Mnnn. Personalmente, no he visto a Letizia en su mejor versión ayer ni hoy, pero no por un
modelo concreto ni por un tocado ni menos aún por un joyas o no joyas. A mí, y puedo estar muy equivocada, me ha transmitido cierta rigidez y no poca tensión contenida. Repito que, al tratarse de una impresión, se trata de algo subjetivo. Por parte, creo que el negro no es su color, endurece sus facciones, y más con su actual tono de pelo.
Dicho lo cual: no me extraña nada, pero nada, si había tensión contenida y rigidez, porque tela el panorama. Tengo a Letizia por una mujer inteligente y dotada de bastante perspicacia, sabe cómo está de revuelto el panorama sociopolítico español y también sabe que a buscar ocasión para el machaque mediático no nos gana nadie. No quiero yo tampoco echar sal en heridas, pero lo de Juan Carlos ha ído de mal en peor y en estos últimos tres días el runrún de la calle y las redes sociales ha sido más que notable. Letizia tenía que estar agobiadísima de que pudiese pasar lo que finalmente ha pasado, la famosa foto de los cuatro reyes, y preocupada por la impresión que podría causar. El resto de asistentes, por suerte para ellos, no tenían que lidiar con algo así...si dejamos a un lado el tema Sussex por lo que se refiere a los Windsor, claro.
Aparte esto, yo creo que la puesta en escena final ha sido grandiosa. Nosotros, queridos, miramos todo con ojo crítico y damos vueltas en torno a muchos detalles de precedencias, protocolos, rituales. Pero la mayoría de la gente se queda con la impresión general, y esa impresión es tremendente efectista. Lilibet ha rendido su último servicio a la imagen de la monarquía inglesa, que enfrenta sus propios conflictos internos. Los Sussex y el de York son un paté bastante indigesto, y el nuevo rey, no es, a día de hoy, el elemento carismático y con un plus de prestigio acumulado en toda una vida de servicio que fue Lilibet.
En esa familia, como en muchas, fijaos que lo interesante son las mujeres. Lilibet, Camilla, Sophie, Kate y hasta la pequeña Charlotte...