Mnnn...
Sabba, no lo dejas para SER REINA. Mary tenía un título universitario, así que voy a presuponerle un alto grado de comprensión lectora, jajajaja. Me imagino que, a esas alturas, se habría leído unos cuántos reportajes sobre su novio príncipe -yo lo hubiese hecho...- y ya sabía que él había tenido al menos un par de relaciones anteriores bastante serias que al final fueron "abortadas" por las presiones de la reina Margrethe. A Margrethe, al principio, no le convencía en absoluto que Fredd quisiese casarse con una plebeya AUSTRALIANA. Por Dios, Australia está en las antípodas...no tiene nada que ver con la vieja Europa. Y no parecía fácil que esa chica pudiese encajar en el papel de consorte del heredero del príncipe danés. Se cuenta -evidentemente, no puedo asegurarlo...- que incluso cuando ya llevaban bastantes meses de noviazgo Fredd y Mary, Margrethe seguía "organizando" encuentros "aparentemente casuales" con jóvenes princesas o, cuando menos, jóvenes aristócratas (es posible que, a esas alturas, Margrethe estuviese, además, al tanto de los serios problemas conyugales de Jokke con Alexandra, una plebeya originaria de Hong Kong que, sin embargo, se había hecho muy bien al rol de princesa; quizá Margrethe, anticipando el fracaso final de aquel matrimonio, estaba todavía más empeñada que nunca en buscarle a Fredd alguien con un perfil digamos algo más "clásico").
Mary sabía que, al establecerse en Coppenhague, asumía un reto. Un reto ante los medios de comunicación daneses, que, al tenerla ya en el punto de mira de forma constante, podían "alentar" su candidatura o, por el contrario, podían "tumbarla". En cuanto dijese o hiciese algo inapropiado, un pas faux, se encontraría quizá con el rechazo de los medios. Y eso podía ser aprovechado desde la corte, que, de por sí, se mostraba reluctante.
¿Eso es cómodo?¿Parece fácil? A mí, desde luego, no.
Lo cierto es que, en mi opinión, hace falta algo más que "afán de notoriedad" para asumir ese giro en tu vida...y el riesgo, implícito, de que todo se te venga abajo de forma dolorosa e incluso humillante. Si tu príncipe al final te pone el anillo de compromiso en el dedo, estás "salvada por la campana". Pero si tu príncipe al final no se compromete contigo...ahí te esperan las de villadiego. Eva Sannum podría haberle contado a Mary algo al respecto, desde luego.
Tampoco digo que lo de estas chicas sea el logro del siglo, ni mucho menos. Es obvio que jugaron a una partida en la que podían ganarse el acceso al círculo de la realeza, asegurándose una vida de lujo aparte de prestigio social. Pero había el riesgo de fracasar. O el riesgo de que, al final, no compensase tanto lo obtenido como se lamentaba la pérdida de todo lo que se había dejado de lado por el camino.
Puede que yo lo vea así porque a mí, francamente, no me seduce nada la idea de ser princesa. No tengo una vida regalada...trabajo y no poco para ganarme honradamente un sueldo que no está mal, pero no es para tirar cohetes tampoco; puedo mantenerme razonablemente bien y concederme algunos caprichos, desde libros a docenas adquiridos a través de amazon hasta algunas escapadas y viajes; pero esta clase de vida es la mía, la que me permite sentirme libre, independiente, sin tener que aguantar el escrutinio público constante, sin tener que plegarme a unas exigencias que no son moco de pavo y a una responsabilidad histórica. Pienso que Mary, Máxima o Letizia estaban bien establecidas, cada una en su sector, quizá unas mas, otras menos, pero se las apañaban. No estaban tiradas a un lado, pasando penurias y calamidades, sino que eran chicas que se desenvolvían y que, sobre todo, tenían expectativas de seguir mejorando sus condiciones. Personalmente, yo me hubiese quedado en una de esas posiciones: las encuentro más "gratas" que afrontar todo lo que conlleva el noviazgo/casamiento con un príncipe heredero