La petición de Jacobo II fue muy estudiada por la Serenísima y al final se decidieron por Caterina, ya que su familia tenía muchas posesiones en la propia Chipre. Hay que tener en cuenta que la isla, además de parada estratégica de rutas comerciales, también producía caña de azúcar, algodón, lino y trigo en abundancia.
En julio de 1468 se celebró la fiesta de esponsales, cuya fastuosidad dejó ojipláticos a los venecianos y eso que ellos estaban acostumbrados al lujo y la extravagancia, en presencia del representante del novio Filippo Mistahel. Caterina ofrecía una imagen impresionante en sus suntuosos ropajes, cubierta de joyas, y pese a que su estatura y figura estaban en lo que era la media en la época, destacaba por su tez blanca en contraste con sus ojos oscuros, y por su cabello rubio, un rasgo que era muy estimado entonces (recordad que en el Renacimiento italiano rubio también significa castaño rojizo)
La niña fue nombrada "hija adoptiva de Venecia", un honor nunca antes tributado a una mujer, y se la dotó con la enorme suma de cien mil ducados de oro. Después... hubo de esperar 4 años para poder ir al encuentro de su marido en Chipre, se ve que Jacobo no tenía del todo claro lo de su alianza con Venecia, pero al final las negociaciones prosperaron y Caterina llegó a la isla con flamante séquito donde fue recibida con otra suntuosa fiesta.
Por desgracia la felicidad duró poco, al cabo de un año fallecía su esposo en extrañas circunstancias, tras una breve enfermedad, sin haber cumplido 35 años y dejando a su viuda embarazada. Con presteza Caterina pidió ayuda a Venecia para asegurar el futuro del bebé y su herencia. El 28 de agosto de 1473 nacía el esperado Jacobo III, con un aspecto enfermizo y enclenque, que sucumbió a la malaria al año siguiente dejando a Caterina como señora de Chipre, una isla que era un hervidero de conspiraciones a punto de estallar (a lo largo de su estancia en la isla la reina vivió varios intentos de asesinato) Frente a ella tenía a Carlota de Lusignan, la legítima expulsada, a Fernando de Nápoles que no soportaba a Venecia y al sultán de Egipto que basculaba su lealtad de uno a otro lado.
Cansada de soportar la tensión y disgustada por el tono imperioso de las cartas que le llegaban del Dux de su ciudad natal, decidió mandar a todos a paseo y abdicó del poder en favor de la República Veneciana y que allá se las apañasen entre ellos. Salió de la isla llorando y despedida con fervor por el pueblo, que realmente llegó a sentir cariño por ella, llegando a Venecia donde se le tributó una fastuosa bienvenida (los venecianos vivían de fasto en fasto
) Mantuvo toda su vida el título de reina, una fabulosa pensión en oro, tierras y el castillo de Asolo, donde vivió rodeada de lujo y amigos, entre fiestas, cacerías y torneos, recibía a los más grandes nobles de su tiempo atraídos por su alegre corte, era mecenas de artistas y fundó hospitales de beneficencia. Además, y para que no la consideréis una frívola insustancial, hay que decir que gobernó sus tierras con notables prudencia y justicia.
La Rocca di Asolo
Falleció en Venecia el 10 de julio de 1510, donde se refugió con motivo de la guerra que enfrentaba al papa Julio II y sus aliados contra la Serenísima. Su funeral fue... ¿a que no lo adivináis? Fastuoso
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.