Que se lo digan a Andy Warhol

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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.

Estoy un poco perdida pero creo que más o menos teníamos a nuestros cruzados reuniéndose en Constantinopla, la última ciudad cristiana antes de aventurarse a territorio enemigo. La capital bizantina estaba rodeada por dos murallas que formaban dos anillos concéntricos de más de 16km de perímetro y más de 9 metros de altura.



Una masa caótica de 70.000 personas no era lo que Alejo I había pensado cuando pidió ayuda la papa Urbano. Su idea era unca compañía de unos 300 caballeros, bien entrenados para la lucha, para que él personalmente pudiera dirigirlos a donde creyera conveniente. Pero lo que recibió fue una plaga de fanáticos, caballeros e infantes armados, pero también mujeres, niños y ancianos harapientos. Todos con la cruz cosida en la ropa. Eran una amenaza potencial para su Imperio, no una ayuda.

Ya hemos visto en las biografías de los ilustres caballeros que Alejo insistía en el juramento de vasallaje por parte de los cruzados y de que éstos lo torearon prometiendo una versión light del mismo, según el cual velaban por la vida, el honor y los intereses del emperador pero sin por ello descuidar los propios. En compensación, recibirían apoyo militar y logístico, de suma importancia para su éxito. Los alimentos eran la mayor necesidad del ejército puesto que no contaban con cadenas de suministro al estilo moderno ni nada parecido, se supone que vivirían de lo que encontraban a su paso más lo que les mandaría el emperador, así que al final Alejo tenía la sartén por el mango.

Una vez llegados a un acuerdo a regañadientes por ambas partes, comenzará la Campaña de Anatolia.

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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.

Primer paso de la campaña de Anatolia: el sitio de Nicea.

A principios de 1097, tran pronto como mejoró el tiempo, el grueso de las tropas cruzó el Bósforo y acampó en Pelekanon (Maltepe), en la costa del golfo de Izmit. Desde allí se adentraron el territorio selyúcida tomando la antigua calzada romana desde Nicomedia (Izmit) a Nicea (Iznik), capital de los sultanes selyúcidas de Rum.

El sitio comienza el 6 de mayo de forma que la ciudad se ve rodeada por las tropas de Bohemundo de Tarento, Raimundo de Tolosa, Roberto de Normandía, Esteban de Blois, Godofredo de Bouillon, Hugo de Vermandois, etc. Vamos, que estaba lo mejorcito de entre los guerreros cruzados, unos 4.200 soldados de infantería y unos 30.000 jinetes. Las huestes selyúcidas son hábiles, pero poco numerosas, y su sultán Kilij I Arslán estaba lejos combatiendo a los turcos.



El sitio de Nicea según una vidriera de San Denis.



Y en un manuscrito del siglo XIII

Pero Nicea no fue fácil de conseguir...

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Alberto Durero.

Sé que este debate lo mantuvisteis hace meses, jajaja, pero hoy pasaba por aquí, lo he leído de nuevo y me ha parecido muy interesante. A decir verdad, no creo que sea del todo correcta tu última aseveración, Monárquico. Pienso que muchas de las mujeres que participaron en la Cruzada tuvieron una participación directa en las escaramuzas bélicas. Quizá más, fíjate, que las grandes señoras de Outremer que las sucedieron en el tiempo.

Tampoco es que yo sea muy ducha en la materia, aun admirando más de lo que puedo expresar con palabras la extraordinaria trilogía de Runciman. Recuerdo un libro de Régine Pernoud sobre la mujer en tiempos de las Cruzadas (no tengo en mente el título exacto) que menciona la importancia que tuvieron las mujeres en la obtención de la victoria franca de Dorilea. Dorilea reviste una singular importancia, porque supuso el primer encuentro en campo abierto entre los cruzados y los turcos. Fue una batalla de cierta envergadura, en una llanura bajo un sol al parecer implacable. El ejército de Bohemundo no se vino abajo en gran medida por la forma en que las mujeres cooperaron en la batalla y al hecho de que Godofredo de Bouillon y Raimond de Saint Gilles pudieron acudir a su auxilio. Pero me parece muy significativo que la aportación de las mujeres fuese especialmente señalada por el único cronista del evento que lo vivió en primera persona, un normando al servicio de Bohemundo. No se conoce su identidad, creo recordar...

