Durante los primeros años del reinado de Canuto, Emma rara vez actuó como testigo en los documentos oficiales. Esto cambió alrededor de 1020, cuando se hizo más activa en los asuntos de gobierno. Al igual que la reina Elfrida, actuó como patrona del clero y el abad Ælfsige de Peterborough fue uno de sus más cercanos consejeros. También mantuvo relaciones diplomáticas con clérigos de todo el continente, aumentando el prestigio de la pareja como monarcas cristianos.
En cualquier caso, maquinaciones políticas aparte, parece ser que Canuto le tomó un cariño real a Emma y que juntos mantuvieron las amenazas a su trono al otro lado del Canal sin problemas. Además, Emma le dio un hijo al rey, Harthacnut, en el 1018, y una hija, Gunhilda, en el 1020.
Inciso: Gunhilda de Dinamarca, hija de Canuto y de Emma, será la primera esposa del Emperador Romano Enrique III el Negro o el Piadoso. Se casaron en el año 1036 en Nijmegen, considerada la ciudad más antigua de los Países Bajos, y la dama tomó el nombre de Kunigunde.
Tuvieron una hija, Beatriz, abadesa de Quedlinburg, un convento que desde siempre ha sido considerado propiedad de la familia imperial y cuyo tesoro fue saqueado en la II Guerra Mundial por un simple soldado americano llamado Joe Tom Meador
Las piezas, de valor incalculable (la más antigua un relicario del siglo IX) fueron devueltas por fin, después de muchos litigios, en 1993.
El matrimonio de Gunhilda fue parte de un pacto entre Canuto y Conrado II para pacificar las fronteras del área de Kiel, lo que llevó a la dama a vivir en la corte alemana al menos desde el año 1025. Es decir, que con 5 años de edad la apartaron de su madre Emma, la educaron en la corte de su prometido y la casaron en 1036 con 16 años. Para mí, ésta es otra de las razones de la "preferencia" de Emma por Harthacnut, es el único niño que se educó a su lado, el resto se los llevaron de su lado con 10 años el mayor (Eduardo) y 5 años esta pequeña.
De acuerdo con las crónicas de Alberico de Trois-Fontaines y Guillermo de Malmesbury, Gunhilda fue acusada de adulterio y defendida en un juicio por combate. El juicio por combate o duelo judicial era un sistema del derecho germánico para resolver acusaciones en ausencia de testigos, en el que dos partes en conflicto luchaban en combate singular. El ganador de la pelea era proclamado como poseedor de la verdad. Este juicio era practicado principalmente por los pueblos germánicos pero es notable la ausencia en el derecho anglosajón. Eso quiere decir que la tradición literaria de la que proviene la saga del Rey Arturo, donde Ginebra es acusada y exculpada con un juicio como éste, es germánica y no anglosajona
Los combatientes iban armados con espada y escudo y podían llevar ropa de lino o cuero, pero su cabeza y pies debían estar desnudos y las manos solo podían estar protegidas con guantes ligeros. El acusador debía esperar al acusado en el lugar designado de combate. Si el acusado no aparecía después de haber sido convocado en tres ocasiones, el acusador puede ejecutar dos mandobles y dos pinchazos contra el viento, y el litígio se resolvería como si hubiera ganado la pelea
No conocemos el nombre del campeón de la reina Gunhilda, pero sabemos que ganó. La dama sin embargo, probablemente herida en su orgullo y dignidad real por la acusación, desprecia el éxito y profesa como monja hasta que poco después su marido se reconcilia con ella, imagino que fue a buscarla al convento deshaciéndose en excusas y halagos a su mujer
En 1038, Conrado II intervino en una disputa territorial entre Guaimar IV de Salerno y Pandolfo IV de Capua, a favor del primero, batalla que ganó en compañía de su hijo. Gunhilda había seguido a su marido a la guerra y había celebrado la victoria, por desgracia a la vuelta se desató una epidemia entre la tropa y la reina fue una de las primeras víctimas muriendo en la costa del Adriático a la vez que su cuñado, el duque Herman IV de Suabia.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.