos que Satanás hoy. Pero no voy a aburrirlos con percepciones propias al respecto ni es el tema para tal fin. Creo que ya dejé claro qué opino al respecto. Mis compatriotas, si aparecen por aquí, podrán dar sus opiniones. Todas son válidas.
Salteándonos muchas cosas en el medio vamos a llegar un período de cierta paz interna y externa, no estábamos en guerra con nadie y ya nos habíamos puesto de acuerdo con otras dos potencias para dejar en jaque a Paraguay por un buen tiempo (quiénes quieren leer sobre esa guerra, las razones de la misma no tienen desperdicio). Se necesitaba un
modelo productor de cara al futuro, la gran extensión del país y la riqueza de la tierra favorecía el volcarse a uno agropexportador, unas pocas familias, que ya de por sí eran propietarias de ingentes cantidades de tierra, fueron vendiendo partes de la misma al Estado para fundaciones de ciudades, extensiones del ferrocarril y diversos negocios varios convirtiéndose así en las principales beneficiarias del negocio.
Había en aquel entonces estancias que llegaron a poseer más de 25.000 ha. Podrá sonar a un número increible pero no exagero en cantidad. Las tierras se revalorizaban, las -nuevas- políticas de Estado favorecían el alambrado lo que mejoró la cría y reproducción, se importó ganado para cruzarlo con el local (la famosa “holando-argentina”, expresión que se utiliza también en ciertos grupos para referirse a Máxima Zorreguieta, sabrán disculpar, no comparto, somos un pueblo muy particular), a la vez que se introducían ciertas razas de cara a una futura exportación, en el sur también se mejoró la cría del ganado bovino, mejorar la lana era una necesidad, se comenzó a experimentar la siembra con excelentes resultados, el trazado del ferrocarril permitía el rápido transporte de mercadería, el parcelamiento de tierra propia sumado al feliz invento del frigorífico generaron fortunas salomónicas casi de la noche a la mañana. Todos estos productos partían desde los puertos de Rosario, Paraná, Santa Fe y principalmente Buenos Aires a Europa, las cosas no han cambiando demasiado, las hoy llamadas
commodities siguen valiendo mucho. Aquí nace esa famosa expresión de que Argentina era "el granero del mundo". El país se situaba de la noche a la mañana entre los grandes jugadores, había dinero de sobra, se podía comenzar a pensar en un país, invertir de cara al mañana. Vivíamos un boom productivo.
A pesar de que la tierra en la cual se producía estaba en pocas manos, el dinero se redistribuía, el país no tenía ni 4 millones de habitantes, era fácil distribuir tanta riqueza en pocas cápitas, el PBI en aquel entonces era comparativo al de un ciudadano de Noruega hoy. Si bien hablar de aristocracia parece chistoso en un país que es una democracia... algo de eso había, si bien pocas familias argentinas descendientes del virreinato mismo pueden atribuirse pertenecer a tal grupo, a excepción de los de Alvear que pueden probar ser de una nobleza menor hispana, los demás, eran
newcomers que poca idea tenían de qué hacer con toda esa nueva riqueza que de pronto tenían en sus manos.
Mientras que en Chile y Perú se miró a EE UU y al Oriente como
modelos, aquí Londres marcaba el rumbo financiero, nada se quería saber ya con esas raíces hispanas que se prefería olvidar e incluso de destruyó de forma deliberada (incluso podremos ver más adelante como un movimiento de revalorización de todas esas raíces afectó a un par de construcciones), ¿a quién copiar? ¿A quiénes seguir? Por supuesto, París, muchos argentinos de aquel entonces ni idea tenían de que París era la capital de Francia, había que ir a París cual si fuera el mismísimo Shangri-La, era La Meca de todo lo refinado y que por supuesto, había que introducir acá a como diera lugar.
Olvidar que el francés era la primer lengua mundial, sustituida hoy por el inglés, es un error, no sólo era la lengua de las cortes, hablar francés era una necesidad. Una condición sine-qua-non.
Las primeras estancias eran meramente lo que aquí se conoce como “casas chorizo”, una concatenación de habitaciones sin ton ni son en torno a un patio o jardín con aljibe, primaba lo práctico (y lo hispano virreinal) por sobre lo estético, debían cobijar y permitir guarecerse, el dueño (el patrón) iba poco por la zona y mayormente a controlar, en esta vivían los peones.
Las fotos a continuación ilustran a la estancia "Los Talas" en las afueras de Luján de la familia Furt, que ha llegado a nuestros días básicamente como estaba desde que se la erigió...
Bastante básico como pueden ver, sigue pintada del "rosa" (o rojo mejor dicho) federal que era la enseña rosista. Había órdenes de que debían ser así so pena de terminar muerto y encima que tu familia pierda todo al serte confiscado.
Eso iba a cambiar...
Las estancias fueron, finalmente, para los nuevos ricos argentinos, la
so called aristocracia, si se la puede llamar así, la forma de copiar el
farm inglés, jugar al hacendado y establecerse en la propia tierra al menos por un tiempo para usarlas -mayormente- como casas de verano fuera de la temporada, por supuesto, las casonas viejas no estaban a la altura y el dinero sobraba. De la nada, la Pampa se llenó de mansiones e incluso castillos de ensueño que parecían salidos de un cuento de hadas, era barato comprar en Europa y traer incluso habitaciones enteras que se ensamblaron acá como ya veremos más adelante. Tanto era el auge de este nuevo negocio que la prestigiosa Casa Jansen decidió abrir una sucursal en Buenos Aires, no siendo la única, la misma Casa Maple y ni hablar de las tiendas Harrod’s, una vez este país estuvo entre los primeros, tuvo chances y se dignó a soñar con ser más. Testigos de toda esa riqueza absurda pueblan aún las pampas como mal llamados “cascos” de estancias que si bien reducidas en hectáreas para evadir impuestos y maximizar beneficios, en mayor o menor estado, siguen ahí como testigos de lo lo que alguna vez fue…
De ellos, me dedicaré a contarles.
Comenzamos.