La Galería de las Pinturas: John Nash, el arquitecto que supervisó la transformación de Buckingham House en el Palacio de Buckingham, diseñó esta galería como un espacio para exhibir la magnífica colección de pinturas reunida por Jorge IV y sus predecesores, y ese es el papel que esta galería continúa desempeñando actualmente. Es el hogar de algunas de las obras más famosas de la Royal Collection, con pinturas de Holbein, Rembrandt, Rubens, Canaletto y Van Dyck entre muchas otras. La Galería de Pinturas es también el principal espacio de recepción del palacio, albergando eventos para varios cientos de invitados a la vez.

Algunas de las obras más populares de la Royal Collection se cuelgan en esta galería, aunque cambian regularmente, ya que a menudo se prestan a otros museos o exposiciones. Los visitantes generalmente pueden ver el retrato de Van Dyck de Henrietta Maria, esposa de Carlos I, un autorretrato de Rubens, varias escenas de Venecia de Canaletto, y quizás la obra más famosa de la Royal Collection, "Lección de música" de Vermeer.

Además de la magnífica colección de pinturas, hay excelentes ejemplos de porcelana china y japonesa, muchas de las cuales fueron adquiridas por Jorge IV para el Pabellón Real de Brighton, y excelentes piezas de muebles franceses de Georges Jacob y Adam Weisweiler.

El Salón del Trono: el dramático arco y el dosel sobre los tronos fue la obra maestra del arquitecto John Nash, muy influenciado por su experiencia en el diseño de escenarios teatrales. Justo en el centro de la sala se encuentran el par de sillas, conocidas como Sillas de Estado, que se utilizaron para la ceremonia de coronación de la Reina y del Duque de Edimburgo en 1953. También se encuentran los tronos realizados para las coronaciones del Rey Jorge VI y la Reina Isabel en 1937 y de la Reina Victoria en 1837.

La silla bordada con el monograma "EIIR" fue utilizada por la Reina al comienzo de su ceremonia de Coronación hasta el momento en el que fue coronada. Después, se sentó en el trono que se exhibe en el Salón del Trono de la Jarretera del Castillo de Windsor.

Gran parte de la decoración de esta sala es original de la época de Jorge IV y de Carlton House, incluido el magnífico par de sillas del consejo realizadas por Tatham, Bailey & Sanders. Las esculturas incluyen una excelente imagen del Príncipe Arturo, hijo de la Reina Victoria, de Carlo Marochetti, uno de los escultores favoritos de la Reina Victoria. También contiene bustos de la Reina Alejandra, así como de la Duquesa de Teck.

El Salón Verde: originalmente fue el salón de la Duquesa de Buckingham, la habitación más grande del primer piso de la antigua Buckingham House, en el centro de la fachada este. Bajo la dirección de Sir William Chambers a principios de la década de 1760, fue remodelado para la reina Carlota. Estas modificaciones incluyeron la introducción de un nuevo techo pintado, posiblemente diseñado por James "Athenian" Stuart, y una chimenea de mármol -ahora en Windsor- diseñada por Robert Adam. Posteriormente la sala fue redecorada con frisos y pilastras, un esquema que sobrevivió inalterado -excepto por la introducción de un trono y dosel para la Reina Carlota durante la Regencia- hasta que finalmente la sala fue remodelada por John Nash para Jorge IV. Además de la introducción de un nuevo techo de yeso ricamente modelado, la principal alteración estructural implicó el reemplazo de la chimenea de Adam por una puerta que conduce al Salón del Trono y la creación de otra nueva puerta a juego enfrente que conduce a la Gran Escalera.

La decoración y disposición de la sala es de principios de la década de 1830. Bajo la supervisión de Lord Duncannon, se incluyó la provisión de tapices de seda verde confeccionados en Irlanda por sugerencia de la Reina Adelaida, y una alfombra Axminster tejida en tonos rojizos y dorados con los emblemas nacionales. A la derecha de la puerta que conduce al Salón del Trono se pueden observar las tres hijas menores de Jorge III retratadas por Copley. Destacan, entre los muebles, las sillas y sofás de Morel & Seddon, parte de un conjunto creado originalmente para los Salones Crimson y Blanco del Castillo de Windsor.

