Madre mía estos almorávides!! Tendría que ser un espectáculo ver cruzar el estrecho a 30mil tíos dispuestos a pararle los pies, y cortarles la cabeza, a los infieles cristianos que acosan a sus hermanos de religión andalusíes (españoles, vamos).

Una pregunta, teniendo en cuenta que estamos en plena Edad Media, un poco entre la frontera entre la Alta y Baja, ¿no?, cuando dices que los almorávides traían el fundamentalismo religioso, ¿no se podría decir que eso existía en ambos bandos? O, ¿es que este pueblo tribal eran todavía más ultra?

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Los almorávides eran muy ultras. Como el islam prohíbe beber vino se dedicaron a arrancar las vides de todo el norte de África e intentaron hacer lo mismo en al -Andalus. Preferían no comer uvas a que alguien tuviese la tentación de fermentar el mosto

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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.

El año de 1090 en la Península es para morirse del estrés, la de cosas que pasan a la vez: el Cid se monta su reino independiente entre Valencia, Cuenca, Teruel y Castellón sin que Alfonso VI pueda hacer nada; mientras el rey de León les aprieta las tuercas otra vez a los reinos de taifas (Granada le entregó 30.000 dinares como tributo ); Aragón repuebla la comarca de Monzón y mira con ansias hacia Zaragoza y en África, Yusuf ha decidido apoderarse de la España andalusí de una vez. Consciente de que los reinos taifas eran facilones de conquistar y que su problema era Alfonso, al que todo el mundo pedía ayuda, se dirigió directamente hacia Toledo. Pero Toledo resiste y Yusuf se lleva un chasco (no está acostumbrado a perder) así que se dirige a Granada, después caerán Córdoba, Málaga, Sevilla...

El viejo caudillo almorávide, de 80 años, fundamentalista, austero, vestido de harapos y comiendo dátiles con leche, es una figura aclamada por toda al-Andalus frente a la imagen de corrupción de los reyes taifas. Al dirigir una potencia militar indiscutible y ser exponente de la pureza de la fe, la verdad es que las ciudades se le entregaban en bandeja, más que conquista fue revolución. Los monarcas taifas, acostumbrados a la buena vida, asumen su destino casi sin rechistar.

Es difícil de explicar el cambio que supuso su llegada, el autor Jose Javier Esparza lo resume muy bien. Es la etapa final de la invasión que comenzó el 711, un punto de inflexión que marca una diferencia significativa. Hasta ahora los gobernantes era musulmanes de origen árabe o bereber provenientes de linajes absolutamente hispanizados, que gobernaban sobre una población mayoritariamente hispana donde casi la mitad aún eran mozárabes, en territorios ricos y fértiles pero sin potencia militar lo que les obligaba a pactar con los cristianos. La revolución almorávide representa una inyección de islamidad y africanidad, al-Andalus no es más que un punto periférico en el gran imperio de Yusuf y ni siquiera el más importante, dejamos de ser el centro del mundo islámico de occidente. Con su potencia militar el nuevo rey no necesita pactar con los cristianos.

Por primera vez desde el año 711, la España mora va a ser más mora que hispana. Y eso es un problema para los cristianos porque ahora toca luchar otra vez en serio y sin la inyección de dinero que suponían las parias, que por cierto fue muuuuuuuuucho oro el que pasó por manos cristianas (por ejemplo, de Murcia el Cid recibió 1,8 toneladas de oro un año, flipar ), el que impulsó el románico y las primeras obras de patrocinio real, el que levantó castillos en Castilla, enormes monasterios, el que fue enviado en donación a Cluny mientras sus monjes nos europeizaban. Claro que a cambio, a partir de ahora, si el rey quiere dinero para financiar sus campañas tendrá que pedírselo a los buenos hombres de las ciudades de realengo, a los que va a cuidar y patrocinar con fueros, de donde surgirá la burguesía y que acabarán teniendo representación en las Cortes. No hay mal que por bien no venga

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Qué barbaridad... Luego se quejan los catalanes, pero los que levantamos el país fuimos los del sur tributando a los del norte.

La Virgen bendita!! ¿De dónde salía tanto oro? Aquí en Riotinto había en tiempos tartessios y algo en tiempos romanos... pero a estas alturas no creo.

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Supongo que de las minas africanas, por ejemplo en Sudán, a través del comercio. Al -Andalus siempre fue famosa por los productos de su huerta, naranjas y alcachofas tenían fama mundial. Pero sobre todo las manufacturas de lujo : tejidos de seda, bordados, libros, trabajos en cuero finísimos (ya se hacían botas camperas en Valverde) , los damasquinados en metal, etc. En el norte de África se volvían locos por estas cosas.

