Vandal escribió:
... Ahora me viene otra duda, yo conocía el infantazgo de Covarrubias, pero no el de Campos, qué Campos es éste? cuántos más había? y entonces es correcto llamarlas respectivamente "Infanta de Covarrubias" e "Infanta de Campos", o eso no funcionaba así, con esa nomenclatura digo?
Puesto que Vandal aseguraba en el hilo de las Navas que ya lo conocía, él tiene permiso para saltarse este post. Para los demás: así nace un infantazgo (o infantado), el de Covarrubias.
El llamado Torreón de Fernán González (o torre de doña Urraca) en Covarrubias. Es una torre defensiva, obra mozárabe datada del siglo X, vigía y defensora del paso por el río Arlanza. La leyenda cuenta que la Infanta Doña Urraca fue encerrada y después emparedada en ella por su padre, como castigo a los amoríos de esta con un pastor.
Covarrubias está a 10 km de la abadía que guardaba la tumba de Fernán González, rodeada de espesos bosques, viñas y prados. Hacía años que García sentía predilección por aquel lugar. Se dice que en el pueblo tenía su padre un palacio, según los guías es este
, del que conservamos una puerta románica del siglo XII
En fin, que el sitio le gustaba y como ya sabemos que nuestro señor conde es un místico profundamente religioso, decidió que no había mejor lugar para realizar un acto de piedad que por otra parte no era raro por aquellos tiempos.
Sé que os puede parecer una barbaridad, pero desde la época visigoda hay dos formas de hacerse monje, o monja: la vocación personal o el ofrecimiento de tus padres. Las dos ataban de la misma manera y, los mismo a los que habían profesado espontáneamente que a los que habían sido ofrecidos por sus padres, se les cerraba la puerta del mundo, aunque no estaban obligados a aceptar con todo rigor la disciplina religiosa, sobre todo los nobles. De hecho, la Iglesia animaba a los padres a hacerlo, más bien por interés creo yo puesto que los niños eran ofrecidos con los bienes que supuestamente serían su herencia de mayores. Así había ofrecido Fernán a su hijo Munio cuando tenía 7 años, en 944, recién caído en desgracia frente a Ramiro II, despojado, humillado, perseguido y prisionero hasta hacía muy poco.
Consciente quizá de la que se avecina para los cristianos en la persona de Almanzor, decide García implorar la protección de Dios ofreciéndole un
holocausto en la primera de sus hijas, Urraca, de entre 8 y 10 años de edad. Digo holocausto porque de eso se trata, del sacrificio que hacen los padres en honor al Señor. La religión cristiana siempre ha sido fiel a la máxima "el que algo quiere algo le cuesta", si fuese fácil desprenderse de un hijo, encerrarlo en un monasterio, no volver a verlo, privarle de una vida futura, de casarse y tener hijos que serán tus nietos, el sacrificio no tendría el mismo valor. Por supuesto, la opinión del niño/a no tiene ninguna importancia y, una vez profeso/a, es prácticamente imposible escapar de allí, volver al mundo laico y llevar una vida normal. (Opinión personal: esto es una cosa que nunca he entendido de la religión católica, un Dios que, se supone, es todo bondad y compasión te quiere más si te auto castigas y te quedas jodido de por vida
A mí que me lo expliquen
)
La iglesia de San Cosme y San Damían de Covarrubias era parte del monasterio de San Pedro de Valeránica y, el 7 de septiembre del 972, los abades Velasco y Martín se lo cambian al conde y a la condesa Ava a cambio de tres villas cercanas. Se ve que García ya tenía entonces la idea aunque su hija sólo contaba con dos años. En el año 978, ya rondando los 10, la niña "parece" encantada con los proyectos de su padre, "parece" porque ni delante de la Iglesia ni delante de la sociedad podía querer otra cosa. A veces, los niños ofrecidos a Dios pueden confirmar sus votos en la adolescencia o renunciar a ellos pero para Urraca (nombre horrible por cierto, pero que es una derivación del muy bonito Aurea) no podrá renunciar, ella es la garantía de su padre para que Dios otorgue victorias y grandeza a Castilla, por no hablar de que este acto la convertirá en la mujer más rica y poderosa del condado: la señora de un infantazgo.
Las crónicas posteriores dicen que el objetivo de García era dejar a su hija en una posición decorosa y dotar conforme a su rango a cualquier otra mujer de su linaje que no quisiese o no pudiese abrazar el matrimonio. Ni hablar, a los 10 años de edad Urraca aun no podía saber si no quería casarse o no iba a encontrar pretendiente, algo muy poco probable puesto que era una de las solteras de oro del reino. En realidad, García y Ava desean crear un santuario en el que se dé culto a Dios, que se les haga propicio y les perdone sus pecados, que les proteja en su vida. Urraca es sólo un don, una ofrenda preciosa para atraer la bendición de cielo, y todo lo demás es pura palabrería romántica.
Conservamos el documento en el Cartulario de Covarrubias, escrito por el mejor calígrafo de Castilla en aquel tiempo, Florencio de Valderánica, autor de la Biblia de León y la de Oña entre otras, y una copia del mismo destinada al archivo condal que se guarda en la catedral de Burgos. Fechado el 24 de noviembre del año 978.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.