Sí se lavaban
Digamos que en la Edad Media española hay 4 tipos de personas (lo de estamentos o clases ya se ha quedado obsoleto por ser políticamente incorrecto
)
No nobles (decir plebeyo también es políticamente incorrecto, qué cruz
)
Nobles
Clérigos
No cristianos (nada de paganos o infieles o moros de la morería, ya sabéis, el asunto de quedar bien
)
A finales de la Edad Media, sobre todo cuando pasó el azote de la Peste Negra, los no nobles se dividieron en dos:
La clase trabajadora y campesinos que subsisten con lo poco que cultivan.
La clase media (granjeros pudientes, maestros artesanos, comerciantes)
Estos diferentes tipos de personas tuvieron diferentes prácticas higiénicas en diferentes momentos a lo largo del medievo. Los más sucios: los trabajadores manuales, por lógica, sin agua corriente, sin suficiente combustible para calentarla, generalmente bañarse significaba un chapuzón en el río en los meses de verano.
Sin embargo entre los más pudientes era práctica común lavarse las manos antes y después de comer, a lo largo de toda la Edad Media. En la ciudad la gente disponía de baños públicos al estilo de Roma, condenados por la iglesia no por bañarse en sí, sino porque los sexos no solían estar separados, las bañeras eran mixtas, y las prostitutas también aprovechaban para pescar clientes. En la mayoría de las órdenes religiosas bañarse era práctica común y los monasterios tenían baños para los residentes.
En la baja Edad Media y Renacimiento las clases medias hicieron de bañarse todo un ritual puesto que poseer una bañera era símbolo de estatus.
Entre los no cristianos ya sabéis que el baño tenía una connotación religiosa y era importantísimo.
Cierto es que en Renacimiento algunos médicos empezaron a decir que lavarse atraía enfermedades (debido a la mala calidad del agua) y los nobles comenzaron a gastar agua de colonia por litros para disimular la peste, pero eso ya no es Edad Media
Isabel la Católica, dicen, presumía de haberse bañado dos veces en su vida: el día que nació y el día de su boda. Sin embargo, la reina de Castilla seguía siendo una rareza porque la nobleza seguía bañándose en su mayoría. La gente disfrutaba bañándose, igual que nosotros, precisamente por eso Isabel se abstenía, era un acto de piedad religiosa, como el no comer carne, flagelarse o dejarse las rodillas en carne viva por rezar. Bañarse es un acto que se asociaba a la debilidad de la carne y la vanidad, pero la gente lo hacía porque siempre ha habido más pecadores que piadosos
La nobleza, que se lo podía permitir, se bañaba una vez a la semana. Vale, no es todos los días, pero es que calentar agua, subir los cubos por la escalera y llenar la bañera era un trabajo duro, por muchos sirvientes que tengas.
Por cierto, la ropa y las sábanas también se lavaban frecuentemente y cada tres días las camas se deshacían y las sábanas y mantas era colgadas para airearse. Evidentemente la ropa interior de lino es más fácil de lavar que el vestido exterior de seda o lana.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.