Hola, queridos morlacos, que de un tiempo a esta parte no se nos puede llamar otra cosa
No voy a entrar a desentrañar los días de la dictadura ni a entragar mi pasaporte ni nada de eso, pero sí que creo que merecería la pena ver por qué les conceden estos títulos a estas personas, más que analizar por qué no tendrían que habérseles concedido.
Nada que decir con Vargas Llosa, premio nobel, trayectoria impresionante e imprescindible, conocido de una punta a otra del globo. Un nombre para la Historia.
Del Bosque, qué decir, pues un señor que ha ganado un mundial, que intenta ser un SEÑOR en todas las ocasiones y que, por una vez desde Rocroi, nos ha hecho gritar al 95% de este queridísimo país mío como si fuesemos uno. Solo por eso merece un título. Ni que decir tiene que ha pasado a la Historia del deporte aquí y en Lima, su triunfo, que es el de todos, se traduce en ingresos para el país, mejora imagen y hace vender banderas. Bien dado.
Pero ¿Villar Mir?¿cuál es la razón para darle a este señor un título? Vale que tuvo "cierta" cercanía al rey en la Transición, pero ni mucho menos fue una figura clave, si acaso un protagonista de segunda fila. Además en la cartera de Hacienda (los dinerillos, las pesetillas, ¡ay, el vil metal), cabeza adelantada en multitud de sociedades, empresas de primer nivel, bancos (alguien ve por dónde voy) y, por si fuera poco, candidato fallido a la presidencia del Real Madrid. ¿Son méritos esos suficientes?¿a esos se refiere con "servicios a la Corona"? Por god, Majestad, con la que está cayendo no viene al caso que relacionen Su nombre con asuntos ni de pesetillas ni de dictaduras. Las unas las dejamos atrás en el 2000 y a las otras en el 75. Mucha gente se estará preguntando cuáles son esos servicios que tan lealmente a prestado este financiero a la Corona que le hacen merecer de un título de nobleza cuando, por poner un ejemplo, un Plácido Domingo o un Mariano Barbacid, dioses en su género, carecen de él.
Creo que sin quererlo vuelve a despertar desconfianzas entre la población sobre la figura del Rey. Entiendo que no es el momento, sencillamente,