PríncipedePaz escribió:
Los títulos históricos que corresponden a la Corona son los que son, porque con ellos se han intitulado los reyes hasta el siglo XIX. En la Constitución no se refieren, por ejemplo, al ducado de Cádiz, al de Lugo o al de Palma, que no son títulos propios del rey de España.
Esa referencia se refiere a lo que se agrupa en esa titulatura tradicional asociada a Castilla, León, Aragón, etc, y que se fue conformando a medida que se fue conformando la realidad que hoy llamamos España y que es la categoría a la que pertenece el Condado de Barcelona, propio de los soberanos del principado de Cataluña.
La Infanta Pilar y la Infanta Margarita fueron infantas de pleno derecho desde su nacimiento, no desde 1987. Entre otras cosas porque Franco nunca pudo asumir lo que no le correspondía y porque Alfonso XIII nunca renunció a sus prerrogativas reales. Nunca se rompió la sucesión dinástica (tampoco es casual que en la ley de sucesión a la jefatura del Estado se nombrara como tal al entonces Príncipe don Juan Carlos. La presión para mantener esa sucesión era clara. Una instauración hubiera sido que triunfara la vía del Duque de Cádiz) y, por tanto, hablar de instauración es pretender asociar la monarquía constitucional al propio franquismo, cuando no emana de ahí sino de la propia evolución de un catastrófico siglo XX. Que Don Juan recibiera honores de rey no es algo casual (y mucho menos inconstitucional) sino una nueva forma de superar, a través de los símbolos, la convulsión vivida en España durante varias décadas.
El reinado de Don Juan Carlos no se parece, en nada (tampoco históricamente) al de Amadeo, que sí fue una nueva dinastía y un rey elegido expresamente por las Cortes después de que se derrocara a la reina. Por eso con Alfonso XII no se puede hablar de instauración, sino de restauración, tras un paréntesis. En el caso de la Transición la diferencia es que esa restauración se hizo desde el mismo Estado para evitar lo que podría suponer hacerlo desde fuera. Esa es la gran victoria: desde la ley a la Ley.
Creo que no has entendido nada de lo que he querido decir. Porque lo de la Historia ya lo se, o se sabe. He dicho que ese trasfondo se asume, pero legalmente no lo especifica, cosa que puede favorecer a la misma Corona, como pasó con lo del título de Conde de Barcelona, que es del rey en ejercicio. Un Conde de Barcelona "padre" añadido ese calificativo, es otra cosa, y menos que sea una A. R.
Todo estuvo muy pensado. "Heredero histórico de su dinastía", pero en otro artículo, sin más, "correspondan a la Corona". Se asume los históricos, como crear o eliminar, porque no hay nada en concreto. Corresponde al rey. No pone: llos históricos a la Corona.
Así, ahora todos asumimos Princesa de Asturias, de Girona y de Viana, etc. Esto es desde Juan Carlos. Fueron suprimidos hace 200 años por Felipe V. Son históricos? Sí, hace siglos. Pero no en los últimos.
Lo mismo para las infantas sus hermanas. Así, el orden sucesorio es a partir del rey Juan Carlos, no de la Pragmática Sanción (irían antes los primos Gómez-Acebo y Borbón a los Calabria) Todo está pensado.
Para mí hay más un elemento de II Restauración. Pero no se asumió esto. No se dijo: el heredero de Alfonso XIII, etc, se siguió el ejemplode Leopoldo I de los Belgas. Añadieron heredero legítimo de la dinastía para dar mayor legitimidad o lustro, que ya lo tenía en el plano histórico y mental general porque es el nieto y heredero de Alfonso XIII.
Pero así todo está bien clarito, que todavía había infantes por ahí carlistas, el carlismo aún tenía, poca, pero algo de presencia. Convenía también al Rey la pátina de refuerzo democrático parlamentario. Se jugó un poco con todo para contentar a todos. ¿Quién iba a negar que eran infantas a las hermanas del rey? Nadie. Pero la Constitución fue al núcleo y había que reforzar los posicionamientos en la legalidad de la situación después de tanto tiempo, porque ya sabemos lo populista que puede ser España o incluso entre ciertos sectores monárquicos. Imaginemos encima hoy con las redes. Se hizo bien. Y el rey además tuvo más opciones.
Afortunadamente, no se dio el título de Conde de Barcelona a Juan Carlos. La imagen de su padre, limpia y de respeto, está aun reciente. Y porque históricamente, que no legalmente, es una incongruencia. Para eso, mejor inventar un nuevo título o como está, "rey honorífico". Este adjetivo creo que se puso para aclarar porque hubiera despistado a muchos de que era eso, un título, no un estatus jurídico o constitucional de monarca. Una gentileza, o uso histórico, vamos.