Al igual que sucede en el Salón Azul, los revestimientos de las paredes se han combinado con los colores y motivos de la porcelana de Sèvres, en este caso en verde. Uno de los ejemplos más llamativos es el jarrón en forma de barco, que originalmente perteneció a Madame de Pompadour, amante del rey francés Luis XV. La pieza fue adquirida por Jorge IV en 1817.

Jorge IV también fue responsable de la compra de gran parte de los muebles de esta sala. Esto incluye la magnífica cómoda de Adam Weisweiler de alrededor de 1785. Con paneles incrustados que representan temas botánicos, los dos paneles centrales parecen haber sido realizados en Florencia, a finales del siglo XVI. La segunda cómoda fue realizada por Martin Carlin, nuevamente en Francia, e incorpora paneles que representan frutas. Casi con certeza se hicieron en los talleres reales de Luis XIV en los Gobelinos, por lo tanto datan de mediados del siglo XVII.

La Galería Este: durante los 63 años de reinado de la Reina Victoria, con el apoyo y el aliento del Príncipe Alberto, transformó el Palacio de Buckingham en el edificio que conocemos hoy. La Galería Este marca el comienzo de las adiciones victorianas al palacio. Fue diseñada por Sir James Pennethorne, resaltando el techo acristalado a modo de cúpula y una serie de placas en relieve. Este corredor conecta el Salón de Baile y el Comedor con la sección más antigua del palacio. Hoy en día es utilizado durante los banquetes de Estado, cuando la Reina y sus invitados desfilan desde la Sala de Tapices de Seda para hacer su entrada en el Salón de Baile dispuesto para la cena. En el otro extremo del corredor, encontramos la puerta que da salida a la Gran Escalera y que comunica con la planta baja del palacio y la entrada principal.

Alberga algunas de las mejores pinturas narrativas victorianas de la Royal Collection, incluidas obras que representan la coronación de la Reina Victoria, su matrimonio con el Príncipe Alberto y el bautizo de Alberto Eduardo, el futuro Eduardo VII. El famoso retrato de la familia de la Reina Victoria pintado por Winterhalter, junto con la representación de su coronación por Sir George Hayter, son dos de las pinturas más destacables. También se puede encontrar una serie de obras asociadas a la familia de Jorge III, firmadas por Benjamin West, que incluyen retratos del Rey, la Reina Carlota y una obra que conmemora a su hijo pequeño, el Príncipe Octavius.

El imponente reloj fue montado por el parisino de La Croix, posiblemente Pierre Delacroix, alrededor de 1775. No hay detalles registrados sobre la adquisición del reloj, pero la historia sugiere que fue adquirido en una apuesta por Jorge IV de Carlos X de Francia, ya que parece en uno de los inventarios de relojes de 1837 en el Castillo de Windsor. El inventario fue creado originalmente como un registro de los relojes, jarrones, candelabros y otras piezas de Carlton House, así como artículos seleccionados de Buckingham House, el Pabellón Real de Brighton, Hampton Court y el Palacio de Kensington Palace para ser considerados en la renovación redecoración del Castillo de Windsor.

Está situado en la isla Stadsholmen, en el centro de Estocolmo, aunque es popularmente conocida como Gamla stan "La ciudad vieja". Stadsholmen está conectada al continente por varios puentes y junto con los islotes Riddarholmen, Helgeandsholmen y Strömsborg forman el casco antiguo de Estocolmo. El palacio está rodeado por las rampas de Lejonbacken y el Puente Norrbro al norte; el jardín Logården y la calle Skeppsbron al este; la calle Slottsbacken y la Catedral de San Nicolás (Storkyrkan) al sur; y el Patio Exterior y la calle Högvaktsterrassen al noroeste.

Se erige en el mismo lugar que el antiguo castillo medieval Tre Kronor, que fue destruido en un incendio el 7 de mayo de 1697. No obstante, la historia del Palacio Real se remonta a muchos siglos atrás. Las amplias excavaciones realizadas entre 1978 y 1980, revelaron rastros de estructuras de madera muy antiguas, de finales del siglo X. Rimkrönikan, la crónica medieval sueca, afirma que a mediados del siglo XIII, el Conde Birger mandó construir una fortaleza en el lugar donde ahora se encuentra el Palacio Real.

