Un ejemplo de la puntillosidad en la colocación de las placas, que en realidad se trata de llevarlas como debe ser, como la norma indica. Los caballeros suelen llevar de una a cuatro placas en la parte izquierda de la chaqueta del frac o del uniforme, pero es muy importante el orden.
Se pueden lucir dispuestas de forma horizontal, como el Duque de Edimburgo en estas dos ocasiones. En ésta en concreto luce la banda de la Orden de los Serafines sueca con su correspondiente placa y por ello la lleva en lugar preferente, justo delante de la placa de la Orden de la Jarretera (la de la cruz roja).
En esta otra, luce la banda de la Orden de San Olav y sucede exactamente lo mismo, antepone la placa de dicha condecoración a la de la Orden de la Jarretera.
Carlos Gustavo, en cambio, suele llevar las placas dispuestas de forma vertical, como en esta visita a Dinamarca. Luce la Orden del Elefante danesa (que siempre tiene que ir terciada al revés, de izquierda a derecha) y la placa correspondiente (la de la cruz con fondo rojo), encima de la placa de la Orden de los Serfaines sueca, que es como debe ser.
Silvia hace lo propio en esa misma visita, con la Orden del Elefante y su placa, la coloca por encima de la de la Orden de los Serafines. Por cierto, que es de las pocas Reinas que suele lucir dos placas (la propia y la de la condecoración extranjera), como hacen los hombres.