Ginevra era hija de uno de los mejores amigos de Leonardo, Amerigo di Giovanni Benci, perteneciente a una rica familia de la aristocracia florentina. La chica nació en 1457 y recibió una educación esmeradísima por la que luego fue muy alabada, ejerció de poetisa aficionada y su conversación era siempre oportuna e interesante. De hecho, grandes poetas de su tiempo intercambiaron versos con ella en una especie de "conversación rimada" que era uno de los entretenimientos de la época (heredado de las conversaciones entre trovadores y trovatrices occitanos), uno de ellos fue el mismísimo Lorenzo de Médici.
Es posible que el cuadro fuese encargado hacia 1474 con motivo de su matrimonio con Luigi Bernardini di Lapo Nicolini cuando ella tenía unos 17 años. No fue una unión feliz debido a los problemas financieros de su marido y los problemas de salud de la propia Ginevra, que aparecieron a partir de 1480. Tras este deterioro en su matrimonio, tuvo una relación de carácter platónico con el embajador de Venecia en Florencia, Bernardo Bembo, padre del cardenal Pietro Bembo. Hay autores que consideran que la Ginevra del cuadro aparenta ser mayor que una adolescente y que el cuadro sería un encargo de Bembo cuando la chica rozaba los 30 años.
El enebro que aparece en el cuadro es una representación de castidad (su relación con Bembo fue platónica), la palma es un símbolo de las virtudes morales y el laurel responde a la idea de honor. El cuadro sería entonces una forma de halagar el carácter y personalidad de la retratada, algo muy típico de este tipo de obras renacentistas.
Se trata de una obra temprana de Leonardo que rompía con los convencionalismos de la época: la seriedad de la
modelo, la forma en que mira directamente al espectador, la posición en 3/4 y no de perfil. Un crítico de arte de la época dijo que:
Leonardo ha pintado a Ginevra d’Amerigo Benci con tal perfección que parece no ser un cuadro sino la propia Ginevra viva.
La atribución a este autor hoy se da por segura ya que el artista extendió la pintura en algunos lugares con los dedos, dejando así marcadas sus huellas dactilares, que se han comparado con las de obras cuya autoria por Leonardo está fuera de duda.
Podéis hacer una visita a Ginevra en la National Gallery of Art de Washington.
_________________
La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.