Hola a todos!!
Bueno, si no estáis hablando de la serie -por llamarla de alguna manera- en este hilo más vale que abráis otro pero ya. Que coincido con Sabba en que la cosa tiene más miga que un pan de Orzales.
Lamento no haber venido antes a decir cosas, pero entré en coma con el primer capítulo agravado por dislocamiento grave de mandíbula y acabo de volver a la vida hace un ratín.
¿Y qué digo yo? Es que me faltan las palabras, la verdad. Ese ruido de campanillas todo el rato, que parecía una película disney rollo bella y bestia, o algo así. Esos personajes -¡¡¡Madreeeeeeeeeeee, que personajeeeeeeeeeees!!!- que parecían sacados de un especial de Martes y Trece años noventa. Ese rey de sopapo, encefalograma plano, esa reina con acento francés y de vocación metomentodo, mezcla de Rottenmeier, Heidi y el octavo pasajero. Y el príncipe. Y la princesa. Él uno niño de teta, bobalicón, caprichoso, bipolar... Ella, ñoña hasta el paroxismo, sin sustancia, imbuida de una realeza genética que la coloca a tiro de piedra de un Trono cuyo heredero la elige por selección televisiva. Pa pegarme un tiro.
La escena de la cena con los reyes-papis ha violado, que no se puede denominar de otra manera, mi ultramontano monarquismo. Ese rey pidiendo jerez y billar na más entrar, ese coche que viene por el cesped y que supuestamente conduce el monarca (¿ya había apurado varias copillas antes de coger el coche para ir a la casa de al lado?)
Si es que no entro en mi piel de la chapuza, la verdad. Pero me llama la atención el seguimiento; cinco millones con picos de hasta seis. Otros tantos estaban viendo Hispania, que tenía un pase, la verdad. ¿Es que nadie se ha dado cuenta que una serie histórica hecha con rigor, con la monarquía española como fondo, rompería todas la audiencias? Una buena serie ambientada en la España del XVII, entre validos, reinas, curas y reyes, otra que desde 1875 a 1931 se centre en los tejemanejes de palacio...¿Nadie ve el potencial de algo así?
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