He terminado hace un par de días el libro "The Quest for Queen Mary", de James Pope-Hennessy editado por Hugo Vickers. Se trata de la publicación en forma de libro de las notas que P-H fue tomando de todas las entrevistas que tuvo para producir su monumental biografía. Dejó instrucciones de que no se publicaran esas notas hasta pasados cincuenta años y tras haber leído el libro comprendemos por qué.
Pope-Hennessy escribe maravillosamente, tiene un ojo de lince para retratar a cualquiera en cuatro frases y recoge con mucha gracia las impresiones que le producen los diferentes royals, cortesanos y personas de servicio a los que entrevista, lugares, momentos etc. Recomiendo vivamente su lectura y traigo alguna anécdota divertidísima sobre Queen Mary que aparece en sus páginas.
Me reí hasta la lágrima con una anécdota que cuenta la duquesa de Beaufort (sobrina de Queen Mary al ser hija de su hermano Adolphus, conocido en la familia como Dolly).
Como sabemos, QM pasó los años de la guerra en Badminton House, la casa solariega de los Beaufort. Llegó con 50 personas de servicio y se quedó 5 años, alterando la vida de la casa, embarcándose en una cruzada taladora de bosques y hiedras, etc.
En algunas ocasiones se producían alarmas por bombardeo y todos bajaban a las bodegas de la casa para protegerse. La primera vez -le cuenta la duquesa a Pope-Hennessy- la alarma fue en mitad de la noche y ella bajó precipitadamente con los pelos de cualquier manera y envuelta en la primera bata vieja que encontró en el armario.
Cuando después de recorrer la casa para asegurarse de que todos se habían refugiado llega al sótano, se encuentra la siguiente escena: Queen Mary perfectamente vestida y peinada, flanqueada por una temblorosa criada que llevaba en sus brazos varios cofres de joyas y por Lady Constance Gaskell, una de sus damas de compañía.
La reina estaba haciendo el crucigrama del Times y justo en ese momento decía "criatura vertebrada de 6 letras, Constance", a su pobre dama de compañía, que se había tomado una pastilla para dormir y apenas podía mantenerse en pie mientras daba unos cabezazos que amenazaban con desplazarle una vértebra.
"No volví a bajar nunca más", le cuenta la duquesa al autor, "con algo así no se puede competir".
No sé si en este hilo se ha contado el accidente de coche que tuvo Queen Mary aquellos años (creo recordar que sí). El coche, con Queen Mary dentro, chocó contra un camión y dio varias vueltas de campana. Llegan los bomberos, que tienen que aserrar la puerta. Tras comprobar que QM parece estar entera, le ponen una escalerita para que pueda salir del automóvil volteado. Según el testigo que se lo cuenta a P-H, la reina salió de la ventana sin un pelo fuera de sitio y bajó por aquellos escalones como quien desciende por las escalinata del Parlamento, con solo una pluma torcida en el sombrero y el parasol un poco doblado.
Estoy por volver a comenzar la lectura del libro, de lo bien que lo he pasado.
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