Vamos, que nos vamos
Cuando los cruzados ya habían salido de Toledo, Miramamolín estaba ante los desfiladeros de Sierra Morena pero, recordando el problema que supuso para su padre abastecer su ejército cuando lo de Alarcos, decidió no moverse. "
Que crucen los cristianos y vengan ellos a presentar batalla a este lado", pensó el muy listo, "
de esa forma estarán más cansados y este campo de batalla me favorece más que a ellos" Así que los moros se quedan apostados en Despeñaperros, a la espera de los cristianos.
Cuatro días después de salir de Toledo el ejército cristiano llega a Malagón. Los ultramontanos, que iban los primeros, asaltaron la aldea y el castillo y pasaron a cuchillo a los habitantes, pese a que éstos habían entregado la fortaleza a cambio de que se respetasen sus vidas. Al día seguiente, 25 de junio, llegó el rey Alfonso y hecho un basilisco les echó una buena bronca (la segunda que se les venía encima por ser de cuchillo fácil contra los judíos y musulmanes)
Por desgracia el castillo de Malagón fue derribado en los 60 para construir pisos
Llegaron al río Guadiana, cruzaron los vados y se dieron de morros con la fortaleza de Calatrava, defendida por Abu Qadis, al que vamos a llamar Avencalén, que es más fácil. El día 30 de junio, tras tres jornadas de deliberaciones en el campamento acerca de la estrategia a seguir, atacaron y lograron conquistar la parte más accesible de la muralla. Los defensores pidieron tregua y Alfonso les concedió permiso para retirarse salvando sus vidas y algunos bienes. Los ultramontanos alucinaron pepinillos y protestaron porque querían repetir lo de Malagón, además hacía calor, y la Meseta era árida, y los suministros no eran constantes... en fin, como niños pequeños caprichosos hicieron perder la paciencia al monarca castellano. Tercera bronca.
Total que como ellos habían venido para pelear contra el rey de Marruecos, y no lo encontraban, y encima pasaban sed y hambre, y el rey no les dejaba acuchillar en paz, pues que se volvían a sus casas, que esto no era campaña ni cruzada ni ná
El rey de Aragón y los demás nobles intentaron razonar con ellos (ya que habían comido de los recursos del monarca castellano era su obligación cumplir su parte del trato) pero Alfonso, que estaba hasta los mismísimos de tanta tontería, les dijo que se largasen con viento fresco y eso fue lo que hicieron el 30 de junio, a escasos días del enfrentamiento final.
Por cierto que no se fueron tranquilitos, pretendían volver a asaltar Toledo para vengarse del rey pero la ciudad les cerró las puertas así que se dedicaron a asaltar todas las juderías que pillaron por el camino. Mientras, los cristianos se lo toman con calma y descansan en la fortaleza de Calatrava, ya recuperada para la orden del mismo nombre.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.