Según las últimas investigaciones, esta afirmación es, con toda probabilidad, cierta. El edificio primitivo, conocido como Tre Kronor "Tres Coronas", fue un castillo situado en Estocolmo, en el mismo lugar donde hoy se encuentra el Palacio Real. Se cree que fue una ciudadela que el Conde Birger convirtió en castillo a mediados del siglo XIII. El nombre "Tre Kronor" aparece en el reinado del Rey Magnus IV, a mediados del siglo XIV. La mayor parte de la biblioteca nacional y los archivos reales de Suecia fueron destruidos cuando el castillo se incendió en 1697, lo que dificulta la documentación de la historia temprana del país y de este edificio en particular.

Del antiguo castillo se conserva gran parte del ala norte en el actual Palacio Real. La fachada barroca del edificio, oculta torres medievales con aspilleras. Los gruesos muros se construyeron con cascotes de granito, pero a medida que fueron ganando altura, se utilizó el ladrillo en su lugar. El cambio de materiales sugiere que este edificio tenía un gran prestigio, ya que el ladrillo era un material de construcción mucho más costoso que la piedra.

En 1521, Gustavo Vasa comenzó con la disolución de la Unión de Kalmar (1397), antaño firmada entre Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia. Fue el comienzo de una época sangrienta en Escandinavia, preludio de la Guerra del Conde y de la Guerra de los Siete Años. Este periodo marcó el inicio del Estado moderno en Suecia, y el Castillo de las Tres Coronas se convirtió en la principal residencia de sus monarcas.

Durante el reinado de la dinastía Vasa, la fortaleza medieval se convirtió en un magnífico palacio renacentista. Uno de los grandes artífices de la transformación fue el arquitecto holandés Willem Boy. Tras la firma de los tratados de la Paz de Westfalia en 1648, se planificaron amplias reformas para el palacio, de acuerdo con el nuevo estatus de Suecia en Europa. Sin embargo, las obras no comenzaron hasta 1692, bajo la dirección del arquitecto Nicodemus Tessin el Joven. Fue entonces cuando el ala norte del Palacio, con vistas a Norrbro, adquirió el exterior barroco romano que vemos hoy.

El 7 de mayo de 1697, un descomunal incendio destruyó prácticamente la totalidad del antiguo palacio, pero el ala norte, recién remodelada, quedó más o menos indemne. Seis semanas después del incendio, Tessin presentó al gobierno sueco los planos del nuevo palacio. El plan era que el nuevo edificio se construyera en unos cinco años, pero no fue así. A la muerte de Tessin el Joven, en 1728, las obras de palacio fueron finalizadas por Carl Hårleman, quien también diseñó gran parte de su interior rococó. No fue hasta 1754, cuando la Familia Real del Rey Adolfo Federico y su Reina Luisa Ulrika, pudo instalarse en su nueva residencia, casi sesenta años después del incendio.

El edificio consta de 1.430 habitaciones, distribuidas en los Apartamentos para la Familia Real, los Apartamentos de Estado, los Apartamentos de Invitados y los Apartamentos Bernadotte. También aloja el gran Salón de Estado, la Capilla Real, el Tesoro con las Regalías de Suecia, la Real Armería (Livrustkammaren) y el Museo de las Tres Coronas, dedicado al antiguo castillo, situado en las bóvedas del sótano. Asimismo, en su día albergó la Biblioteca Nacional de Suecia, situada en el ala noreste, hoy Biblioteca Bernadotte. El Archivo de Palacio (Slottsarkivet) se encuentra en el ala de la Cancillería, junto a las oficinas de la Corte, donde trabajan alrededor de 200 empleados.

El Palacio Real es propiedad del Estado sueco y está gestionado a través del Consejo Nacional de la Propiedad de Suecia.

El palacio está hecho de ladrillo y piedra arenisca. Los tejados están recubiertos de cobre, con inclinación hacia el Patio Interior. El edificio consta de cuatro alas, denominadas comúnmente como los cuatro puntos cardinales. Las fachadas de cada ala tienen un diseño propio y no coinciden con el ala norte, la más primitiva.

