No sabéis el disgusto que he tenido este fin de semana al no poder seguir en directo la boda sueca. Hasta ayer no pude empezar a ponerme al día y estuve viendo fotos y videos durante horas. Ahí van algunas impresiones a vuelapluma...
Ha sido todo un bodón. Estos nórdicos le dan un lustre a sus monarquías que ya quisiéramos nosotros. Ellos, siempre tan prácticos se dicen "oye Sven, ya que tenemos monarquía, usémosla para promocionar el país y dar una buena imagen al mundo". Y allá que se lanzan a sacar brillo a los palacios, planchar los uniformes de los palafreneros y el moflete de la reina Silvia, oxigenar a Madde y en general dejarlo todo lucidísimo.
A continuación organizan con la TV sueca una retransmisión que ha elevado para siempre el listón de cómo se hacen estas cosas. De nuevo con la filosofía "Ingeborg, si lo tenemos, enseñémoslo" en lugar de la que impera más al sur de Europa que es "Pepe, mejor de tapadillo no nos vayan a decir que somos unos antiguos o unos manirrotos".
Desde aquí declaro que si pudiera, me haría sueco y me cambiaría el nombre a Oktaviüs.
La princesa Victoria me cae muy bien pero nunca me pareció guapa. Tiene más mandíbula la pobre que el emperador Carlos V y encima una hermana que es la Raquel Welch del Gotha. Sin embargo en la boda estaba impresionante. La mejor de lejos (con Tatiana de soon-to-be Grecia pisándole los talones) en la fiesta preboda.
La boda en sí espléndida pese a que el rito luterano es muy austero. Nada como una buena boda católica en una catedral recargadísima con obispos llenos de dorados, monaguillos de punta en blanco, incensarios, coros y todos los avíos para dar más espectáculo. Pero en fin, estas gentes se hicieron luteranas hace cinco siglos y hay costumbres que cuesta abandonar. El luteranismo es lo que tiene: aparte de ir derecho al infierno no lucen nada sus bodas.
Victoria muy guapa y Marmolillo bien también. Su frac no era perfecto, chaleco demasiado grande y bajo de cintura, pero yo esperaba que fuese disfrazado de director de la orquesta municipal de Uppsala y pasó con holgura mi examen.
El discurso de Marmolillo sensacional. Escrito con profesionalidad y dicho con aplomo y soltura. Las horas de ensayo dieron sus frutos y el resultado fue espléndido. Le seguimos llamando Marmolillo pero con un fondo de cariño ahora. Es un "Marmolillo" más nuestro.
He entrevisto en algún sitio a Papá Marmolillo dando su discurso con las solapas del chaleco completamente desbocadas. Ruego a quien pueda ponerme una foto o un video que acuda en mi socorro.
Sobre Letizia lamento decir que me decepcionó. El día de la preboda (vestido rojo) iba correcta pero no sensacional. Cierto que está flaca pero es que llevaba un traje que se lo resaltaba aún más, no sé, no me convenció. Pensé "vaya, otra ocasión perdida, veamos más fotos de Madde y de Tatiana para alegrarnos la pestaña un poco." La vida que uno lleva...
El día de la boda más de lo mismo con Doña Letizia. Correcta en su conjunto pero fallando en los detalles. Ese peinado tremendo, feo y mal ejecutado, los zapatronchos... Con lo bien que podía haber ido y se quedó a las puertas. Otra ocasión perdida. A Madde está claro que el pelo se lo tiñó la peluquera de Letizia.
De lo demás poco puedo añadir a lo que ya se ha dicho. La pobre Maritere de Luxemburgo parecía un chef con esa tiara tan enorme, Máxima si llega a estornudar revienta el traje y causa 20 muertos, la Infanta Cristina sensacional los dos días...
Por cierto de los caballeros hubo tres que me llamaron la atención por lo mal que llevaban los fracs. Uno es Pa Marmolillo, del que no encuentro foto. Le disculpamos porque seguramente no se había puesto frac en su vida.
Otro es Guillermo Alejandro de Holanda, con un uniforme que le quedaba tan reventón como a Máxima el suyo y lo peor, la tripa asomando por debajo del chaleco (un error imperdonable y que supondrá un baldón el resto de su vida. Cuántas carreras diplomáticas han descarrilado por una raya del pantalón torcida o un chaleco demasiado apretado).
El otro es nada menos que Kyril de Bulgaria, tan apolíneo, tan surfista, tan presumido y VIVIENDO EN LONDRES, capital de la elegancia masculina. Encima su (ex?) mujer iba de las mejores de la boda y él comparece en Estocolmo enseñando las miserias por debajo del chaleco? MAL MAL.
Mención aparte merece Constantino de Grecia y esa forma demencial de ponerse la banda de su condecoración, tan baja que un poco más y se la ata a la pantorilla.
Para aquellos caballeros recientemente condecorados y que se sientan tentados de imitar a Tino of the Netherbands, aporto aquí una página de mi biblia personal para lucir impecable en los eventos de copete. Se trata de "The Queen's Orders of Chivalry", del Brigadier De la Bere. Un libro que todo caballero debería llevar en su maleta a las bodas reales. (Imagen aportada por mi amiga
Nellie en el foro Royal Jewels)
Impresión general de la boda sensacional y todo el mundo un altísimo nivel. Bravo Suecia.