legris escribió:
El miedo que tienen las casa reales europeas es que les salga una lady Di. Alguién que sea más popular que el marido y que a la larga les suponga un gran problema,por eso intentan dar un perfíl plano de Letizia, como diría un político.
A mí Letizia no me acaba de gustar aunque no tengo muy claro el porqué.Es inteligente, guapa, aunque el perfil es un poco bruja, tiene carácter, quizás demasiado y en fin es algo que no se explicar. Sólo llevan cuatro años casados, lo que no es mucho; creo que hay que esperar alguños años más para ver si el principe supo elegir o se equivocó.
Por cierto, el amor tampoco garantiza un matrimonio feliz.
El amor no garantiza nada, salvo que, mientras permanece, es lo que nos hace capaces de mover montañas
Su duración siempre resulta una incógnita: como decía un personaje de Jane Austen, a muchos se les cura en el tiempo en que tardan en componer un soneto; a otros se les da bien la tarea de conservarlo durante unos años; unos pocos privilegiados logran hacer de ese sentimiento algo perenne, no caduco, y lozano, no marchito, a pesar de que en una vida en común, por supuesto, hay altibajos.
Pero pienso que pocos conciben hoy un matrimonio sin amor para los príncipes o princesas. Antaño, los matrimonios por razones dinásticas y conveniencias políticas constituían la norma, pero también constituía la norma dar por cierto que el varón podría "alegrarse el corazón y el cuerpo" con otras mujeres en tanto que a la fémina, en cuanto daba a luz hijos cuya legitimidad no pudiese ponerse en tela de juicio, se le permitía "algún desliz" a condición de que no causase escándalo alguno. Ahora, todos esos tradicionalistas que siguen abogando porque los príncipes se casen con princesas y viceversa, no estarían sin embargo dispuestos a aceptar que luego hubiese "maitresses en tître". Un Carlos II de Inglaterra o un Luís XIV de Francia serían imposibles hoy en día, nadie daría ni un falso penique por un rey que teniendo su reina consorte para procrear en beneficio de la dinastía mantuviese a la vez una larga serie de amantes públicamente distinguidas con títulos, propiedades, rentas, etc. Si nos ajustamos al cien por cien a la tradición europea en cuanto a matrimonios reales, en el paquete entran esas situaciones; pero, sin embargo, en la actualidad supondría un hecho inaceptable, el detonante para la proclamación de una república en menos de cinco minutos