La fachada norte, que representa "el Poder", se construyó en 1692, como parte del antiguo castillo. Tiene el mismo estilo barroco austero, contrastando con el estilo renacentista del resto del edificio. El modelo de este estilo barroco, que incluye una regularidad y simetría relativamente estrictas, fue el Palacio Farnesio de Roma. Los muros que rodeaban el granero, los establos y los talleres del antiguo castillo, se encuentran ahora detrás de las rampas (Lejonbacken) que dan acceso al edificio. En la misma fachada se pueden encontrar los muros de las antiguas torres. Dichos muros son, hoy en día, las esquinas de la plaza noreste y noroeste, siendo más gruesos en la planta baja del palacio, ya que el arquitecto Tessin los reutilizó y los incorporó al nuevo palacio.

La fachada está escasamente decorada, con el escudo de armas del reino sostenido por dos representaciones de la diosa Feme u Osa, obra de Claude Henrion. En el Lejonbacken o las rampas de acceso, podemos encontrar dos leones inspirados en los de la Villa Médici de Roma. El diseño fue aprobado por el Rey Carlos XII en 1700. Fueron fundidos en bronce en la Casa de Fundición de Normalm entre 1702 y 1704 y colocados en el Lejonbacken como símbolo del poder real. El bronce de los leones procedía de una mina tomada como botín en el Castillo de Kronborg, durante la campaña del Rey Carlos X Gustavo en Dinamarca.

En la Navidad de 1696 se inauguró una nueva Capilla Real y un nuevo Salón de Estado en el ala norte. Después del incendio ocurrido en 1697, la mayor parte del edificio quedó desolado, excepto los robustos muros. La recién construida Capilla Real y el Salón de Estado desaparecieron. Volvieron a construirse, pero en el ala sur del palacio, donde se encuentran en la actualidad.


Ala sur, con el portal que da acceso al Patio Interior, a la Capilla Real (izquierda) y al Salón de Estado (derecha)

La fachada sur, representa "La Nación". En el centro de la fachada se encuentra un arco del triunfo de estilo barroco, flanqueado por tres columnas de orden corintio a cada lado. En el arco hay una placa de piedra con una inscripción en latín dedicada al Rey Carlos XII. A lo largo de la misma fachada hay una serie de nichos con esculturas que representan a personajes suecos. Se supone que toda la fachada refleja la grandeza de Suecia, su sociedad y las personas destacadas del país. En el interior del portal se encuentra el Arco Sur con las escaleras que conducen a la Capilla Real por la izquierda y al Salón de Estado por la derecha. Esto simboliza la reunión del poder mundano y divino en un solo lugar. Frente a la fachada, encontramos una estatua ecuestre del primer rey Bernadotte, Carlos XIV Juan.



La fachada este u oriental representa "Las Cualidades Femeninas" y, por ende, a la Reina. Bajo esta fachada y entre dos pequeñas alas, se encuentra el Logården. Es un pequeño jardín al que se accede mediante unas escaleras. En una balaustrada que encierra el Logården, hay cuatro esculturas que representan la música, la religión, la poesía y la piedad. Estas pueden considerarse como antiguas percepciones de los valores e intereses femeninos.

Se cree que, al diseñar la fachada oriental que da al Logården, Tessin pensó en una villa rural romana, con escaleras desde el jardín del palacio hasta la puerta del mismo. Se presume que el modelo para la parte central, con colosales pilastras entre las ventanas de los dos pisos superiores y la planta baja rústica, es el Palacio Chigi-Odescalchi de Gian Lorenzo Bernini en Roma.

El palacio tiene dos patios: el Patio Interior y el Patio Exterior. El Patio Interior está rodeado por las cuatro alas de palacio y se accede a él por los portales situados en el centro de cada una de las cuatro fachadas.



