Palacio Gran Ducal, Luxemburgo El Palacio Gran Ducal es la residencia oficial del soberano y el lugar en el que ejerce sus funciones desde 1890. Ubicado en el casco antiguo de Luxemburgo, el palacio tiene un atípico estilo renacentista flamenco de la segunda mitad del S. XVI. El edificio funcionó sucesivamente como Ayuntamiento de la Villa desde 1572 a 1785, sede de la prefectura del Departamento Forestal en 1795 y a continuación, como la Casa de Gobierno de Luxemburgo en 1817.
El 11 de junio de 1554, una enorme explosión destruyó gran parte de la ciudad de Luxemburgo. La deflagración se produjo como consecuencia de la caída de un rayo sobre la iglesia franciscana de la ciudad, que detonó la pólvora que se almacenaba allí. La mayoría de construcciones cercanas al perímetro de la iglesia, quedaron completamente destruidas, entre ellas, el ayuntamiento de la villa. En 1572, Adam Roberti es el encargado de su reconstrucción utilizando unos planos que probablemente fueron redactados en Bruselas o Madrid, aunque se reconoce la influencia del Conde Peter Ernest Mansfeld, gobernador de Luxemburgo desde 1545, y su gusto por la ostentación. Las obras finalizaron en marzo de 1573.
Durante el sitio de Luxemburgo por Vauban en 1683 y 1684, el ayuntamiento sufrió graves daños de nuevo, pero no fue reparado y ampliado hasta 1728. A principios del S. XIX, el edificio se convierte en la residencia del representante de los Grandes Duques de los Países Bajos. Entre 1825 y 1856, el gobierno adquirió varias casas alrededor de la entonces "Casa de Gobierno" con el fin de ampliarla. Data de esa época la construcción de la Cámara de Diputados, terminada en 1859, anexa al palacio.
Con la ascensión de la Casa de Nassau-Weilburg al trono de Luxemburgo en 1890, el palacio fue reservado exclusivamente para el Gran Duque y su familia. La transformación total de las habitaciones existentes y la construcción de una nueva ala en el patio de Baden, crean el espacio necesario para alojar a la Familia Gran Ducal. Las obras estuvieron a cargo del arquitecto belga Gédéon Bordiau y el arquitecto luxemburgués, Charles Arendt.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis ocuparon el palacio y lo utilizaron como sala de conciertos y como club privado. Sus habitaciones y salones fueron dañados, y muebles, joyas y varias obras de arte fueron robadas y vendidas en Alemania. Con el retorno del exilio de la Gran Duquesa Carlota en 1945, el palacio de nuevo se convirtió en la sede de la Corte Gran Ducal.
La Gran Duquesa emprendió una gran obra de restauración en la década de 1960, pero no fue hasta 1991 y 1996, cuando en el edificio se llevó a cabo una remodelación completa, interior y exterior, que le devolvió su antigua gloria.