Bienvenidos a esta tertulia, elparaiso y Lamballe
Además, habéis entrado "con fuerza", profundizando en el tema belga.
He de decir que yo no soy tan pesimista respecto al futuro de la dinastía belga. Bélgica es un país muy curioso, en realidad surgió en unas circunstancias históricas concretas que no se habrían dado ni unos años antes ni unos años después. El amigo Talleyrand, si pudiese comunicarse con nosotros desde el más allá, podría contarnos en detalle el proceso que llevó a desgajar lo que hoy es Bélgica del gran reino de los Países Bajos.
En fín...un reino recién creado necesitaba una dinastía nueva. Y ahí estaban esos Saxe-Coburg decididos a dar el gran salto cualitativo. Leopold I fue un rey muy notable, pero Leopold II era un insensible fantoche, avaricioso, genocida, putañero y un tanto pederasta...vamos, lo tenía todo para que le mandasen al Congo desde Bruselas de una patada en su real trasero. Albert I, su sobrino, recompuso el orgullo nacional gracias a su manera de conducirse durante la época, dramática, de la Primera Guerra Mundial. Leopold III, hijo del anterior, echó a perder las cosas con su segundo matrimonio morganático y su actitud durante la época, trágica, de la Segunda Guerra Mundial. Balduíno I se las apañó para arreglar el desaguisado, si bien también provocó una crisis constitucional importante (no lo olvidemos) al recurrir al truco de abdicar por unas horas para no firmar un decreto determinado. Albert II no tenía que haber ascendido, de haberse cumplido las previsiones elaboradas durante el reinado de su hermano. Pero ahí está, tratando de marcar el rumbo hacia el futuro.
Los belgas andan a la greña, pero flamencos y valones saben que, en última instancia, les conviene solventar sus diferencias. Su país es un país emblemático dentro de la UE, la capital alberga las principales instituciones europeas. Cosas que pasan en la zona balcánica no pueden ocurrir en esa área geográfica. Fijaos que, por muy mal que estén las cosas, cuando la tele emitió un programa ficción sin advertir de que era un programa ficción acerca de una secesión belga, la gente, flamencos y valones, se sintió, en un porcentaje mayoritario, al borde del colapso nervioso.