El ala oeste se construyó sobre el antiguo foso y los montículos para los cañones del rey Gustavo I. Se da una clara asimetría, creada por las diferentes longitudes de cada una de las cuatro alas. Se intentó compensar añadiendo dos alas semicirculares al oeste del edificio principal. Estas alas, las más occidentales, rodean el Patio Exterior. En la fachada hay nueve medallones que representan a nueve soberanos suecos y diez cariátides. El ventanal central, sobre el portal, es donde suele aparecer la Familia Real en el cumpleaños del Rey.

Las magníficas Salas de Estado utilizadas en las recepciones de los Reyes son conocidas como los Apartamentos Reales. Hay un Salón de Banquetes que se utiliza en las cenas de gala, las reuniones del gabinete y las veladas parlamentarias. También hay un Apartamento para Invitados que se utiliza como residencia para los dignatarios extranjeros en visitas de Estado. El interior, muy bien conservado, ofrece una visión histórica de los años 1700 en adelante, donde cada monarca ha ido dejando huellas de las distintas épocas.

Los Apartamentos Reales también incluyen el Salón de Estado con el trono de plata de la Reina Cristina, así como los Apartamentos de las Órdenes de Caballería, que albergan una colección permanente de las órdenes reales.

Los Apartamentos Bernadotte están situados en el ala norte y cuentan con 14 habitaciones. En ellos se puede conocer la historia más antigua del palacio hasta el momento en que se convirtieron en el hogar de los Reyes Adolfo Federico y Luisa Ulrica.

Los Apartamentos de Estado constan de nueve habitaciones. Los planos originales de esta sección fueron realizados por el arquitecto Nicodemus Tessin el Joven, durante la época del "Gran Poder" en Suecia. No se culminaron todos los proyectos, pero, a pesar de ello, las habitaciones no tienen parangón en el norte de Europa.

Los Apartamentos de Invitados se utilizan, en gran medida, para las visitas de Estado. Por ello, las habitaciones están más profusamente decoradas de lo que cabría esperar en un entorno tradicional del 1700. El apartamento contiene muebles de diferentes épocas, la mayoría de los cuales fueron fabricados en Estocolmo entre los años 1700 y 1800, por lo que son interesantes desde el punto de vista de la historia de los distintos estilos.

En los Apartamentos de las Órdenes de Caballería del Palacio Real se presenta una exposición permanente de las Órdenes Reales. Cuatro salas componen los apartamentos, una sala para cada orden. Hasta 1949, estas salas albergaban el Tribunal Supremo de Suecia, establecido en 1789 por Gustavo III.

El Salón de los Pilares: llamado así por las columnas que flanquean las cuatro paredes de la sala. Fue el comedor del Rey Adolfo Federico antes de ser modernizado por el rey Gustavo III. En el diseño de los interiores rococó, la simetría era muy importante. Cada puerta debía tener una ventana, un espejo o una puerta al otro lado. El arquitecto siguió religiosamente este principio. Algunas de las puertas dobles son imitaciones, instaladas para no alterar la estructura simétrica de la sala.

En la actualidad, la sala refleja el estilo neoclásico de la década de 1780, cuando Gustavo III renovó el interior. Las sillas, de estilo gustaviano, son obra de Eric Öhrmark ca. 1780. También se encuentran dos esculturas de Venus y Apollino, el dios Apolo adolescente. Cuando la sala se restauró en la década de 1940, aparecieron unas pinturas decorativas obra de Johan Pasch, realizadas hacia 1740.

Al salir del Salón de los Pilares, se entra en el Salón Victoria y en el esplendor del siglo XIX.



Salón Victoria: lleva el nombre de la diosa romana de la victoria. Originalmente, cuando Adolfo Federico y Luisa Ulrica se instalaron en el palacio, esta sala estaba formada por dos habitaciones: la Antecámara del Rey y su Salón de Audiencias. Gustavo III hizo que las dos se unieran en una sola habitación, su Gran Gabinete. Posteriormente, la Reina Desirée mandó redecorarla en la década de 1820. La decoración actual, en estilo rococó, data de 1864, siendo obra de Fredric Wilhelm Scholander para Carlos XV.

El espacio es un ejemplo bien conservado del estilo victoriano, que muestra el esplendor del estilo neo-rococó del siglo XIX. Esta sala se utiliza hoy en día para las recepciones oficiales.



