No te preocupes, querida Aimeed: aunque no coincidas conmigo, te seguiré invitando a tarta de chocolate en mi cumple, jajajaja. Yo sé que mi versión puede sonar un poquito a "querer quitarle culpas" a Letizia, pero de verdad que no es el caso. Antes, cuando íba divina yo la aplaudía, cuando íba quizá sosa pero correcta le daba el aprobado tal vez raspado que merecía y cuando pensaba que se había equivocado de lleno, hacía constar mi decepción, jajaja. Pero ahora están combinándose una serie de factores curiosos. Precisamente lo que me sorprende es que todos los
modelos elegidos últimamente son demasiado parecidos; no particularmente sosos ni rancios, sino algo peor: "aparentemente cutres". Digo aparentemente porque hasta cabe la posibilidad de que cada una de las prendas sea de excelente calidad en cuanto a los tejidos, de marca prestigiosa y por tanto caritas; pero la forma en que está combinando es tan increíblemente desganada y torpe, tan escasamente dada a lucir y a gustar, que transmite la imagen de: "como tantas españolas preocupadas por lo esencial, me echo encima ropa práctica, apañada y que no me hará parecer mona ni de casualidad, ya no digamos glamurosa, antes muerta que glamurosa".
Jo, creo que me está costando explicarme, jajajaja. No me creo que ninguna mujer pueda ser de repente tan monótona y obtusa a la hora de escoger TODOS sus atavíos. Que un mal día lo tenía y diez malos días también, pero alguno acertaba, en especial cuando llegaba el veranito intentaba lucir trajes más alegres, juveniles y favorecedores (nos gustasen o no, que alguno nos gustaría y otro ni pizca). Pero es que ahora cada día es un mal día.