Emma nació en torno al año 985, hija de Ricardo I de Normandía, apodado
el Audaz, y de su esposa Gunnora.
Ricardo tenía tanto de duque como Pelayo de Asturias de rey
Dux, en estas fechas, significa caudillo militar, no duque en el sentido que entendemos todos, igual que el
Rex que se asoció a Pelayo. Ambos comparten un objetivo alcanzado, al final de sus vidas, las primeras formas de feudalismo rudimentario ya se habían asentado en sus dominios, así que, si bien comenzaron sus vidas como generales de ejércitos, es cierto que a su muerte eran algo más parecido a lo que hoy en día entendemos por un duque y un rey.
Ricardo era una persona muy inteligente, duque a los 10 años tras el asesinato de su padre, tuvo unos comienzos difíciles en el cargo al ser cautivo del rey de Francia. En algún momento, aún un joven de 20 años, decidió que los problemas de los franceses y sus guerras contra vikingos y otros duques no eran de su incumbencia y se dedicó a hacer política interna pero sin violencia. Normandía se convirtió en un formidable principado únicamente por el carisma de su señor, que unió a sus vasallos y estabilizó las fronteras sin levantar la espada. Ahora ya sabemos de dónde sacó Emma su notable personalidad y su fuerza de voluntad
Sus matrimonios y los de sus hijas también contribuyeron a aumentar su poder e influencia.

Ricardo I y algunos de sus hijos en un árbol genealógico del siglo XIII.
Por otro lado, la madre de Emma no es menos interesante, un aura de leyenda envuelve su primer encuentro con el duque. Sabemos que era danesa, pero no quiénes eran sus padres. La dama vivía con su hermana Seinfreda y su cuñado, que era vigilante forestal del coto de caza de Ricardo I. Éste, atraído por la fama de la belleza de Seinfreda, ordena que la dama acuda a su cama. El problema es que la chica amaba a su marido y no estaba por la labor, así que tuvo la genial ocurrencia de enviar a su hermana soltera Gunnora, quien suponemos que dejó al duque contento, pues éste no sólo no se enfadó por el engaño, sino que alabó la idea de Seinfreda que los había salvado a ambos del pecado de adulterio. Ipsofactamente, convierte a Gunnora en su amante.
Vaya con el duque, está encantado de no cometer adulterio pero no le importa el pecado de fornicio

Bueno, es que por estas fechas, y lejos de Roma, la gente vivía la religión católica de una manera "relajada", lo mismo en Normandía que en cualquier otro lugar. En realidad, Ricardo y Gunnora están casados según la tradición danesa, que es un tipo de matrimonio tradicional entre las antiguas tribus germánicas, uso y costumbre aplicado por toda Europa. En teoría empieza con el rapto simbólico de la novia y se ratifica por la declaración ante testigos de su intención de vivir como pareja, es decir, que según los daneses, si te vas a vivir con tu novio y lo pregonas entre todos tus amigos, es que estás casada a todos los efectos y punto. En Escocia aún se practica este tipo de matrimonio y también es el tradicional entre los vaqueiros asturianos. Los hijos de esta unión se consideran legítimos y el divorcio es bastante sencillo, basta con anunciar ante testigos el cese de la convivencia y cada uno por su lado.
Por supuesto, esta forma de actuar tan sencilla y lógica ha espantado a la Iglesia Católica desde siempre. Por eso, cuando Ricardo propuso a su hijo Roberto como Arzobispo de Rouen, el Papa le denegó el cargo por ser ilegítimo a sus ojos, así que el duque de Normandía tuvo que casarse con Gunnora por la iglesia y con cura bendiciendo como Dios manda, para legitimar a sus siete hijos.
_________________
La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.