Las dos grandes mesas ovaladas con tableros de estuco, fueron realizadas en Múnich en 1844. Fue un encargo para Óscar I y la Reina Josefina. Scholander diseñó las sillas y los sofás, confeccionados en Estocolmo, pero las enormes lámparas de cristal son de la firma Lobmeyer, de Viena, hacia 1860. La alfombra, de 20 metros de largo y 8 de ancho, se tejió en una sola pieza en Estocolmo.



Estudio de Óscar II: uno de los antiguos estudios mejor conservados es el que ocupó el cuarto rey de la Casa Bernadotte. Se instaló en 1872 y era típico de finales del siglo XIX: telas oscuras y bordadas, cortinajes gruesos, adornos, muchos muebles y retratos de familia. Es muy diferente al estilo de interiorismo sueco, sin adornos y a veces minimalista, del siglo XXI. Las paredes están cubiertas con papel pintado que imita la tela verde abotonada.

Durante el reinado de Óscar II se produjeron grandes cambios tecnológicos: la bombilla y el teléfono llegaron a Suecia. La electricidad se instaló en el Palacio Real de Estocolmo en 1883 y el teléfono fijo un año después. En el escritorio del Rey se puede ver una lámpara con las bombillas al descubierto. Esto se hizo a propósito, para mostrar este moderno invento. Desde que Óscar II falleció en 1907, esta sala se ha dejado intacta para honrar su memoria.

La Galería Bernadotte: es una larga y estrecha sala situada en el centro de los Apartamentos Bernadotte. Antaño sirvió como sala de recepción común de Adolfo Federico y Luisa Ulrica. De esta época se conserva el fresco del techo, así como el estuco alrededor de las ventanas y las puertas. En el siglo XVIII, Gustavo III reformó la sala para albergar la real colección de arte, ahora expuesta en el Museo Nacional. En la época de Óscar II y la Reina Sofía, la sala se dividió en tres salones.

Oscar II murió en 1907 y, tras la muerte de su viuda, la Reina Sofía, la galería fue vaciada de todo su mobiliario y restaurada. Fue convertida en una galería de retratos de la dinastía Bernadotte.



Una de las pinturas más importantes es la que retrata al primer rey Bernadotte, Carlos XIV Juan, cuando era heredero al trono sueco. Cuando supo que había sido elegido como futuro Rey de Suecia, una de las primeras cosas que hizo fue encargar este retrato al artista francés François Gérard. Aparece vestido con su uniforme de General, con la banda y la placa de la Orden de los Serafines. El cuadro refleja su intensa mirada y su clara presencia. El Príncipe Heredero retratado en la cumbre de su carrera militar.

Salón de Audiencias de la Reina Luisa Ulrica: fue la primera reina que se instaló en estos apartamentos, hace más de 250 años. En los periodos intermedios, las modas han cambiado numerosas veces y las habitaciones de palacio se han ido adaptando a ellas. Sin embargo, en 1960 se restauró el interior de este salón para reproducir su decoración original, de la década de 1750. Se reunieron otras piezas que se habían conservado de aquella época, como el trono dorado de Adolfo Federico, que se puede ver en el centro de la sala. Este trono es uno de los dos únicos ejemplares que se hicieron para la coronación de la pareja real en 1751. Los tapices de las paredes muestran escenas de la fábula de Amor y Psique. En una de las esquinas se encuentra un busto retrato de la propia Reina Luisa Ulrica.



Comedor de la Reina Luisa Ulrica: fue decorado en la década de 1750 por el arquitecto Carl Hårleman y, como el resto de la residencia real, se hizo en estilo rococó, inspirado en Francia. Artistas y artesanos fueron convocados desde París y se encargaron de la mayor parte de la obra. Las partes esenciales del mobiliario del comedor, como los paneles tallados y los marcos en blanco y oro, se agruparon en torno a los cuadros de J.-B. Oudry que ya habían sido encargados para el palacio en la década de 1720. Las paredes están cubiertas de damasco verde.



Hoy en día se utiliza para actos oficiales y las reuniones del Consejo Consultivo de Asuntos Exteriores, que preside el Rey. Las puertas pintadas representan los cuatro elementos: viento, agua, tierra y fuego.