qué entusiasmo todos, vamos allá
Como decía Blanca y Leonor de ponen en camino hacia París. Es de suponer que durante estas semanas la reina de Inglaterra instruyese a su nieta sobre lo que se esperaba de ella en Francia, sobre el oficio de reina, aunque Blanca ya tenía el buen ejemplo de su madre, y sobre lo que se iba a encontrar.
¿Y qué se iba a encontrar?
De un lado a su prometido claro. Luis tenía más o menos la edad de Blanca, entre doce y trece años, era rubio, delgado y de aspecto algo enfermizo (ya había sufrido un agrave enfermedad antes de los 4 años de edad), sus rasgos eran agradables y sus ojos claros, herencia de su madre, la dulce Isabelle de Hainault. Isabelle, que se había casado con Felipe Augusto para solventar el problema sucesorio del condado de Flandes, era delicada, culta, piadosa y protectora de poetas (todo lo contrario de su marido) Murió cuando Luis tenía tres años tras un parto difícil, ella tenía 20 y fue muy llorada por la población parisina que la adoraba.
Luis era aplicado y estudioso y contaba con los mejores preceptores, entre ellos uno muy curioso, el maestro parisino Amaury de Bène. Formaba parte de los Hermanos del Libre Espíritu, secta fundada por él que perdurará hasta 1525 y tendrá otros miembros como el famoso pintor El Bosco. Eran básicamente anarquistas: anti Iglesia, anti Sacramentos y Sagradas Escrituras; consideraban todo esto innecesario puesto que Dios está en todo y en todos y no es necesaria la ayuda de terceros para encontrarlo. Amaury se retractó cuando Inocencio III amenazó con excomulgarle.
Régine Pernoud dice que Blanca iba a completar su educación en compañía de su futuro marido y sus preceptores. No sé qué entender por eso puesto que Blanca ya iba educada. A los 12 años en la Edad Media una chica es una mujer casi hecha y derecha, es de suponer que su madre ya la había preparado para lo que se esperaba de una infanta castellana que se convertiría casi seguro en señora de un reino. Sabía bordar, bailar, entendía de
moda y juegos, sabía cantar, tocar algún instrumento y componer poesía puesto que venía de una corte que adoraba los juglares. Sabía leer y escribir en varios idiomas: romance castellano, latín, francés (probablemente
langue d'Oc si no, ¿cómo entendía las canciones de los trovadores provenzales?) y casi seguro algo de árabe como todos más o menos en Hispania. Sin duda sabría algo de cálculo y algunas nociones básicas de medicina o al menos del uso de las plantas más frecuentemente utilizadas en la cosmética y el cuidado de pequeñas heridas. Habéis de saber que en la Edad Media los reinos españoles eran famosos por educar muy bien a sus mujeres (de la nobleza, claro), se decía que aquí las niñas mamaban el latín con la leche materna.
De otro lado Blanca se iba a topar con su suegro
Ya he dicho que Felipe II de Francia no era precisamente la alegría de la huerta y con eso me quedo corta. Sus méritos son muchos claro: era muy trabajador, tenía un agudo sentido del deber y de la responsabilidad, engrandeció los dominios controlados por el monarca francés, destacó como administrador y creó un sistema de funcionarios muy eficaz (bailíos, prebostes y senescales), contaba con el amor de su pueblo y asentó París como su capital, creó la universidad, empedró la calle principal, encauzó el río, construyó murallas y almacenes, fundó hospicios y hospitales... era sin duda un gran rey, pero en el trato personal era bastante difícil. No le gustaba la ostentación ni sentimental ni material por lo que su corte era sombría y austera. No le preocupaban las artes, ni poseía buena educación. Era paciente y observador, astuto, desleal y carente de escrúpulos, un hombre, en general, antipático y sin atractivo.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.