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¡Me encanta!
He esperado...deliberadamente...a que el tema alcanzase diez páginas para disfrutar durante un buen rato de su lectura. Me he zambullido por entero en la época y me han fascinado todos los personajes que van apareciendo. Un momento estupendo para mí ha sido la recreación del conflicto post herencia de los hijos de Fernando I de León, el Magno, y su mujer Sancha. Vaya tela...qué manera de disputarse la prevalencia. Alfonso VI llegó a ser un gran señor de territorios, pero...¿qué tal dormiría por las noches?¿Se le aparecerían en sueños sus hermanos Sancho y García, especialmente el "tontolaba" de García? Creo haber leído que estaba muy unido a su hermana Urraca, la de Zamora, que me ha resultado interesante e intrigante por lo poquito que se cuenta aquí de ella.

Bueno...también me ha gustado mucho la breve pero apasionante semblanza de Almanzor. Un descubrimiento para mí ha sido su relación con Subh, la favorita de Alhakén II y mamá de Hisham II. A ver si en algún momento puedo leer algo más sobre esa mujer...me atrae pensar que una niña vasconavarra llega al emirato cordobés y con el paso del tiempo no sólo se convierte en la predilecta de un califa, sino que demuestra tener suficientes agallas para mantenerse en el poder incluso cuando muere su marido y se queda ella sola para sostener los derechos de un hijo de once añitos. Esa clase de mujeres me resultan muy atrayentes, suelen ser personajes bombón en la historia.

En la ciudad de tumbuktu se dio durante mucho tiempo importantes intercambios de oro con sal. El oro lo traían del sur (imperio ghana, imperio mandinga...lo que hoy en día va desde senegal, guinea konakry, sur de Mali y burkina) y la sal venia de la zona norte del desierto. Una vez hecho el intercambio (que era buen curioso, ya que se hacia de noche y sin que los que traian el oro viesen a los de la sal) el oro viajaba hacia el norte (costa mediterránea y demás zonas de posibles intercambios comerciales)...
Supongo que parte de ese oro vendría de ahí...

Me alegro que os esté gustando a todos y eso que me dejo muchas cosas en el tintero, personajes estupendos y anécdotas curiosísimas (yo soy fan absoluta de García Fernández, el hijo del conde Fernán González de Castilla, para mi es tan o más grande que su padre y los castellanos deberían ponerle un monumento, su historia es apasionante, llena de momentazos épicos de los que te ponen la españolidad de carne de gallina)

Minnie, Subh era mucha Subh, cuando se dio cuenta de que había metido la pata encumbrando a Almanzor en el poder, conspiró para echarlo, varias veces. La primera fue justo en el 991, cuando el hijo de Almanzor cumple la mayoría de edad y su padre le traspasa el titulo de hayib (primer ministro) mientras que él se pone título... ¡de rey! y a partir de entonces todos los documentos que salen de la cancillería llevan su sello y no el de Hisham, el califa que vivía recluído en el palacio de Medina Azahara detrás de un muro "para no perturbar su dedicación a la oración" (mentira cochina, lo tenía secuestrado literalmente)

Pretendía emular el sistema cristiano, acaparando el poder temporal mientras que el califa quedaba como Papa y garante de la práctica religiosa. Y pretendía también traspasar el título de rey a sus hijos, lo consiguió con el mayor que también fue un dolor en el trasero para los cristianos, pero Subh siguió conspirando en la sombra con ayuda de los legitimistas de origen árabe (Almanzor se apoyaba en los norteafricanos)

Subh era muy lista. Almanzor tenía de su parte a la población a la que había bajado los impuestos y un gran ejército de origen norteafricano, no se le podía hacer frente de cara, así que lo intentó por detrás, secándole la fuente de dinero. Se plantó en la Casa del Tesoro y dijo que si el oro de Sudán se recaudaba en nombre del califa, al califa debía pertenecer y había que enviarlo al palacio. Estaban en pleno traslado cuando el dictador tuvo que convocar de urgencia a los visires y amenazarlos para que firmasen una orden extraordinaria que venía a decir que la nueva Casa del Tesoro sería su propio palacio, Madinat al-Zahira.

La vascona casi casi lo consigue

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Con Yusuf cosechando reinos taifas como setas en otoño vemos aparecer en escena a otro de esos personajes bombón que le gustan a Minnie.

En realidad la mayoría de esas conquistas las hizo el jefe de las tropas saharauis, Abu Bakr, un estratega muy calmado (tardó 9 meses en rendir Sevilla) El caso es que este hombre pone cerco a Córdoba, que se defendió heroicamente, pero finalmente cae: su rey Fath es ejecutado y su cabeza se saca de paseo clavada en una pica. Lo último que Fath pudo hacer, en un intento desesperado, fue enviar a su esposa Zaida a la corte toledana con una petición de auxilio en marzo del año 1091.



