Una vez que entraron me fuí a una chocolatería a seguir la ceremonia por la tele, que hacía un frío que pelaba y había que entonar el cuerpo
Como el día lo merecía me zampé un trozo de tarta de almendra rellena de crema de chocolate y trozos de pera y me acordé de los chocoadictos del Foro
Pues allí me econtré con una antigua compañera de clase que trabajó el año pasado de guía del Museo del Jurásico y me contó todo de la visita de los príncipes cuando entregaron el galardón de Pueblo Ejemplar a Lastres.
Desde muy temprano estaban preparadas (son todas chicas menos un paleontólogo) y llegaron los de seguridad al museo. Les sorprendió lo amables que fueron, no sé por qué los seguratas tienen fama de bordes, pero dijo que encantadores, que preguntaron la opinión de todas sobre detalles de seguridad (al final y al cabo son las que mejor conocen el museo) y que pidieron permiso para todo y que se mostraron muy colaboradores y muy bien.
Según ella los de seguridad personal del príncipe llevaban pantalón beige, chaqueta azul marino y corbata roja para distinguirse, y que llevaban la batuta mandando al resto de policías y guardias forestales (el MUJA está al lado de un bosque) donde colocarse. Llevaban todos pinganillos y micrófonos y se enteraron que llegaban los príncipes cuando todos empezaron a pitar a la vez.
Les pasó la visita guiada la directora y estaban escuchando muy interesados, pero Tini Areces, el ex presidente del Principado, constantemente intentaba hablar con el príncipe e interrumpía (tenía mucha costumbre de hacer eso
) y fue la princesa la que dijo en voz alta: "Felipe escucha a esta chica que nos está contando cosas muy interesantes" Vamos, que puso en su sitio a Areces sin decirle claramente "estás molestando mal educado".
Dice que son súper curiosos, querían saber de todo, verlo todo y preguntaron por todo, no sólo de la exposición sino también de los talleres y de cómo se llevaba el museo. Al salir Letizia dijo que tenían que volver con las niñas y por lo que tengo entendido lo hicieron pero creo que las llevó la abuela en verano. Saludaron a todo el mundo, se hicieron fotos con todos y charlaron un buen rato y, para su sorpresa porque aún hay gente que dice que tiene fama de altiva, fue Letizia mucho más encantadora y habladora que el príncipe.
Un último detalle, para que veais hasta que punto tienen la vida reglada y cronometrada, estaba previsto que los príncipes fuesen al baño en el museo, un baño que estaba limpio, vigilado y cerrado para ellos desde por la mañana temprano. Pero todos somos humanos y a la princesa le entraron ganas antes, en el pueblo, así que uno de los de seguridad le preguntó a una señora (mujer de pescador, de las de toda la vida, muy conocida en el pueblo, la Campanera creo que la llaman) si la princesa podía pasar al servicio en su casa y claro, le dijo que sí, que como no.
Pero vamos, que debe ser un agobio llevar una vida en la que tienes apuntado en la agenda cuándo puedes ir al baño.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.