Hola guapas,
Veo, que al final, es como aqui, a los 6/7 tienes que matricularte obligatoriamente en la escuela (digo escuela, por ser un termino más amplio, ya que colégio aqui significa "escuela privada") y siguen los 12 años de regla hasta la universidad.
Jane, el hecho que lo creeras obligatório es comprensible ya que, por los vistos, es muy comum. Y además, estoy de acuerdo que es salutar y beneficioso para los niños. Lo único que me da un poco de pena es que yo he podido, en todos los lugares donde he vivido, brincar (esp?) con mis amigos de calle y del barrio, hacer corros con las niñas cantando, jugando al "esconde-esconde" por los patios, correndo por los campos cazando mariposas y bichos-de-seda y "gafanhotos" (grasshoppers), merendando en casa de este y de aquella, haciendo carreras de bicicleta y subiendo a arboles o yendo a pedir a las
modistas para rebuscar entre los retazos sobrantes los trapitos más bonitos para coser vestiditos para las muñcas y muchas veces estabamos sentaditas muy atentas a aprender de señoras idosas a hacer crochet o tricot. Llegabamos a casa todas arañadas y llenas de moratones, la ropa toda sucia de tiera y hierba y rasgada, cargadas de pirilampos, lagartixas, pequeños azulejos, tesoritos y aventuras para contar.
Claro que el mundo mudó, y eses tiempos de liberdad y alegria que he vivido eran lo común hace 20 o 25 años, y ahora, por muchas y variadas razónes, una infancia así es un privilégio casí imposible de obtener. Fuera de las ciudades hay un poco más de calidad de vida, pero no es exactamente la misma cosa de antes. Una de mis hermanas vive en un pueblo en Alentejo (una regíon de Portugal muy característica por sus pequeñas ciudades separadas por enormes extensiones de campo abierto) y mi sobrina aún ha podido beneficiar de un poco de lo que nosotras hemos tenido, pero es una excepción. Cuando voy con ella por Lisboa (sobretodo quando era más pequeña), si le suelto la mano luego desaparece, se mete a correr por todos lados, entra en las tiendas a mirar y tocar todo y habla con toda la gente con la mayor candura. Sabe navegar por internet y organizar mp3, pero también sabe en nombre de los árboles, jugar al peón y imitar los pajaritos.
Y me entristece saber que, si soy tan afortunada de tener hijos, no les podré proporcionar nada de eso y probablemente cuando cumplan un año (la licencia de maternidad va a pasar de 5 a 12 meses, al menos algo de positivo) no tendré otra opción que ponerles en una guardería.