Octavius escribió:
Lamballe escribió:
Por cierto, Octavius, ya he encargado el de Paz y voy a ver dónde pillo el de Nicolás y Alejandra, que el tema también me llama.
En cuanto te leas el libro de la infanta Paz no dejes de venir a contarnos qué te ha parecido, que ya sabes que tu opinión lleva su peso.
Gracias a la entusiasta recomendación de Octavius, esta mañana dominical me he acercado a la búsqueda y captura del libro de María Teresa Álvarez sobre la infanta Paz. Por supuesto, aún no me ha dado tiempo a leerlo entero...sólo he paladeado el arranque de la narración, los primeros capítulos, antes de lanzarme a escanear fotos. Y debo empezar diciendo que desde luego, ante todo, por encima de todo, MARÍA TERESA ÁLVAREZ NO ES UNA sra Eyre ni de lejos. María Teresa, a quien no tengo el gusto de conocer, se acerca a la figura de la infanta menos propicia a recrear una historia llamativa, con ribetes sensacionalistas. La Eyre jamás se hubiese fijado en Paz, porque en Paz no hay ningún filoncito morboso a explotar; se trata de la infanta más típica de la época del romanticismo...ingenua, candorosa, de buenas intenciones para con todos, emotiva, sentimental, fantasiosa, con ínfulas literarias, apacible, leal y firme en sus creencias pero tolerante ante los demás. Un encanto, pero un encanto que da "poco juego" a personajes del tipo Eyre o, en menor medida con respecto a Eyre, Zavala.
María Teresa Álvarez se acerca a Paz con empatía, con simpatía y con cariño: eso se nota. Con sencillez, sin alharacas de ninguna clase, trata de mostrar que hay también su punto de grandeza en la aparente simplicidad y agradable complacencia con la que Paz observaba su vida y su entorno. Paz se amolda a su papel...y lo hace con agrado, con deseo de servir a los que ella quiere y al país al que cree pertenecer. Existe una dulzura intrínseca en Paz que es lo que María Teresa trata de evocar en su historia.
Bueno...¡¡que me está gustando!! Es altamente recomendable. Coincido en que las fotos son estupendas...aunque me saben a poco, jajajaja. Pero es normal que me sepan a poco, yo quisiera doscientas mil y me seguirían quedando ganas de más.