Letizia se ganó el corazón de la Reina
por: Vanidades
Fuente: Vanidades
Son inseparables. ¡Y cómplices! Pilar Urbano, biógrafa de la reina Sofía, revela el secreto de la armoniosa relación entre suegra y nuera
‘Un día, la Reina me confió que no soportaría ver a la esposa de su hijo como a una simple nuera, una pieza añadida, una enemiga’. No, ella deseaba simplemente una tercera hija. Creo que Letizia ha rebasado con creces todas esas esperanzas, y puede que hoy la Soberana esté más cerca de la princesa de Asturias que de las infantas Elena y Cristina, que se encuentran a menudo muy ocupadas con sus hijos o con sus actividades profesionales. En unas semanas, las dos mujeres se han vuelto íntimas. Existe entre ellas una ‘connivencia intelectual’. Sofía ha encontrado al fin una ‘compañera’ sensible a las artes y a la literatura, lo cual no era el caso con el rey Juan Carlos ni con Felipe. Se las ve juntas muy a menudo, tomadas de la mano y hablándose al oído. Da la impresión de que necesitan de ese contacto físico para comunicarse. Cierto, eso es muy latino. Pero ahí se nota que Sofía no es tan glacial y reservada como algunos lo dan a entender, parece menos una suegra autoritaria que una madrina benevolente y protectora.
Desde el instante en que Letizia apareció en la vida de Felipe, Sofía decidió adoptarla, acompañarla y respaldarla sin reservas. Inmediatamente después del anuncio del noviazgo, la Reina le abrió los brazos acogiéndola en la Zarzuela y permitiéndole compartir la vida de la Familia Real, y Letizia no ha traicionado su confianza. La joven se muestra a la altura de las esperanzas que se habían puesto en ella y puede decirse que ha conquistado el corazón de Sofía. Según la opinión de allegados a la Familia Real, Letizia se ha revelado como una excelente alumna, aprende bien y de prisa, estudiando a profundidad todos los temas que tocan la vida de la Familia Real: no solamente las reglas del protocolo, sino la historia de la monarquía española. Conoce al dedillo la genealogía de los soberanos. De la misma forma ha recobrado su ‘retraso espiritual’ siguiendo una catequesis acelerada con monseñor Estepa y, unos días antes de su matrimonio, recibió la confirmación en una ceremonia privada en la capilla del palacio de la Zarzuela… para satisfacción de la Reina —una ferviente católica— y de Roma. Según mis informaciones, Letizia causó muy buena impresión en su reciente visita al Vaticano. Lo que es asombroso es que haya pasado esas pruebas con una desconcertante facilidad. La Reina está sorprendida, pero yo creo que conoció las agallas de su nuera por su conducta a raíz de los atentados del 11 de marzo, cuando frente al horror, dejó de ser la periodista testigo de un acontecimiento, para llevarles apoyo y consuelo a las víctimas. De cierta manera, esta terrible jornada de Madrid permitió que las dos mujeres se descubrieran honestamente, sin falsos semblantes. Sofía aprecia en su justo valor el esfuerzo de esta joven española y sus sacrificios personales. Letizia, que hasta hace poco era el arquetipo de la mujer liberada, independiente, la mujer que predicaba la ‘autoafirmación’, parece consagrarse exclusivamente a Felipe... situación que la lleva más cerca de la sumisión que de la emancipación. Por su parte, la Reina está convencida de que su nuera ha aceptado ‘esta injusticia’ por amor y no por deber. A sus ojos, es la falta de afecto sincero entre las parejas Windsor lo que ha minado a la monarquía inglesa. ‘El matrimonio por conveniencia es más peligroso que un golpe de estado’, me confió un día medio en serio medio en broma. He leído a menudo que Sofía se opuso al matrimonio de Eva Sannum y Felipe porque la maniquí noruega era de condición
modesta. Eso es falso. La Reina pensaba que la supermodelo amaba a su hijo por muy malas razones. El hecho de que Letizia provenga de un medio
modesto no le quita el sueño —me ha dicho en varias ocasiones que le interesaba más el pedigree de sus perros que el de su nuera—; sabe que en Letizia su hijo ha encontrado un alma gemela, y que es de nuevo dichoso. ‘Necesitaba una mujer, una amiga, una confidente para trabajar en equipo’, me dijo un día el Príncipe. ‘Hoy soy el hombre más feliz y más afortunado del mundo’.
Gracias a Letizia, Felipe vive en una nube, como él mismo me lo aseguró por teléfono hace unas semanas. Y eso es lo esencial para la Reina.