Y sin ofender... Si ves racismo, y no intento de legitimación nacional, en cambiar el apellido germano por Windsor tras la guerra, yo tampoco creo que hayas entendido mucho.
Las acusaciones de Meghan suman, no crean, pero influyen. Por supuesto que sí, vivimos en un mundo superficial y mediático. Yo no mezclaría lo institucional con lo personal, y ella lo hace. Y lo hace sobre todo en EEUU, donde por lo visto comentar de qué tono saldrá la piel del bebé de un matrimonio mixto es racista. En España nadie ve así la conversación, salvo si eres antimonárquico militante, claro.
Por otro lado, hay afirmaciones de Meghan en la entrevista a Oprah que no son opiniones, son mentiras. Su niño no nació Prince por ser bisnieto de la Queen, no por racismo. Ningún hijo de Harry hubiera recibido el título, no le tocaba, aun siendo albino. En UK no coló, pero en USA se lo creyeron a pie juntillas y ganó simpatías. Fue muy sutil ahí, porque hay estudios que muestran que nombres como King, Leroy o Prince son mucho más abundantes entre la población afroamericana que entrela blanca. Se explica como una reacción de empoderamiento y orgullo tras un pasado esclavo. Meghan sabía muy bien lo que decía y a qué auditorio.
Aquí hay, de fondo, un tema cultural, un choque de visiones. Como cuando dijo que le quitaron su voz, que no podía opinar de política. Obvio para quien entiende de qué va ser FR en una monarquía parlamentaria... No es algo contra la libertad de expresión, ni contra ella.
O cuando dijo que se casaron antes de la ceremonia solos los tres, Harry, el arzobispo y ella. La Iglesia anglicana no permite el sacramento sin testigos, pero solo los ingleses se dieron cuenta de que lo que afirmaba era imposible.
A mí Meghan me gustaba mucho, me parecía un soplo de aire fresco y concuerdo en que lo hizo muy bien. Pero el
modo de irse, tantas declaraciones inconexas, falsas... Raro y decepcionante todo ello. Por eso no me creo lo que dice, no me fío.