Muerte Ordoño sube al trono su hijo, Alfonso III, con 18 años de edad lo que le permite reinar entre el 866 y el 910. Un reinado de 44 años que supone la última y más brillante etapa del reino asturiano, que experimenta una progresión territorial espectacular gracias a las conquistas y repoblaciones.
El mayor de los hijos de Ordoño pero sabemos que tenía varios hermanos: Leodegundia la que se casó con el rey Navarro, Fruela, Odoario, Bermudo y Nuño. La manía de las casas reales de repetir nombres en sus vástagos conseguirá que nos volvamos majaras
Parece que nuestro nuevo monarca se curtió en sus funciones gobernando Galicia en nombre de su padre, con sede en Orense. Allí nombró obispo a un mozárabe llamado Sebastián a quien va dedicada una de las Crónicas de Alfonso. Quizá tendría que haberlo explicado antes pero para entendernos hay dos crónicas de la época de Alfonso III: la Crónica Albeldense la redactó por orden del monarca un monje llamado Dulcidio entre el 881 y el 883, es la que da noticias más escuetas pero también menos contaminadas, hasta que en el reinado de este monarca empieza a explayarse ampliamente para destacar sus méritos; la Crónica de Alfonso III se conserva en dos versiones casi iguales pero con alguna diferencia de redacción, La Versión Rotense está incluida en el llamado Códice de Roda y la Versión Sebastianense es la que se dedicó a este obispo de Orense. Ambas son las que más insisten en legitimar el reinado de Ramiro y enmascarar el golpe de estado.
Alfonso III es ungido rey el 27 de mayo del 866. Inmediatamente el conde Fruela de Galicia se levanta en armas y expulsa al rey que tiene que correr a refugiarse en Castilla con su tío en conde Rodrigo (ya empezamos, esta gente se rebelaba cada dos por tres :? ) Este Fruela pertenecía de alguna manera a la familia real y ya era conde de Lugo en años de Ordoño I, así que no se trata de un cualquiera que aprovechó la coyuntura de la juventud del nuevo monarca. El caso es que Rodrigo, al frente de un ejército, toma Oviedo y se libra del traidor a principios del año 867.
A continuación se le rebelan los vascones que una vez más se negaron a jurar al nuevo rey, no se sabe si por fidelidad al desaparecido linaje de Pelayo o porque ya era tradición echarle el pulso al nuevo titular de la corona. Tras dos victorias de los asturianos, desistieron en su empeño.
Aprovechando el paseo por el oriente del reino, el monarca se busca novia y se casa en el 869 cuando contaba 21 años. La elegida fue Jimena una chica Navarra que nos supone un problemón. Puede ser de la familia real, una Arista y por tanto hija del anterior rey, de forma que dos hermanos, Alfonso III y Leodegundia se casaron con dos hermanos, el nuevo Rey de Navarra y Jimena. O puede ser de la familia Jimeno, que acabó gobernando en Pamplona expulsando a los Arista, aunque yo me inclino por la primera opción. Lo normal es que Alfonso eligiese a una princesa por esposa y no a la hija de un noble que era importante sí, pero que aún nada hacía sospechar que acabaría siendo el padre del rey navarro Sancho Garcés unas décadas después.
Del libro de los Testamentos de la catedral de Oviedo.
Este matrimonio supuso una alianza con la familia Banû Qasî que volvieron a abandonar a Córdoba para jurarle fidelidad a Navarra y a Asturias (chaqueteros
) y aprovecharon los nuevos apoyos para conquistar Zaragoza, Huesca y Fortún de Tudela (esta gente siempre al sol que más calienta) Pero la realidad es que Alfonso les tenía un aprecio y así mandó al segundo de sus hijos, Ordoño, a educarse en su casa. Las alianzas matrimoniales de los Banû son un quebradero de cabeza pero he sacado en claro que en esta fecha el jefe de la casa, Lope o Ismail, era sobrino del viejo rey de Navarra (osea hijo de una hermana del suegro de Alfonso, que se había casado con un tal Mûsa ibn Mûsa ibn Furtûn) O eso creo, jopé qué lio...
Bueno, a ver si con esta genealogía os apañáis para entenderlo
http://www.abcgenealogia.com/Navarra00.html
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.