Mi Deste, que nunca me deja sola.
Debo confesar que empecé a leerlo anoche, pero me quedé por la página 25... me dormí. Y cuando leo este tipo de publicaciones suelo tomar notas para no tener que volver a ellas.
Lo de los Toisones es tal cual lo cuentas. No nos debería sorprender que ellos mismos desconocieran el origen de los Toisones y que transmitieran una historia errónea a los más cercanos. No son expertos en joyería, precisamente. Como Pablo ha dicho muchas veces, les puede contar que tal pieza procede de no sé donde y demostrar que él sabe más que ellos sobre sus propias joyas.
Lo que no sabía es que encontraron tantos paquetitos. Eso sí, si tuvieran algo de Carlos I o Felipe II ya habría salido, sobre todo en la exposición que se celebró en su día o la que preparó Patrimonio Nacional en el Palacio Real.
Que tengan placas o veneras enjoyadas de todas las órdenes que recibieron los reyes hasta el S. XX, era muy común. Con los uniformes militares solían lucir placas más austeras, pero cuando vestían de gran gala era otra cosa. Las encargaban a los joyeros de la época. Podemos imaginar lo que encontraron. Decenas de placas como la de la Orden de Carlos III, la que se ponia JC y se pone Felipe en las visitas de Estado.
Solo prestamos atención a las joyas de ellas, pero es probable que el valor histórico y patrimonial de ese tipo de piezas sea ría del joyero del que tanto hablamos.