«Recuperamos la joya europea más importante del siglo XI con diferencia»
Los trabajos, que han durado cuatro meses y medio, han sido complejos por el grave deterioro de la plata y de la madera | La restauración del Arca Santa revela su color y dos monedas del siglo XII en su interior
«Está perfecta». Así resumió la restauradora del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) Paz Navarro los trabajos de reparación del Arca Santa de la Catedral que comenzaron el pasado 16 de marzo bajo su dirección. Ya están prácticamente concluidos, a falta de añadir unas pequeñas piezas de plata y aplicarle un barniz protector nitrocelulósico, que se deberá renovar cada cuatro o cinco años. De esta forma «se ha recuperado la joya europea más importante del siglo XI», en palabras del arqueólogo César García de Castro. Y podrá verse de nuevo en la Cámara Santa a partir del sábado.
Esta era la primera vez que se intervenía sobre el arca desde 1935, cuando el arqueólogo granadino se hizo cargo de la reparación después de que el relicario quedase seriamente dañado a consecuencia de la voladura de la Cámara Santa en 1934, cuando perdió la base y las bisagras. Ahora, desveló Navarro, «se han encontrado dentro dos monedas del siglo XII que están estudiándose, y una cruz de peregrino doblada» en una parte que «probablemente no se desmontó» hace ochenta y dos años. También se sabe ahora que la única gema que conserva la tapa no es más que un cristal de cuarzo.
A simple vista se aprecia cómo la caja ha recuperado el color plateado y la tapa también el dorado, volviendo al esplendor que tenía antaño. Se ha desmontado, limpiado, saneado y recompuesto. Había sufrido carcoma y, a consecuencia de ochenta años sin intervenciones, estaba extraordinariamente ennegrecida y deteriorada, con algunas partes, en palabras de la restauradora, «como un colador».
Hubo que levantar toda la plata para poder tratar la estructura original, de madera de roble y castaño, que las radiografías revelaron más estropeada de lo que se esperaba y limpiarla con mucho mimo, incluso con goma de borrar. Aunque, especificó Navarro, no como quien borra un escrito, sino «con pulverización y aglutinante».
Además, la epigrafía del arca se ha vuelto a colocar ordenada y se le ha dado la vuelta al pantocrátor, obra del joyero ovetense Félix Bascarán hacia 1931, que estaba tapando un original románico. Asimismo, se le han restituido pequeños trozos de plata que Gómez-Moreno había depositado en el Museo Arqueológico de Asturias.
«Toda la intervención ha sido complicada porque la plata estaba en muy mal estado y el tratamiento ha sido muy meticuloso. El arca está totalmente sólida y va a aguantar», declaró Navarro.
La restauración ha sido ejecutada por un equipo multidisciplinar de la empresa madrileña, fundada por un sacerdote lenense, Taller de Arte Granda, en dos fases: primero la caja y luego la tapa. Navarro especificó que en el taller había (unos iban y otros venían) «una media de diez profesionales»: un arqueólogo, una historiadora, un restaurador, dos plateros, un gemólogo y un carpintero. Este último, el luanquino Cristóbal Gomero, puso el toque asturiano. Todo en un taller 'secreto' (por seguridad y comodidad de los trabajadores) en la misma Catedral, en el claustro alto.
La financiación -56.000 euros- ha corrido íntegramente a cargo del propietario del bien, el Cabildo de la Catedral. Como Administración responsable del patrimonio, el Principado de Asturias dio su orientación y aprobación a los trabajos.
Finalizada la intervención, el Arca volverá a la Cámara Santa, «el viernes a última hora, cuando todo cierre», indicó el deán, Benito Gallego. Estará de nuevo expuesta al público el mismo sábado, si no hay ningún retraso.
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Alberto Durero.