De nada mujer. La verdad es que la historia de los inicios de la Casa de la Cerda resultan fascinantes sobre todo si discutimos la cuestión jurídica.
Según la tradición medieval castellana de toda la vida (siglos XI, XII y XIII), a la muerte de Fernando, su hermano Sancho heredaría al rey Alfonso X porque
si el mayor que viene del árbol fallesce, deve fincar la rama.
Por desgracia para todos los implicados, justo en ese preciso momento de la historia Alfonso el Sabio metió la zarpa en las cuestiones de derecho, porque había prometido al rey de Francia en las capitulaciones matrimoniales de Fernando y Blanca que el nieto de ambos sería rey aún muriendo el príncipe antes, y promulgó las
Partidas donde decidió que, si muere el heredero directo, los derechos pasan a su hijo perjudicando al tío.
El problema es que a la muerte de Fernando de la Cerda en 1275, las
Partidas no habían sido "oficialmente" promulgadas, y los nobles prefierieron acogerse al derecho tradicional y entregar la corona a un probado guerrero y excelente diplomático antes que a la regencia de un bebé. En cambio los partidarios de los niños de la Cerda argumentaban que una ley era efectiva desde el mismo momento que el rey la ponía por escrito, aunque no fuese sancionada de forma oficial.
De todas formas, en mi opinión la discusión se tornó absurda en 1284 a la muerte del Sabio porque, tanto en derecho antiguo como en las
Partidas desde la alta Edad Media, lo que "hace a un rey", lo que le da legitimidad independientemente de su linaje, de su mayor o menor derecho a un trono, de si es bastardo o legítimo, de si lo consigue por las armas o por la astucia, es la libre aclamación popular... y en Toledo, ante el pueblo reunido, con su consentimiento y aprobación, y la presencia de los obispos de Burgos, Cuenca, Coria y Badajoz, Sancho fue alzado a hombros, aclamado por el pueblo, luego ungido y por último coronado. Así que fue legitimado por partida doble, por la Iglesia como en tiempos visigodos y por el Pueblo como en tiempos más recientes.
Que para algo León es reconocida como la primera democracia, que aquí las Cortes mandaban mucho y la "soberanía popular" siempre fue más popular que en otros países que también presumen de demócratas de pura cepa
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.