Clara escribió:
Pero esta época de aires nuevos que nos brinda el cambio vivido en la institución, me hace volver a tiempos pretéritos que ni siquiera yo misma (por edad) viví. En el año 1975, cuando asumió el trono el Rey Juan Carlos, muchas personas los recibieron a él y a la Reina Sofía con los brazos abiertos, pero para otras supuso una contrariedad (...)
Se habla del pelo de Letizia, de su ropa, de si domina idiomas, de las joyas que utiliza o deja de utilizar, de si carece de porte regio, de si su comportamiento es adecuado… No resulta una novedad. Muchas personas adoraban al Rey Juan Carlos, pero eran mordaces con la Reina Sofía, comparándola continuamente con la viuda y la nieta del dictador o la misma Reina Victoria Eugenia. Los dichos iban desde llamarla griega extranjera, hereje, cateta, reprocharle que no sabía hablar en castellano, que se santiguaba de derecha a izquierda (pocos sabían cómo era el rito ortodóxo), que no oraba en la ceremonias religiosas, que era muy fría, demasiado germana, que su antecesora (la collares) era mucho más regia y elegante, se mofaban que siendo Reina de España no luciera diadema, fantaseaban con que la Bordiu hubiese sido mejor reina que ella… En fin, para qué darle cuartos al pregonero, pero, ¿a alguien más le suena?
En eso llevas toda la razón, Clara (por cierto, sé muy bienvenida al foro). Mi madre también me ha contado a veces que por aquel entonces los fans de Sofía eran un club prácticamente inexistente. Muchos preferían a Carmencita e incluso a Irene de Holanda, cuyo romance y posterior matrimonio con Carlos Hugo les parecía lo más. Inclusive se llegó a decir en ciertos mentideros provincianos que Juan Carlos, para total casarse con una hereje griega, podía haber buscado una buena moza de rancia estirpe española tipo aquella Fabiola de Mora y Aragón que le "exportamos" a los belgas. Todo eso es cierto.
Por eso dije un día que los españoles no aman a sus reinas. Amor, lo que se dice a amor, quizá a Luisa Gabriela de Saboya los madrileños, porque la veían tan muñequita paseando a sus niños para que la gente les conociese y, claro, eso era una ruptura total con todo lo anteriormente visto...y en época mucho más reciente a Mercedes de Orléans, la Mercedes de Montpensier, que como era un ángel no se discutía y además tuvo la idea de morirse a poco de la boda, lo que la convirtió en una innegable leyenda popular. Pero al resto...amor, lo que se dice amor, no. A Sofía por ejemplo ha llegado a apreciársela y a respetársela muchísimo, pero lo ha ganado a pulso con décadas de empeño por su parte.