Clara escribió:
...Pero esta época de aires nuevos que nos brinda el cambio vivido en la institución, me hace volver a tiempos pretéritos que ni siquiera yo misma (por edad) viví. En el año 1975, cuando asumió el trono el Rey Juan Carlos, muchas personas los recibieron a él y a la Reina Sofía con los brazos abiertos, pero para otras supuso una contrariedad. Hoy, 40 años después, ocurre lo mismo y seguirá ocurriendo. Pero lo que me deja pasmada, a pesar de los años que han pasado, es la lupa inquisitorial que algunos aplican hacia las reales consortes, solo por serlo. El mismo tono de reproche continuado que leo acerca de Letizia actualmente, lo tuvo que escuchar mi madre y su generación, de algunos de sus mayores acerca de la Reina Sofía. Yo misma he tenido la oportunidad de confirmarlo por boca de mi propia abuela.
Se habla del pelo de Letizia, de su ropa, de si domina idiomas, de las joyas que utiliza o deja de utilizar, de si carece de porte regio, de si su comportamiento es adecuado… No resulta una novedad. Muchas personas adoraban al Rey Juan Carlos, pero eran mordaces con la Reina Sofía, comparándola continuamente con la viuda y la nieta del dictador o la misma Reina Victoria Eugenia. Los dichos iban desde llamarla griega extranjera, hereje, cateta, reprocharle que no sabía hablar en castellano, que se santiguaba de derecha a izquierda (pocos sabían cómo era el rito ortodóxo), que no oraba en la ceremonias religiosas, que era muy fría, demasiado germana, que su antecesora (la collares) era mucho más regia y elegante, se mofaban que siendo Reina de España no luciera diadema, fantaseaban con que la Bordiu hubiese sido mejor reina que ella… En fin, para qué darle cuartos al pregonero, pero, ¿a alguien más le suena?...
Llevas toda la razón Clara, los que somos un poco más mayorcitos hemos oído comentar esas mismas cosas que dices sobre la hoy tan alabada Reina Sofía, ¡Y muchas más!.
Y es que la historia siempre se repite.
Bienvenida Clara
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