Lo pongo aquí que se había quedado atrás.
Debemos tener en cuenta siempre 3 aspectos diferenciadores en cuanto a lo que rige el protocolo:
1- Orden de precedencia.
2- Tratamiento y títulos.
3- Honores
Por ejemplo, el orden de precedencia, en muchas Casas Reales, no sigue una norma establecida. En Reino Unido nos hemos podido encontrar por ejemplo, que en privado, las Princesas Ana y Alejandra ocupaban un lugar preferente respecto a Camilla (por decisión de la Reina), pero no así en los actos oficiales, pues los honores que ésta última recibe son los propios del Príncipe de Gales, honores que distan mucho de los que recibe la Princesa Real o los primos.
Del mismo
modo el tratamiento que cada uno tenga, pesa. Igual que tradicionalmente todo aquel que fuese Majestad o Alteza Imperial estaba por encima de una Majestad o Alteza Real, hoy en día también ocupa un puesto más relegado una Alteza Gran Ducal o Alteza Serenísima por muy Jefe de Estado que ésta sea. Pero esa Alteza Gran Ducal o Alteza Serenísima puede recibir honores propios del Rey de España cuando es recibido en visita oficial. Así que imaginad las diferencias que pueden existir. Abro este melón para traeros a la memoria una duda que surgió alguna vez acerca de si Grace debía hacerle la reverencia a Farah o a la Reina Sofía. No tenía la obligación porque Grace era consorte de un Jefe de Estado, pero lo hacía por respeto al rango que estas personas tenían respecto a ella.
En nuestro caso los Reyes con carácter honorífico (como dice Carlos Fuente), están relegados en cuanto al orden de precedencia, por detrás de los descendientes del Rey (estarían incluso detrás, de exisitr, de los hijos de Leonor, salvo Real Decreto expresando lo contrario); mantienen el tratamiento de Majestad y reciben los mismos honores que la Princesa de Asturias (el himno corto, saludos militares y esas cosillas). Pero del mismo
modo que fueron creados reyes con carácter honórifico (y no principes como Beatriz de Holanda), el tratamiento escogido para ellos fue también el de Majestad. Aunque un rey abdicado no recibe su título y tratamiento por derecho propio, como sí lo hace el llamado a suceder en el trono o el hijo de un rey (con su título de infante), fue el Rey Felipe el que estipuló las cosas así. Luego si una Alteza Real se cruza con una Majestad, aunque la primera ocupe un lugar preferencial, debe inclinarse o saludarle con una reverencia. Al contrario no. Porque en este caso la única diferencia que existe entre ellos, es el lugar en el que se sientan y el tratamiento que cada uno recibe.
Es lioso, pero es así.
Hay más ejemplos para que veais como bailan las cosas dependiendo del rango, el tratamiento e incluso los años que uno lleva ostentando cierto título. Cuando hay una celebración royal en la que están invitados todos los soberanos de Europa, muchas veces importa poco que uno sea Majestad o Alteza, porque seguramente, si se hacen las cosas bien, ese soberano habrá sido invitado como Jefe de Estado y por lo tanto se sentará según los años que lleve como tal en el cargo. Nos encontraríamos por ejemplo que Hans Adam o Alberto de Mónaco deberían estar sentados en un lugar preferencial al de los 3 últimos recién entronizados reyes.
Y tambén nos hemos podido encontrar con infantas españolas reverenciándose entre si. Por ejemplo las Infantas Pilar, Margarita o Elena saludando con una reverencia y un beso en la mano a sus tías las Infantas Beatriz y Crisitina. No es obligatorio, no es propio, pero suponemos que es una muestra de respeto hacia sus mayores, hacia las que llevan más años ostentando el título.