No fueron pocas las mujeres capaces de actuar como arqueras o de accionar las ballestas. Pernoud también mencionó el caso de una mujer franca que ha pasado a la historia como "la del Manto Verde". No conocemos su identidad, pero su gran talento como arquera y su intrepidez durante el sitio de Acre impactaron mucho al hombre que dejó constancia de su existencia: el árabe Beha-ed-Din. Cuando mataron a "la del Manto Verde", se apresuraron a despojarla de su arco y se lo llevaron a modo de ofrenda al mismísimo Saladino. Eso es todo un reconocimiento al talento de ella y me da pena no tener constancia de su nombre. El mismo Saladino, al asediar Burzey, se topó con que alguna mujer tenía tanta pericia manejando la ballesta que era capaz de dejar fuera de servicio algunas balistas de los sitiadores. Y, ojo, esa clase de pericia manejando la ballesta, al punto de cargarse las balistas, no se obtiene de repente sólo porque lleguen los enemigos a poner bajo asedio el castillo. Si la mujer tenía esa pericia, era porque había recibido entrenamiento durante años...y había puesto en práctica los conocimientos adquiridos con cierta asiduidad.

Yo pienso que no es que fuesen todas ellas unas Pentesileas de cuidado, pero muchas sí tenían un manejo de las armas que les permitió hacer uso de ellas cuando fue necesario. Otras quizá sin llegar a ese extremo, realizaron tareas importantes, desde llevar pertrechos a los combatientes hasta la primera línea de batalla hasta rellenar con piedras los fosos en fortalezas que sabían que se verían sometidas a asedio. O sea...tareas muy duras físicamente y absolutamente estresantes. También es verdad que las mujeres que se fueron a las Cruzadas, sabían a lo que íban y estaban preparadas para asumirlo. Aquí hablamos de las que acompañaron a sus esposos -un buen lote- pero conviene recordar que otras tantas escogieron quedarse en sus feudos, ejerciendo el papel de administradoras.

Minnie

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La risa es un antidepresivo sin efectos secundarios

Nicea estaba rodeada por una gruesa muralla de época romana de 10 metros de altura y entre 3 y 5 km de longitud con entre 114 y 240 torres, dependiendo de cual de mis libros consulte, se ve que la cosa no está clara pero de todas formas es evidente que estaba espléndidamente fortificada.

La ciudad tenía forma de D, y la sección occidental de la muralla (la cara recta de la D) daba al lago Ascanio, de manera que, como los cruzados no tenían barcas, el ataque y la defensa se concentraría en la mitad de la muralla. Los cruzados estaban reforzados por unos mil soldados bizantinos que levantaron unas estructuras de madera sobre ruedas, con el techo metálico, en cuyo interior los zapadores se dedicaron a socavar el muro protegidos por catapultas y arqueros.

La ciudad fue asaltada violentamente durante seis semanas en medio del júbilo de los cristianos que, sabedores de su superioridad, tenían la moral más alta que nunca. Sin embargo, pronto se les acabó la risa al comprender la traición que acababan de cometer sus aliados bizantinos. El 17 de junio, el emperador arremetió desde el lago con una pequeña flota, lo que obligó a los sitiados a rendirse al verse asediados desde ambos flancos, pero ¡ojo! los turcos negociaron con Alejo y al amanecer fueron los pendones imperiales, azules y dorados, los que ondeaban en las almenas. Nicea se había rendido, pero no ante los cruzados. Eso siginificaba que las tropas no tendrían derecho al saqueo y no sacarían ninguna riqueza de su primera victoria en campaña. El ejército montó en cólera a ver las banderas imperiales, estaban furiosos al comprender que la persona a la que debían confiar sus suministros había garantizado un salvoconducto a la guarnición turca y, sin embargo, como aliados, no tuvieron más remedio que aceptar la negociación y dar Nicea por conquistada.

Es evidente que, mientas a los cruzados los animaba su fe y su deseo de liberar Tierra Santa por razones religiosas, los objetivos de Alejo I eran más bien políticos, quería recuperar sus posesiones en Asia Menor y gobernar a la población asentada sin importarle un pepino a qué Dios adorasen.

El derrotado sultán Kiliy Arslan se replegó hacia el interior del país pero no depuso las armas. Convirtió Konya, mucho más al este, en su nueva capital y sus descendientes gobernaron hasta el siglo XIV, pero él nunca volvió a ver Nicea.



