Carlos Herrera habla así, porque tiene derecho a hablar con semejante rabia, a comparar situaciones y a sentir que se está creando un agravio comparativo sin precedentes ante lo que estamos presenciando. Halcón también lo expresa así, y no le falta razón. Entiendo su punto de vista y su amistad con el Rey JC, pero yo le pediría que entienda también que, en esta situación, no hay nada por encima de la institución y que las personas que la integran o integraron deben hacer sacrificios por el bien de ésta. Si es que les importa algo, claro.
Ahora mismo pienso en los exPalma y en la mueca que podrían estar dibujando en sus caras al leer o escuchar cosas como estas. El mismo Rey Juan Carlos apartó a su hija, yerno y nietos de España mandándoles a Washington, los sacó de la agenda oficial y los condenó antes que la justicia lo hiciera. Y el mismo Rey los exilió a Ginebra, no les permitió pisar Zarzuela, Marivent, pasar alguna que otra Navidad en familia, cumpleaños y fiesta de guardar. Vamos a ver si ponemos las cosas en su sitio porque, la forma de achicar el agua ante el boquete abierto por Noos, la mostró el hoy emérito durante su reinado. Y lo hizo durante un periodo en el que España estaba gobernada por un Ejecutivo que no era partidario de cargarse la monarquía precisamente, aunque con su permisividad (y la de los anteriores) hacia ciertos
modos de vida, hayan dado casi una estocada final al asunto.
El Rey JC no ha matado a nadie y las faltas o daños ocasionados se pueden reparar. Esto es algo que "otros" no podrán hacer jamás, y por eso Herrera dice lo que dice. El problema es que el daño reputacional, ahora mismo, es demasiado grande. Y lo es precisamente porque a un político no se le presume ejemplaridad per se, sino todo lo contrario. En cambio a un Rey, de un país democrático, sí se le presumía y se le presume ser un faro moral para la sociedad, con valores incorruptibles. Así que al Rey JC y a cualquier otro miembro de la FR, siempre se le exigirá mucho más y se le dará mucho más. No se puede comparar al Rey con un político, pues ni tiene su papel, ni sus obligaciones, ni su trascendencia, ni su mala reputación de serie.
Debe hacer sacrificios para salvar su nombre de los juicios de la historia, sí, pero sobre todo para salvar a una institución a la que ha descuidado demasiado los últimos 15 años. Eso debería ser interiorizado por todos. Si sale inocente de todo lo que está apareciendo, podrá regresar divo, grande y fuerte. El problema ahora mismo es que pintan bastos; que su hijo ha sido presionado, chantajeado y coaccionado; que una desgraciada no deja de abrir el pico y nadie le replica; que la monarquía está en boca de todos y no para bien; y que, por mucho que Herrerita asegure que el emérito se encuentra indefenso, mis disculpas, pero no. Tiene y ha tenido la oportunidad de coser a demandas y querellas a todo quisqui, empezando por la amiga entrañable, pero una de dos: o no quiere o desgraciadamente no puede. Tiene abogados magníficos que podrían preparar declaraciones y comunicados con todos los puntos y comas si eso fuese a favorecer su defensa.
Y para acabar. Le pidieron que abandonara Zarzuela para que el Rey dejase de ser presionado por un Gobierno que no es el mejor compañero para este baile. Le plantearon posibles residencias y no las aceptó. Le obligaron a marcharse y él eligió Abu Dabi a pesar de que esa idea le parecía, a Zarzuela y a casi todo el mundo, una explosión en el pie. Le rogaron
modificar su destino antes de hacerlo público y no quiso. Basta con el cuento de la lástima. Basta, basta porque de tantos polvos, vienen estos lodos. La única lástima que debería exigir es que esto le pille a estas edades, pero incluso a eso debería dar gracias porque el paso del tiempo es su mejor aliado.
Y nunca, nunca va a estar de más escucharle maldecir a toda esta gente de la que se rodeó y el nulo olfato que tuvo para pilotar su vida privada. Todavía no le he escuchado entonar el mea culpa por nada de nada. Y no me refiero a dineros ni cuestiones judiciales. Me refiero a la vida que ha llevado, que no correspondía con una persona de su talla ni de su relevancia histórica. Basta de cuentos y ensoñaciones. Más nobleza y humildad y más arrepentimiento por el daño autoinfligido a la Corona.
Beatriz de Holanda debería estar en línea con todos, a
modo de mediadora. Que les cuente el fregado que le dejó su padre a su madre y a sí misma. Como la abdicación tuvo visos forzosos, de algún
modo, gracias al pésimo Príncipe Consorte que resultó ser Bernardo. Que les cuente la de barricadas, protestas y gases que tuvo que presenciar durante las celebraciones de su entronización y primeros años como Reina. Como los partidos que más cuestionaban a la monarquía se hicieron fuertes y ella tuvo que ceder y meter en vereda a media familia. Y que les recuerde como la prensa rosa y amarillista de media Europa se frotó las manos con las infidelidades de su padre, los sobornos de la Lockheed, su otra familia, las medio hermanas, las herencias y los palitos en las ruedas de Irene y Cristina. Por no hablar de su propio drama, el que arrastraba su Claus, que no remontaba de sus episodios de depresión.
Ningún royal sale indemne de sus errores. Tarde o temprano se los descubren, aunque casi siempre los que se comen el fregado son otros.
Febe escribió:
Halcón escribió:
En cuanto a las joyas regaladas a la reina Sofía (antes de las normas impuestas por el rey Felipe VI) doy por hecho que seguirán siendo de ella y hará con ellas lo que estime oportuno,...
Cederlas a Patrimonio como joyas de Estado.
Ya las usa doña Letizia en ocasiones oficiales...
Las joyas que hoy luce la Reina y que pudieron ser un regalo de otros Jefes de Estado (no confundir con regalos de Estado) en su día, tienen muchos, muchos años. Llevan décadas siendo propiedad de la Reina Sofía. Lo mismo sucede con los regalos de bodas de los entonces Príncipes. No van ni deberían cederlas a PN. Lo que sí podrían haber impuesto (esto es una teoría mía respecto a un nuevo lote de joyas de pasar instituido por Sofía) es que esas joyas pasen de titular en titular como sucede con los regalos de Estado de los Windsor, por lo que no se pueden ni repartir ni vender.
Desprenderse de joyas de su plena propiedad, publicitadas en su momento, mantenidas y cuidadas por ellos, a estas alturas, me parece de tontolabas. Pues las que recibieron las mujeres de los Presidentes de Gobierno, ministras, etc, están en sus casas, entiendo. Otra cosa es lo que esté sucediendo a partir de la nueva normativa de aceptación de regalos oficiales, que también los diferencia de los regalos personales, que ya cuenta en su haber varios aderezos de joyas de las Reinas y de las Infantas menores.