Godoy escribió:
Menudo gachó el Almanzor... Anda que si llega a ser cristiano seguramente hoy sería santo. ¡Menudo currículum que se hizo!
¿Santo? no sé yo, era una buena pieza...
Almanzor era de familia árabe yemení, sus tierras provenían de un general que acompañó a Muza en la primera conquista y las recibió en recompensa pero nunca habían pasado de ahí, lo que se llamaría una nobleza media. En Córdoba se dedicó a estudiar y acabó siendo escribano en la mezquita, un funcionario administrativo normalito. Pero era un adulador nato y pasa a trabajar para el juez de Córdoba al que impresiona por su
modestia (fingida) y su vida austera (es que el dinero que ganaba no le daba para más), su jefe le recomienda ante el visir al-Mushafi, que dirige la burocracia de toda al-Andalus.
Por este tiempo, la favorita del califa Alhakén, Subh (vascona, Aurora de nombre cristiano) se queda sin administrador para su fortuna y la de su hijo, el heredro Hisham. Colocan a Almanzor en el puesto porque tiene fama de austero e incorruptible
Es un montón de dinero y de propiedades y el dinero siempre es poder, así que Almanzor se gana el favor de Subh aumentando la fortuna de ella (y de paso la de él) por la vía rápida. En el año 967, a la edad de 27, y en apenas 3 años, Almanzor es administrador de la favorita y el heredero, inspector de la ceca, tesorero del califa y procurador de sucesiones, y se forra, pero mucho y se construye un palacio de cuento. De hecho se le abrió un expediente judicial por malversación y enriquecimiento ilícito (nada nuevo bajo el sol ¿eh?) pero como él mismo controlaba las cuentas del califato, maquilló los balances, se le exoneró, se le pidieron públicas disculpas y se le nombró jefe de policía.
Cuando Alhakén muere su heredero es menor de edad, por eso en la corte hay quien apuesta por su hermano y tío del pequeño, al-Mughira, como califa. A Almanzor no le conviene claro, así que estrangula a al-Mughira frente a sus mujeres y lo cuelga de una viga para que parezca suicidio. Hisam II se convierte en califa con una regencia tipo triunvirato en la que mandan Subh, su ya amante Almazor y el entonces visir al-Mushafi, al que pronto quitarán de en medio. Y de paso, Almanzor se casará con la novia que el visir pretendía, la hija del mejor general del reino llamdo Galib.
En diez años se ha convertido en el hombre más rico del reino, amante de la favorita real, regente del pequeño califa y yerno del jefe del ejército. No podría haberlo hecho mejor ni más rápido
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.