El sitio de Nicea en un manuscrito del siglo XIII

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Despojados del botín de Nicea, los cruzados levantaron su campamento y se adentraron en territorio enemigo en dirección a Jerusalén. Un estudio reciente de hace un par de años sugiere que la hueste europea siguió un camino más hacia el oeste de lo que los historiadores tradicionales han dicho, evitando las estrechas y peligrosas gargantas del río Kara Su y siguiendo una antigua calzada romana a través de las montañas de Ahl. Como consecuencia el segundo paso de la campaña de Anatolia, la emboscada/batalla de Dorileo o Dorilea o Dorylaeum se sitúa a 56 km al oeste de la ciudad, en la confluencia de dos valles que forman un espacio muy amplio, necesario para el despliegue completo de dos ejércitos.



Desde las colinas, el sultán turco Kilij Arslan vigilaba todos sus pasos buscando venganza para lo que movilizó a toda su fuerza de combate: más de 50.000 hombres. Para su fortuna, el ejército cruzado se había dividido, seguramente por accidente. La vanguardia al mando de Bohemundo de Tarento, Esteban de Blois y Roberto de Normandía circulaba unos 5 km por delante del grueso del ejército. El sultán decide al mismo tiempo dividir sus tropas: 10.000 jinetes turcos atacarán la vanguardia mientras que el resto de los efectivos, al mando del sultán en persona, bloquearán el camino hacia Eskisehir (Dorylaeum).

Nuestro buen caballero Bohemundo tiene un mal presentimiento (los mejores caballeros hacen bien en seguir sus intuiciones, en muchos casos les ha salvado la vida) así que ordenó a la infantería que levantara un campamento defensivo protegido en parte por un marjal o pequeño panatano que al parecer todavía existe en la zona, a la vez la caballería protege a los infantes mientras establecen posiciones defensivas. Listo Bohemundo...

Al despuntar el día 1 de julio de 1097, miles de turcos se lanzan a un ataque frontal contra el señor de Tarento, en medio de terribles gritos y una lluvia de flechas según Fulcher de Chartres, por lo que un principio los cruzados se sintieron desconcertados y retrocedieron ya que los europeos no veían arqueros montados desde los tiempos de Atila. Las 20.000 personas que acompañaban a Bohemundo fueron casi diezmadas y hablo de personas porque no todos eran combatientes, sino que con los caballeros e infantería marchaba gran número de mujeres, sirvientes, clérigos y peregrinos que tuvieron que arrimar el hombro en la batalla si querían sobrevivir. Aquí están nuestras chicas guerreras Minnie El señor de Tarento ya había perdido 4.000 de sus hombres mientras mantenía su posición a la desesperada.

Pero pocos kilómetros por detrás de Bohemundo va Godofredo, que llega y se coloca a su derecha, con otras 30.000 personas de similar condición: guerreros y guerreras y sirvientes, clérigos y peregrinos todos luchando... porque los francos no son tan rápidos y ligeros como los turcos, pero dominan a la perfección el arte de defenderse así que el hostigamiento duró horas. Gran error del sultán Kilij Arslán: se le olvidó que existía un tercer contingente, la retaguardia de Raimundo de Tolosa. El el momento en el que llega Raimundo la fuerza de los cruzados aumenta a 25.000 combatientes. Además, el señor de Tolosa, caballero prudente y sagaz, entró en el valle del Nane por la parte alta de las colinas con lo que atacó a los turcos por el flanco.

Ante el impresionante número de fuerzas cruzadas los turcos rompen filas y huyen. Una vez más, los errores del Kilij le dan la victoria a nuestros caballeros.

Cruzados 2 - Selyúcidas 0

Aún así, las huestes del sultán lucharon con bravura ganándose los elogios de los cronistas crisitanos al punto que uno de nuestros cruzados dijo: Quién hubiera dicho que alabaríamos a los turcos, que eran tan buenos soldados que de haber sido cristianos habrían sido iguales a nosotros

La victoria de Dorilea abrió las puertas de Asia Menor a los cristianos, pero se cobró un alto precio en vidas humanas y de caballos.

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¿Se ve bien el mapa de la batalla? Cuando se tienen libros de gran formato escanearlos se convierte en una odisea...

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Una odisea, y en el caso de los que somos poco mañosos hasta un peligro , así que está perfecto, porque se lee y se ve todo

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Una excelente aproximación al equipamiento de guerra y las armas medievales, en inglés, lo siento

http://www.medievalwarfare.info/

http://www.medievalwarfare.info/weapons.htm

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Alberto Durero.

menudo descubrimiento esta página!

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¡Ya te digo, estoy que no quepo en mí de la alegría! Tampoco es que cuente nada novedoso, pero está todo junto y arregladito, lo que es una ayuda para hacerse una visión global.

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