Murallas musulmanas de Toledo.

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Algunos hacen a Zaida hija del rey de Sevilla o sobrina del rey de Denia pero con toda seguridad hispanomusulmana y un bellezón de mujer.

El caso es que sale de Córdoba con sus hijos y el tesoro real y corre hacia Toledo para pedir ayuda a Alfonso VI. Al monarca leonés se le revolucionan las hormonas en cuanto la ve

En el mismo momento en que surge el flechazo en la corte castellano-leonesa, en Valencia se revolucionaron las cosas. La población musulmana veía con buenos ojos a los almorávides, la numerosa población cristiana estaba de parte del Cid que ejercía un "protectorado sobre la ciudad". Los pro almorávides dieron un golpe de estado, los pro Cid pidieron ayuda a Rodrigo que cercó Valencia y por primera vez los almorávides salen por patas de una ciudad que ya habían conquistado. A Yusuf le sentó como una patada en el pompis y convierte en su única prioridad acabar con el Campeador.

Por cierto que el cerco de Valencia por parte del Cid es probablemente uno de los más duros de toda la Reconquista. De septiembre de 1093 a junio de 1094, la población pasó mucho hambre, como podéis imaginar.

Como ya he dicho Yusuf se mosquea por la caída de Valencia y manda a su sobrino, otro Yusuf, a jorobar al Cid por mar al mando de 30.000 hombres, frente a los escasos 10.000 que tenía el caballero. Esta es la batalla de Cuart, que menciono porque fue un prodigio de movilidad y astucia, una de las mejores de toda la Reconquista y un ejemplo de cómo Rodrigo Díaz de Vivar sabía mucho, pero mucho, del arte de la guerra. Primero hizo correr el rumor de que había pedido ayuda a Alfonso VI y a Pedro de Aragón, flipando a los almorávides porque de todos era sabido que el Cid se llevaba tirando a mal con ambos. Después organizó una salida nocturna simulando una huida, pero en realidad los jinetes fueron río arriba, abrieron las compuertas de todas las acequias y convirtieron el campo en un cenagal.

El 25 de octubre de 1094, ante un enemigo desconcertado y con barro hasta las rodillas, el Cid protagoniza una carga suicida contra la masa almorávide. Esperar... no... que se dan la vuelta hacia Valencia a mitad de cabalgada (los almorávides ya están mareados) y en ese momento, detrás de los moros, aparece el grueso del ejército de Rodrigo que estaba allí escondido desde la noche anterior, desmantelando el campamento almorávide. La táctica del Cid parece un tornafuye versión mejorada

En este momento podemos llamar al Campeador rey de Valencia con todas las de la ley. Además crea un tapón frente a los almorávides que impide que caiga la taifa de Zaragoza y protege al reino de Aragón y al condado de Barcelona que están encantados de la vida con este nuevo aliado, lógico.



De wikipedia.

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Al mismo tiempo que en Toledo nace un heredero de León, en Huesca muere un rey de Aragón y Navarra.

Zaida, joven, bella y viuda, tiene a Alfonso VI con la lengua fuera y aullándole a la luna. La reina Constanza, muy enferma, no ha podido darle hijos. Pero Zaida le ofrece uno, el primer varón del monarca leonés, al que bautizarán como Sancho Alfónsez, nacido hacia finales del 1093 o principios de 1094, heredro de León, Castilla, Galicia y Toledo. Su padre está como unas castañuelas claro, tiene más de 50 años y no tiene tiempo que perder.

Mientras en el asedio de Huesca fallece Sancho Ramírez, en junio de 1094, también cincuentón. Le hereda su primogénito Pedro, un chico que se parece mucho a su abuelo, el viejo rey Ramiro: buen político y guerrero obstinado, casado con Inés de Aquitania. Será quien definitivamente conquiste Huesca en noviembre del año 1096 en memoria de su padre, ayudado por su brillante hermano Alfonso, que pasará a la historia como "el Batallador".



En 1097, una alianza entre Pedro y el Cid derrota a los almorávides en Bairén, es la paliza más importante que han sufrido las huestes de Yusuf hasta el momento y una excusa que el Campeador pilla al vuelo para declarar a Valencia totalmente cristiana.

Y en esas estamos cuando Yusuf en persona, a sus más de 90 años, desembarca de nuevo en España y se dirige a conquistar Toledo. El viejo almorávide es incombustible

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Así estamos: el Cid rey de Valencia, Pedro I de Aragón presiona al sur de Huesca para seguir conquistando de forma que ataca a la taifa de Zaragoza, ésta le pide ayuda a su aliado Alfonso VI que también es aliado de Pedro, con lo que el monarca leonés está metido en un buen brete ¿a quién ayudar?

