https://www.zdf.de/dokumentation/zdfzei ... n-100.htmlYa han subido el primer episodio y además creo que no hay restricciones geográficas. Si las hubiese, lo puedo subir a Youtube.
Nada más comenzar aparece un planazo de la parte trasera de Zarzuela, "mi querido" edificio Magnolias, su puerta de entrada y ahí es donde se supone que también se encuentra el despacho de la Reina.
Si activáis los subtítulos, aunque están en alemán, algo más se alcanza a entender, que al fin y al cabo es lo que interesa, qué cuentan los alemanes.
Una alegría. Aparece Sagrario Ruiz de Apodaca, que es cara de ver desde que se fue a Roma. ¡No sé que hace allí en lugar de estar en Zarzuela!
Y es interesante aunque no se entienda muy bien, el repaso y la crítica que hace Charles Power hacia el trato que recibió Letizia cuando era princesa. Y lo que cree él que debería haber pasado al ser una mujer española, de clase media, más natural, más relajada, justo dejó de ser así. Máxime cuando deslizan claramente que todo aquello, para lo que quizás no estaba preparada o no lo esperaba, le afectó física y emocionalmente. Por eso, es necesario que esta mujer hable alguna vez de cómo se sintió o de cómo le hicieron sentir realmente. Quizás sería bueno, serviría de aprendizaje para ella y para los medios (lo dudo en algunos) y que por una vez muchos podamos ver a la Letizia vulnerable, dolida o abierta en canal, que salvo en contadas excepciones y muy dolorosas, jamás a dejado entrever. Lo único que dejó ver, o mejor dicho fue su físico el que dejó ver, es que muy bien no lo estaba pasando. Hay algo enquistado ahí por culpa de no parar y hablar en su momento, de no hacer saber "chatos, me lo estáis poniendo muy difícil". Aquí todo seguía igual, llamaban a Zarzuela, decían que era muy activa, nerviosa y perfeccionista y no pasaba nada, claro, cuando era obvio que sí pasaba.
Para mi sigue siendo un misterio todo eso, de hecho creo que es lo que más me interesa de su época de princesa. En lo demás o desde que es reina, ha sido clara y contundente, agradándoles a unos más y a otros menos. Pero esa etapa concreta de su vida, ella tan impersonal, tan arrastrando la obligación que ella misma contrajo el día que se casó, tan sin chispa y vida, sigue siendo un absoluto misterio. No hubiera estado mal precisamente que con una periodista alemana, para una televisión extranjera, con alguien que ha tenido el interés de seguir sus pasos por un año, se abriera en una entrevista y soltase todo, ¿no?
Lo mismo pediría de Máxima. Cómo se sintió y le hicieron sentir cuando no permitieron que sus padres asistieran a su boda, cuando tenía que esperar a que le permitieran invitarlos a los bautizos de sus hijas o aguantar ser examinada a través de la sombra de su padre y no por si misma desde que se hiciera público el noviazgo y compromiso. Y luego como princesa tener que encajar manos o recibir a personas mucho peores que tu padre. Con esto no estoy defendiendo al padre, ni me importa cómo se sintió él, es ella la que me importa, porque no dejaba de ser su padre y de rebote también pagó su madre.
Hay veces que a los medios, a las lenguas, se les va de las manos cuando de quien hablan y escriben son de las vidas ajenas. Y aquí los royals callados.