Al rey almohade le importa un pimiento que Fernando II se quede con Cáceres. Él lo que quiere es librarse del grano en el trasero que supone Ibn Mardanish, el menos moro de los reyes moros, que va a pasarlas canutas en este año de 1169.
Por un lado el Rey Lobo ya no tiene el apoyo de Aragón. Dicen que debía 40.000 morabetinos de oro a Alfonso II, recién llegado a la mayoría de edad, y como no pagó se quedó sin aliado.
Esto de los morabetinos puede parecer una cosa anecdótica, pero no lo es. Hay que tener en cuenta que, salvo por un débil intento de Alfonso VII, en la España cristiana prácticamente no se acuña moneda de metal noble de forma masiva. El oro que circula es en su mayor parte de origen andalusí y al rey de Aragón no debió hacerle gracia que le escatimasen tan preciado regalo.
Reorganizado el Reino de Murcia bajo el mandato del Rey Lobo, empezaron a circular unos morabetinos de 3.88g de peso y el mismo contenido en oro que los dinares almorávides usados hasta entonces. Las excelentes relaciones que mantuvo este rey con los territorios cristianos, favorecieron la entrada masiva de los “morabetinos ayadinos” “saadíes” o “lupinos” en pago a sus servicios militares contra la imparable conquista almohade. Tras la muerte del Rey Lobo en 1172 el codiciado Reino de Murcia cayó finalmente en las manos de los almohades y cesó completamente la entrada de oro que mantenía viva la economía, por decirlo de alguna manera, internacional, de los reinos del norte. Esta moneda era la base de la riqueza en los mercados cristianos, el que dejase de acuñarse era una absoluta tragedia para nosotros.
Se hizo necesario encontrar la forma de tener una moneda de oro propia y dejar de depender de las emisiones andalusíes.
Ahora era la extremadura castellana la frontera castigada por los almohades y el joven rey Alfonso VIII necesitaba dar una imagen de fortaleza en todos los aspectos: políticos, militares y, por supuesto, económicos; la moneda de oro podría ser la solución, y así se hizo en 1173 con una moneda que tendría un tremendo éxito, siendo recordada incluso en tiempos de Alfonso X por su fortaleza y estabilidad; estas monedas eran los “mizcales”, “morabetinos alfonsís”, “bonos alfonsís de auro et pondere”, "moravedis bonos alfonsis d`oro et de peso", "maravedis de bono auro et de peso et de cruz".
Es decir, un morabetino es un maravedí
El lugar de acuñación elegido fue la ciudad de Toledo, único sitio donde los artesanos sabían tallar los cuños y escribir árabe. El maravedí castellano fue realizado copiando no solamente la metrología, también las leyendas en la grafía árabe. Una moneda cuyo objetivo era sustituir a aquellas que Castilla obtenía gracias al Rey Lobo tenía que parecerse lo máximo posible a las de las Taifas para poder ser aceptada sin problemas en el mercado; parece que el latín no era el idioma de prestigio en el comercio mediterráneo. De todas formas el texto que contenían era una alabanza de Castilla y una forma de promocionar internacionalmente el reino y su comercio, algo así como:
IMAM (de) LA IGLESIA (del) MESÍAS (el) PAPA ALF(onso)
AMIR DE LOS CATÓLICOS ALFONSO BEN SANCHO AYÚDELE ALLAH Y PROTÉJALE
EN NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO, DIOS ÚNICO, EL QUE CREA Y SEA BAUTIZADO SERÁ SALVO
FUE ACUÑADO ESTE DINAR EN TOLEDO ERA DE SAFAR (fecha)Es decir, que identifica a Alfonso con el concepto de gobernante musulmán (imán religioso y emir/rey) para que todo el mundo mediterráneo sepa de quién y qué estamos hablando.
Personalmente para mí la numismática es un rollo
y tengo sólamente conocimientos básicos, pero son necesarios puesto que las monedas son fuente directa para el estudio de la historia.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.