En realidad en los reinos de la Hispania medieval tenían muy clara la diferencia entre "política interior" y "relaciones internacionales" aunque no lo llamasen así, a lo moderno. Frente a invasiones extranjeras todos somos aliados y arrimamos el hombro, pero en política interior no tenemos por qué ser amiguitos si nuestros intereses chocan. El avance de Aragón a costa de Zaragoza es política interna y el deber de Alfonso es para con Zaragoza, que es vasalla, no para Aragón, que sólo es aliado en caso de fuerza mayor.

Lo bueno de esta postura es que da igual las rencillas que tengas, que en cuanto aparece un enemigo común todo se olvida y cargamos juntos en batalla. Es lo que pasa ahora, mientras León y Aragón están inmersos en una trifulca por lo de Zaragoza y por lo de los monasterios (la línea oficial de León es la de los monjes de Cluny, por influencia de la reina Constanza, mientras que en Aragón, por pura rivalidad, apoyan la regla de San Agustín, y aunque os parezca mentira estos dos partidos generaban una hostilidad muy gorda), el caso es que en cuanto Yusuf asoma la nariz los monjes dejan de pegarse porque tenemos otro a quien darle fuerte

Así que Alfonso llega a Toledo donde ya le esperan tropas aragonesas de refuerzo, y hasta el Cid envió su hueste al mando de su hijo Diego. La caballería pesada la dirigía Álvar Fáñez, tan buen caballero como el Campeador pero menos conocido porque de él no conservamos poema... Minaya lo llamaba don Rodrigo, "mi hermano", del castellano mi y el vasco anaia (ya se sabe que parte del País Vasco era Castilla) En fin, que se movilizó lo mejor del reino.

Y es que Yusuf ha venido preparado y con muchos hombres, pero Alfonso no le tiene miedo, en una batalla medieval muchas veces gana el más astuto cuando emplea una táctica nueva que el que más tropas tiene, así que rebosando confianza se adelanta a recibirle en Consuegra, el 15 de agosto de 1097.



Esta también la perdimos pero eso no significa que no hayamos vendido cara la piel ni que falten momentazos épicos, ni tampoco hechos curiosos... La tradicional forma de combatir cristiana se basa en fuertes cargas de caballería reforzadas por infantería detrás de los jinetes. Alfonso VI el Bravo dispuso a su caballería en dos alas: a la izquierda los veteranos, experimentados, junto a tropas de élite comandadas por el alférez real Pedro Ansúrez y por Álvar Fáñez. A la derecha los hombres del Cid, mejor armados, al mando de Diego Rodríguez y junto a él las huestes del conde de Nájera, García Ordóñez, cuya caballería debía proteger la vida del hijo del Cid ¿pero en qué estaba pensando Alfonso? Fue García Ordóñez el que instigó el primer destierro del Campeador, su peor enemigo, hacía años que el Cid se había tomado la venganza arrasando sus tierras. Desde luego, en el ala derecha del ejército cristiano se respiraba amor y compañerismo si es que... menuda ocurrencia... Y pasó lo que pasó, en un momento de la batalla Alfonso ordena un repliegue del ala derecha. García Ordóñez se repliega por su cuenta, para salvar el culo, sin esperar a Diego, al que literalmente abandona en medio del campo de batalla dejándolo rodeado de tropas enemigas. Lucharon como salvajes pero no había escapatoria, ante los ojos del resto del ejército castellano, horrorizados por la maniobra del cabrón de García Ordóñez, el hijo del Cid muere en el campo de Consuegra, con 19 años de edad.

El resto se replegaron al castillo y, tras 8 días de asedio, Yusuf abandona. ¿Por qué? la verdad es que las tropas almorávides no son buenas en los asedios, apenas tienen experiencia y no es la primera vez que la fastidian en uno, así que prefieren marcharse como vencedores en el campo. Los almorávides no pretenden entrar en territorio cristiano, sólo marcar una frontera definida en al-Andalus que los enemigos tengan que respetar.

El golpe que se llevó Rodrigo Díaz de Vivar fue muy duro, perdió a su hijo y heredro y, antes del último ataque de los almorávides que ya se ve venir de lejos, quiso dejar a sus hijas bien colocadas. Cristina casa con el infante Ramiro Sánchez de Pamplona, que partirá como cruzado a Tierra Santa (los bisabuelos de Alfonso VIII) María se desposa con el conde de Barcelona Ramón Berenguer III.

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Alberto Durero.