El papa Benedicto XVI llegó a Aosta, la capital de la región alpina italiana del Valle de Aosta, para un periodo de descanso, y se hospeda en la casa de los Salesianos de la localidad de Les Combes, en los Alpes italianos, en sus vacaciones del 11 al 28 de julio.
El Pontífice viajó desde Roma en un vuelo especial y fue recibido en el aeropuerto por el obispo de Aosta, Giuseppe Anfossi, y las autoridades locales.
El avión aterrizó en el aeropuerto ´Corrado Gex di Saint Christophe´ a las 11.42 horas (09.42 GMT), una después de haber abandonado la capital italiana.
Tras responder con saludos de mano al medio millar de fieles congregados en el aeródromo, el Pontífice se trasladó en un automóvil hasta Les Combes, lugar de estos días de descanso.
El chalé donde pasa las vaciones S.S. Benedicto XVI, inaugurado por Juan Pablo II en el año 2000, está ubicado a los pies del Mont Blanc, en la pequeña localidad de Les Combes, a mil 700 metros de altura.
La casa, usada como campamento de verano por los salesianos, es de reducidas dimensiones comparada con las del sector. En el primer piso está situada la habitación y el despacho del Papa y junto a ella las de su secretario personal y otros acompañantes, como su hermano el Padre Georg Ratzinger.
La casa tiene un jardín y una plazoleta dedicada a la Virgen María, lugar preferido de Juan Pablo II, y por el cual podrá caminar Benedicto XVI alrededor del bosque que rodea la villa, decorado con las estaciones del Vía Crucis.
Pedro Migliasso, Superior Provincial de los Salesianos de Piamonte-Valle de Aosta y encargado de esta casa, expresó “la enorme alegría de la Familia Salesiana por acoger una vez más al Papa y continuar así el camino señalado por San Juan Bosco”, y agregó que “apreciamos particularmente la paternidad y su carácter magisterial, que le permiten expresar con bondad y delicadeza verdades de fe y aspectos morales importantes para la Iglesia”. (México siempre fiel)
“Estoy muy contento de estar aquí. Todos necesitan siempre un poquito de vacaciones, también el Papa”, dijo el Pontífice, que aprovechará el período de descanso de 18 días, con un óptimo clima veraniego para escribir.
Navarro-Valls contó que el Santo Padre, después de celebrar misa y de desayunar, lee el breviario y a continuación se encierra en su habitación para escribir. "No diría que está escribiendo una encíclica" afirmó, dando a entender que quizá esté preparando un libro. A media tarde suele hacer una caminata por la zona. El sábado pasado, al regresar a casa, saludó a sus vecinos.
El chalé en el que se hospeda es el mismo en el que se alojó Juan Pablo II, "y todo sigue siendo como antes, excepto el piano", que se ha instalado en su estudio. "Es un amante del piano y estos días -dijo Navarro-Valls-, le he oído tocar sobre todo Mozart".
El Obispo de la diócesis de Aosta, Monseñor Giuseppe Anfossi, afirmó que Benedicto XVI ha elegido unas vacaciones “con un carácter de mayor reserva y privacidad” y dedicadas al estudio. Indicó además que el Papa realizará menos excursiones y paseos que Juan Pablo II.
Los únicos actos públicos previstos en estos días serán los encuentros con peregrinos y personas del lugar con motivo del Ángelus, el 17 y el 24 de julio. (Aciprensa