Sábado, 9 de agosto de 2008. Año: XVIII. Numero: 6809.
UVE - LAS PERLAS
A Letizia le gusta ser Princesa
Jaime Peñafiel
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Don Juan Carlos le confesó a su biógrafo José Luis de Vilallonga para aquellas memorias dictadas y de tanto éxito que un rey no debe tener ni corte ni amigos, aunque él los tiene y alguno muy polémico, jurídicamente hablando.
Letizia, también. Proceden del mundo mediático en el que ella trabajó hasta hacerse un lugar como presentadora de informativos.
Se trata de un reducido grupo, sobre todo de periodistas femeninas, muy pelotas y cortesanas ellas, incapaces de una crítica, aunque sea positiva. Para estas amigas, la vida de Letizia no es envidiable. Por el contrario, muy dura y muy sacrificada. Siempre preparando sus discursos, estudiando los del Príncipe, asistiendo a actos oficiales u oficiosos e intentando estar, en todo momento, más que perfecta. Aunque para ello tenga que dejar de ser natural. Una vida poco envidiable si tenemos en cuenta el tiempo en reuniones con los
modistos para elegir los vestidos, los zapatos y demás accesorios y complementos. Sin hablar de las salidas para visitar boutiques para sus compras con una tarjeta sin límites. ¡Ay si esa tarjeta hablara! Y siempre con el coche a la puerta y los escoltas para espantar a paparazzi siempre molestando.
Nada que ver esta vida que a sus amigas les parece tan dura y sacrificada, que puede serlo. Pero nada que ver con la de su época de periodista, tan libre y tan independiente. Intentando no sólo conservar su trabajo, sino llegar muy lejos.
Aunque para ello tuviera que levantarse en su pisito de dos habitaciones de Valdebernardo, en el
modesto distrito madrileño de Vicálvaro, cuando trabajaba en CNN+ a las dos y media de la madrugada, ya que presentaba los espacios de noticias de las cuatro de la madrugada que se repetían cada cuarto de hora. Su marido, Alonso Guerrero, el hombre del matrimonio abreviado, también se levantaba con ella a esa hora para compartir el café y acompañarla antes de que se marchara a la tele. Hasta que saltó a Televisión Española, donde acabó colaborando en el telediario junto a Alfredo Urdaci, director de informativos.
Tampoco nada que ver su actual vida de consorte con aquella del verano del 92, con 19 años en prácticas en La Nueva España de Oviedo. Primero en la sección de Economía y, más tarde, en la de Local, Espectáculos, Cultura y, miren por donde, Televisión. De vez en cuando se permitía el lujo de tomar unas cañitas con los amigos en el bar La Santa Sede. Desde aquí vio el 25 de julio desfilar al Príncipe como abanderado del equipo nacional, en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Y qué decir de su dura estancia en México para realizar un doctorado. ¡Menudo doctorado! Y donde la chava levantó pasiones.
Desde luego nada que ver hoy con ayer. Por ello, en contra de lo que piensen sus amigas, Letizia ha reconocido en Pekín que le gusta ser princesa. ¡Ni que fuera tonta!, que no lo es. A mí también me gustaría.
http://www.elmundo.es/diario/uve/2471528_impresora.html
Creo que el enlace no funciona...por eso le doy las gracias a Jenny del Hispánico....
Sólo lo he puesto para que sepais que a partir de ahora el peñabasura pasa a llamarse: PRINCESA JAIME....para que lo recordeis y nunca más volveré a referirme a él como Peñabasura, abuelo cebolleta ni nada por el estilo...ahora que hemos descubierto que él quería ser princesa, y por eso toda su pataleta, queda oficialmente nombrado....PRINCESA JAIME....Amén.