Vamos con un momento muy relevante para el reinado del Rey Juan Carlos y para la normalización de las relaciones con su padre: la renuncia de Don Juan, el Conde de Bacelona, a sus derechos dinásticos.

Aparentemente es lo que deseaba el Conde de Barcelona, pero el Rey (segun algunos aconsejado por SM la Reina), o el Gobierno consideraron que se debia dar al acto un caracter mas familiar sin el marco que hubiese supuesto el Palacio Rel, o el uso de uniformes y evitar de esa manera suspicacias respecto de la legalidad previa en la titularidad de la Corona. Como si se tratara mas bien de una transferencia de la jefatura de la Familia y que no pareciera una abdicacion de la Corona por parte de Don Juan.

Leandro, una de tantas. El reinado de don Juan Carlos ha estado marcado, entre otras muchas cosas, por esa especie de enclaustramiento en lo que con estupendo humor llaman cortijo de las afueras de Madrid. Casi todos los actos o ceremonias trascendentales han ocurrido allí, para disgusto de muchos, por ese miedo constante que no llego a comprender muy bien. Estoy de acuerdo en que vivieron tiempos difíciles y que tenían que desmarcarse de las costumbres impuestas por el antiguo régimen, pero es que fue una constante, en contadas ocasiones hicieron algunas excepciones que tuvieron poco recorrido.

Es que progresivamente y como signo de "modernidad" y austeridad se fueron dejando de lado distintas ceremonias, costumbres y tradiciones propias de las monarquias. Aunque creo que en este caso concreto se hizo hincapie en no dar lugar a confusion respecto a que hubieran coexistido dos reyes (uno de derecho y otro de hecho) con anterioridad a la renuncia de Don Juan.
Tambien hay que tener en cuenta que durante mucho tiempo los Principes convivieron con una Jefatura del Estado, que no correspondia a su antecesor directo (Rey) y estuvieron relegados a un segundo plano que los confinaba al ambito exclusivo de Zarzuela, por ejemplo para los bautismos y otros actos como la aceptacion del Principe Juan Carlos a su designacion como heredero a la jefatura del estado, luego eso quedo como una costumbre instalada.
Entre las ceremonias lamentablemente abandonadas estan los festejos de la onomastica del Rey en el Campo del Moro, la recepcion de gala a los embajadores iberoamericanos en el Palacio de el Pardo, durante mucho tiempo tambien los Reyes ofrecian grandes recepciones al mundo de las artes, la literatura o distintos colectivos que se fueron dando en distintos Reales Sitios, creo que eso tambien se dejo, salvo la ofrecida con motivo del Premio Cervantes.