XL. Ha escrito: «El peor adversario del Rey ha sido y sigue siendo su padre. Nadie le ha procurado más daño moral y político, antes y después de su abdicación […]. Nos traicionó a todos y traicionó a su hijo», y hasta lo compara con una bomba de relojería que tienen que desactivar los Tédax para que la onda expansiva no llegue a su hijo. ¿Es necesario calificar al rey Juan Carlos con expresiones tan fuertes para distanciarlo de Felipe VI?
J.A.Z. Sí [rotundo]. El Rey tiene que ser totalmente diferente a su padre y quedar absolutamente distanciado de él. Esta es una institución hereditaria, biológica y muy personalizada. Si el padre entrega la Corona en una situación muy deteriorada, se convierte de facto en alguien que carcome la solidez de la institución. Por lo tanto, es un adversario objetivo de su hijo.
XL. Las descripciones que recoge rayan la crueldad.
J.A.Z. Niego la mayor, yo no soy cruel. Hablemos de hechos, no de opiniones: el rey está expatriado; ha reconocido que ha defraudado fiscalmente, puesto que se ha acogido a una regulación voluntaria; no ha negado los hechos de su vida pasada, que en este momento forman parte de una de las tres investigaciones indagatorias prejudiciales del Ministerio Fiscal; no ha negado que haya tenido la relación que tuvo con Corinna Larsen; no ha negado que se haya beneficiado de la Fundación Lucum como pantalla de una no sabemos si donación o comisión de 100 millones de dólares; y es un dato real que recibió cantidades importantes de la Fundación Zagatka. Por lo tanto, ¿qué son más duras las palabras o los hechos?
XL. Las dos cosas.
J.A.Z. Son más duros los hechos. Si algo de todo eso que yo digo no fuese realidad, Juan Carlos I estaría viviendo en la Zarzuela tranquilamente; pero resulta que está a miles de kilómetros, expatriado en Emiratos Árabes Unidos, con tres procedimientos del fiscal abiertos y con una regularización por la que ha pagado 768.000 euros. El gran reto de Felipe VI es reconstruir todo lo que su padre, después de erigirlo, destruyó.
XL. La entrada en prisión de Iñaki Urdangarin parecía zanjar un primer asunto oscuro. ¿Fue la imagen del rey en la que pedía perdón tras la foto de Botsuana la que convirtió a Corinna en la mujer que levantó la veda?
J.A.Z. Corinna es una mujer absolutamente despechada, que tuvo unas expectativas probablemente fuera de la realidad y que ahora lo que pretende es hacer todo el daño posible no solo al rey emérito, sino también a la Corona.
XL. Cuenta que desde un bufete londinense se envió documentación muy comprometida para el rey emérito sobre la Fundación Lucum a tres personas: a Jaime Alfonsín (jefe de la Casa del Rey), a la Reina Letizia y al secretario de Estado de Comunicación.
J.A.Z. Tiraron con bala, quisieron asegurarse de que la Reina Letizia y el Gobierno fuesen conocedores de las irregularidades cometidas por el padre del Rey; y esos documentos se filtraron a The Sunday Telegraph. Cómo y cuándo destapar las irregularidades de Juan Carlos I lo decidió el bufete contratado por Corinna Larsen. Y, a partir de ese momento, la situación se hizo inmanejable e irreversible. Creo que Corinna tiene una voluntad dolosa de hacer daño a partir del regreso de Botsuana, cuando ella es expulsada de nuestro país.
Lo que está causando una hemorragia que ni los pobres hemofílicos que haya tenido la dinastía.
Éste sí está captando por donde tiene que ir el tema para salvar todo esto de la catástrofe.