Si damas y caballeros, lo más triste de esta campaña leonesa no es que se arrase la capital del reino, se mate al pueblo y se hagan prisioneros para someterlos a esclavitud. Lo repulsivo del asunto es que Almanzor contó con ayuda: las propias familias condales, sangre de leoneses se derrama por culpa de su codicia de oro musulmán y sus discordias familiares
En Galicia, Gonzalo Menéndez se somete a Almanzor y manda webs, porque es el mismo que había instalado a Vermudo en el trono. Junto a él Suero Gundemáriz y Osorio Díaz, hermano de Gómez Díaz, conde de Saldaña. Lo de Osorio también tiene miga porque su padre, Diego Muñoz, había sido el mejor amigo y mano derecha de Fernán González de Castilla, lo que pasa que el nene se había casado con una rica hembra gallega, hija del conde Froila y nieta del fundador del monasterio de Celanova, y ahora arrimaba el ascua a su sardina. Y encima, con toda la desvergüenza del mundo, en 986 ofrece a Sahagún una cuantiosa donación y…
aunque no somos dignos de levantar los ojos al cielo, no obstante, por intercesión de los santos mártires, confiamos en que Dios que es misericordioso, ha de perdonarnos nuestros pecados… pero poco después dice el propio rey Vermudo…
rebelóse Osorio Díaz, y se alió con los sarracenos contra nuestra gente y nuestra patria… Este tipo de incongruencias, arrodillarse devotamente en un santuario para al día siguiente unirse al enemigo de la Cruz, son las que sacaban de sus casillas al conde García de Castilla
A estos rebeldes se unen otros. Los Ansúrez, el conde de Luna y los peores, los Banu Gómez, condes de Saldaña, que dejaron libre el paso al moro por sus propias tierras y los documentos los mencionan como oficiales del ejército de Córdoba y guías en la campaña
Una verdadera vergüenza que fue expuesta con toda claridad por el rey, en cartas que fueron enviadas a las villas, para que la traición fuese pública y notoria: …
para que lo conozcan los presentes y lo entiendan los venideros, cuántos y cuan grandes males maquinaron los hijos de la perdición, empujados por la soberbia y por la envidia, contra la Iglesia y contra el reino… haciendo todo lo posible por entregar al país en manos de los esbirros… no temieron pasarse al rey de los ismaelitas para destruir el reino cristiano, como ha podido verlo todo el mundo, haciendo que la mayor parte de la cristiandad fuese llevada en cautiverio, o pasada por la espada o cargada de cadenas y sepultada en la oscuridad de los calabozos.
Y aquí los tenéis en la Biblia de León, tan tranquilos, mirando cómo se quema la iglesia. El miniaturista Florencio y sus colegas del escritorio de Valeránica estaban muy familiarizados con la escena.
Viendo esa escena, ante tamaña desvergüenza y caradura, deshonor y traición... ¿cómo no va a gustarnos García?
Si es que nuestro conde es todo un caballero y, pese a que nadie hace caso a sus llamadas a la unión cristiana, no por eso va a dejar a su, en teoría, señor natural con el trasero al aire y planta a sus tropas en la orilla del río Cea, a ver si puede ayudar. Pero el cobarde de Vermudo ha salido huyendo hacia Galicia, donde se refugia en Lugo, y todo está perdido. Pese a la voluntad de los castellanos de plantar cara, León cae después de tres días de resistencia por una brecha abierta en la puerta occidental. Si algo bueno hay que decir de este episodio es que, viéndole las orejas al lobo, los leoneses se comportaron con valor y el gobernador de la ciudad, el conde Gonzalo González, muy enfermo, ciñó su armadura y se hizo llevar en litera a la puerta donde murió matando.
Y después Almanzor ordena su demolición. Casas, conventos, iglesias, todo asaltado, excepto una de las torres de la puerta norte que, por su expreso deseo, quedó en pie para recordar la fortaleza de la ciudad que había logrado rendir. Se retiró a Zamora, quemando y destruyendo a su paso los monasterios de Sahagún y Eslonza.
La verdad verdadera del asunto es que Almanzor jamás habría podido destruir León sin la ayuda de los condes traidores. Las tropas moras son poderosas, ya hemos dicho que sus victorias se basaban en la superioridad numérica abrumadora, pero precisamente por eso una expedición tan al norte presentaba problemas logísticos y de avituallamiento que por aquel entonces eran imposibles de resolver. Y eso fue lo que los condes, con los Saldaña a la cabeza, ofrecen al moro: puntos de acampada, caminos libres de enemigos, objetivos fáciles de saquear.
Y Gómez Díaz el de Saldaña, el muy
, que había abandonado las tierras y las gentes que debía proteger, comienza a titularse
imperante in Legione, “el que manda en León.” ¿Se puede ser más
? Además, ¿sobre qué narices se cree que mandaba? ¡Si no quedaba nada! El territorio está en manos musulmanas, Coímbra, Sepúlveda, Salamanca, Zamora y León arrasadas, los repobladores al sur del Duero masacrados.
El reino de León no puede caer más bajo
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.