Como he estado ausente por vacaciones navideñas...no he podido aportar antes mi opinión, jajajajaja. A ver: a mí me encantó y me requete-encantó que el discurso navideño, siempre tan esperado, lo dirigiese a los españoles sentado en el Salón del Trono y empezando por darle valor al hecho de que tenemos ese pedazo Palacio, un auténtico lujo arquitectónico y artístico, aparte de lo que represente históricamente. A mí me encantó y requete-encantó. Pero eso es lógico considerando que soy una absoluta enamorada de la Historia, que además aprecia mucho los escenarios de la Historia y que se derrite con esas menciones que suponen enlazar el pasado con el presente. Quizá hay que pensar que la inmensa mayoría de la gente no despunta por una acentuada sensibilidad historicista. No lo viven de esa manera. Por tanto, habrán pensado lo facilón: que el Rey estaba chuleando de Palacio súper molón, mega lujoso y ostentoso a más no poder. Yo he oído, al menos, muchos comentarios de ese tipo: ¿éste de que va, siempre han hablado desde un despachito en Zarzuela y ahora, justo ahora, cuando estamos como estamos, toca ponerse rumboso en el Salón en rojo y dorado, con espejos enormes y lámparas de impresión?.
Creo que también ha jugado en contra que para un año en que Felipe quiere que el discurso sea desde Oriente, coincide con que ha habido unas elecciones generales unos días antes, sólo unos días antes, con el resultado de un Congreso en el que parece complicado, extremadamente complicado, alcanzar una aritmética de la gobernabilidad. Esta situación actual...de incertidumbre, de andar pisando huevos esperando que se rompan los menos posibles porque es probable que no sólo los catalanes tengan que repetir sus elecciones autonómicas de septiembre sino que todos los españoles seamos llamados a las urnas antes de primavera...pues claro, lo ponía difícil de antemano. Para que luego venga el chico de
moda a decir que "bonita corbata"...
Yo simpatizo muchísimo con Felipe y creo que era buena idea hablar desde Oriente pero quizá, sólo quizá, confundimos el año. Lo dejo a
modo a reflexión, no de crítica en absoluto.